Muere Felipe de Edimburgo, el consorte real más longevo
El duque, de 99 años, pasó un mes hospitalizado y estaba convaleciente en el castillo de Windsor Las restricciones por la pandemia marcarán el funeral, cuya fecha está todavía por determinar
Minutos después de las 12 del mediodía de ayer, hora de Londres, las cadenas de televisión británicas interrumpían su programación para dar a conocer un comunicado del palacio de Buckingham. «Con gran pesar, su majestad la reina anuncia la muerte de su querido marido, su alteza real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, el consorte real más longevo en la historia británica. Su alteza real ha fallecido serenamente esta mañana en el castillo de Windsor. Habrá más comunicados a su debido tiempo. La familia real junto a la gente alrededor del mundo está de luto por su pérdida». La presentadora de la BBC a cargo de la lectura con voz levemente emocionada vestía de luto riguroso. A continuación, se hizo el silencio y sonó Dios Salve a la Reina, el himno nacional. A partir de ese instante, en el Reino Unido y en todos los países de la Commonwealth las banderas ondearon a media asta. En la verja del palacio quedó expuesto, como es tradición, el anuncio del fallecimiento real, aunque fue retirado poco después para evitar la afluencia de público. El Gobierno hizo un llamamiento para que la gente no se concentrara en el lugar, donde muy pronto hubo decenas de ramos de flores.
El fallecimiento del duque de Edimburgo no fue una sorpresa. El finado tenía 99 años y los problemas de salud le asediaban desde el 2017, cuando abandonó las obligaciones oficiales de la corona y la vida pública. Desde entonces había sufrido varias hospitalizaciones. El pasado 16 febrero fue ingresado una vez más y pasó 28 días en el hospital. Poco se informó sobre sus dolencias, o la gravedad de su estado. Se dio a conocer que padecía una infección. Posteriormente fue trasladado a otro hospital donde fue operado de un problema cardiaco preexistente. El príncipe Carlos fue el único que acudió a visitarle durante la primera semana de tratamiento. Una vez dado de alta permanecía en el castillo de Windsor, donde la muerte puso fin a sus días. Su última aparición pública, frágil y claramente desmejorado,
Una gran imagen en Picadilly Circus rinde homenaje al duque de Edimburgo.
El duque y la reina de Inglaterra con los reyes de España en 1988. fue el pasado mes de julio en una ceremonia militar en Windsor. Durante su retiro se había dedicado a pintar acuarelas y a escribir cartas.
La noticia del fallecimiento provocó un torrente de tributos y homenajes. El primer ministro, Boris Johnson, compareció enlutado a la puerta de la residencia de Downing Street para «dar las gracias como nación y reino, por la vida extraordinaria del príncipe Felipe» al que se debe recordar «por en
Felipe de Edimburgo a su salida del hospital el pasado 16 de febrero. cima de todo, por su apoyo a su majestad la reina». El obispo de Canterbury, Justin Welby, elogió las cualidades del finado, de las que se debe tomar «inspiración y ejemplo». Mandatarios y personalidades en todo el mundo enviaron mensajes de condolencia.
La versión oficial sobre la vida y obra del duque le sitúa como la figura en la que la soberana podía confiar, sobre todo en los momentos críticos de su largo reinado . En
él habría encontrado apoyo durante los divorcios de tres de los cuatro hijos del matrimonio, especialmente el de los príncipes de Gales, o cuando murió la princesa Diana. «Simplemente, él es y ha sido, mi sostén y lo sigue siendo a lo largo de todos estos años», había declarado Isabel II dirigiéndose a su esposo, en el banquete de sus bodas de oro en 1997.
El de su muerte no era el día ni el momento de recordar al perso
le asediaban desde el 2017, cuando abandonó las obligaciones oficiales