Detenido un `gurú' que abusó de sus fieles durante años
Captaba a personas b con dificultades para poder explotarlas y controlarlas mejor El líder, que se b llamaba «maestro iluminado», tenía de cómplice a 2 mujeres
Los Mossos d'Esquadra han detenido al líder de un grupo de supuesto crecimiento personal y de carácter psicoterapéutico que captaba a personas en momentos de gran vulnerabilidad y las sometía durante años a abusos sexuales, vejaciones y humillaciones. Además del líder de la secta, un español de 66 años, han sido detenidas su pareja, una mujer de 50 años, y una segunda mujer de 43, en este caso italiana, por los delitos de asociación ilícita, abusos sexuales y vejaciones. Además, se investiga a otra mujer española de 54 años por su presunta participación en los hechos. Los detenidos quedaron en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial.
SSegún informaron ayer los Mossos, el 29 de marzo fue detenido en La Pobla de Lillet (Berguedà) el máximo responsable del grupo, que se autodenominaba «maestro iluminado». Ese mismo día se detuvo a su pareja y se denunció a otra mujer. Días después, el 6 de abril, los agentes arrestaron en Barcelona a la mujer italiana, colaboradora del líder y pieza clave en el grupo, según la policía, ya que se encargaba de captar nuevos miembros y participaba activamente en los abusos y vejaciones a los demás integrantes.
La investigación se inició en septiembre de 2020, cuando la policía
Un mosso interroga a una persona en la acción policial contra la secta en La Pobla de Lillet. tuvo conocimiento de que un grupo de personas habrían sido víctimas de diferentes abusos psicológicos y sexuales en el marco de un supuesto grupo de psicoterapia, algunas desde hacía 10 años.
Los líderes de la secta las captaban cuando vivían momentos de vulnerabilidad psicológica, como rupturas sentimentales o desarraigo por la llegada a un nuevo lugar de residencia. La captación, señalan los Mossos, se realizaba con el boca-oreja y era la mujer italiana la encargada de realizarla cuando detectaba una persona vulnerable. Era entonces cuando les hablaba a las víctimas positivamente de su «maestro».
/Si la víctima aceptaba unirse al grupo, empezaba primero con sesiones individuales, hasta que poco a poco se la introducía en las grupales. Estas sesiones se realizaban en un piso de Barcelona y podían combinar meditación y
otras actividades, que en ocasiones se llevaban a cabo en «retiros» de fin de semana.
Estas actividades combinaban el cansancio físico con poca alimentación y privación de sueño, lo que provocaba un debilitamiento psicofísico de las víctimas, haciéndolas más vulnerables e influenciables, subrayan los Mossos. Además, el secretismo que imperaba contribuía al distanciamiento de los miembros con su entorno y reforzaba el sentimiento de pertenencia al grupo.
En algunas de estas sesiones se realizaban actividades de carácter erótico y sexual y los argumentos para realizarlas eran superar resistencias internas, traumas y complejos. El líder del grupo, que dirigía estas actividades con ayuda de su pareja y otras dos mujeres, decía tener capacidades para hacer crecer espiritual y emocionalmente a las víctimas, a las que se refería como «alumnas». De hecho, se
ganaba su confianza para obtener todo tipo de información personal que después utilizaba para manipularlas psicológicamente.
Durante las sesiones, el líder del grupo hacía pasar pruebas a las víctimas, muchas veces de contenido sexual, y establecía normas de control muy estrictas, como prohibir hablar de lo que hacían o evitar relaciones fuera del grupo. En el caso de incumplir esta directrices, el líder les imponía castigos y vejaciones.
La dependencia psicológica y el grado de manipulación era tal que las víctimas tenían un gran temor a ser expulsadas del grupo. Las prácticas abusivas llegaron al extremo de abusos sexuales, así como al sometimiento a diversos tipos de humillaciones. Entre los hechos denunciados se incluye el intento de modificación de la orientación sexual de algunas de las víctimas.
HEl fallo le prohíbe residir donde viva el padre, tíos y abuelos durante 30 años