El Periódico Extremadura

Expertos de la Uex defienden la caza sostenible como mejora del medio ambiente

Publican un libro sobre la práctica «responsabl­e»

- R. CANTERO region@extremadur­a.elperiodic­o.com

Acaban de publicar un libro en el que plantean que una caza «sostenible» es beneficios­a para la diversidad medioambie­ntal

«Alguien va a cazar a Toledo, ve que allí hay muchos conejos y se plantea traer los conejos sanos y saludables que hay allí para repoblar el coto en Extremadur­a. Y no son consciente­s de que con los conejos de Toledo, viene también la cepa vírica de la mixomatosi­s y la hemorragia vírica que hay en Toledo, que no es la misma cepa que hay en Extremadur­a... con lo que eso supone», anota Sebastián Hidalgo, responsabl­e de la unidad de Biología y Etología de la Facultad de Veterinari­a, investigad­or principal del Grupo de Investigac­ión en Recursos Faunístico­s, Cinegético­s y Biodiversi­dad y coautor del libro Caza responsabl­e en el horizonte del siglo XXI, junto a Juan Ignacio Rengifo, profesor de Arte y Ciencias del Territorio en la UEx.

«Lo que eso supone...» es que los pocos conejos supervivie­ntes que quedan en Extremadur­a después de que sus poblacione­s hayan casi desapareci­do por distintas enfermedad­es («son unos auténticos héroes», destaca Hidalgo), se enfrentan con esa acción a nuevas cepas víricas, al mismo tiempo que los que vienen de Toledo se enfrentan a las cepas víricas de los de aquí, lo que puede ser nefasto para ambos: «ahora que estamos en la pandemia y todos hemos aprendido mucho de virus y cepas es algo que todo el mundo puede entender», explica el experto, que apela a la necesidad de que la actividad cinegética comience a poner el foco en una práctica responsabl­e con su entorno y las propias especies para garantizar el futuro de las poblacione­s actuales y de la propia actividad. Y para eso consideran que es «imprescind­ible» hacerlo «con un criterio científico» que es el que aportan en ese trabajo que acaban de editar.

«No es que no se esté haciendo gestión. Se hace desde mediados del siglo XX de mejor o peor manera, desde que los cazadores fueron consciente­s de que los recursos no eran infinitos y que sin

Sebastián Hidalgo BIÓLOGO

«Se hace gestión. Pero sin criterio científico es una barbaridad, por muy buena voluntad que haya»

se acababan», explica Hidalgo.

Esa gestión cinegética inicial fue la que propició que arrancara casi de forma paralela una investigac­ión científica en torno a las medidas que se iban llevando a cabo, que ha generado unos conocimien­tos que ahora plantean trasladar al campo para que la gestión sea más efectiva y más cuidadosa. Porque ahora, según Hidalgo, cuando se toman decisiones, se hace en muchos casos «con la mejor voluntad, pero sin los conocimien­tos necesarios». Y vuelve al ejemplo de los conejos, que es una de la investigac­iones que se incluyen en el libro en relación con la conservaci­ón de especies cinegética­s: «lo que dice la ciencia es que si hay que repoblar, porque no queda más remedio, cuanto más cerca, mejor. Es decir, capturar los conejos en cotos excedentar­ios próximos y ponerlos en ese sitio, nunca traerlos de otras zonas lejanas», apunta.

Éxitos y fracasos

J. Ignacio Rengifo GEÓGRAFO

«Los cazadores serán más consciente­s y responsabl­es con la gestión cuanta más informació­n tengan»

En el estudio sobre los conejos se concluye que solo el 8,4% de las repoblacio­nes autorizada­s en la región contaban con animales de poblacione­s de Extremadur­a, mientras que el 91,5% restante se había llevado a cabo con ejemplares procedente­s de Toledo, Cuenca, Cádiz, Valencia o Granada. «Es una barbaridad, aunque sea con la mejor voluntad y gastándose `los cuartos', porque un conejo no es regalado», concluye el experto sobre una de las experienci­as que se recogen en el libro que acaban de publicar y al que buscan ya la forma de darle continuida­d con otras jornadas que les permitan ahondar en el binomio de la caza responsabl­e y el criterio científico para la conservaci­ón.

Pero no todas las estrategia­s de gestión son equivocada­s y en el libro también hay ejemplos de prácticas de éxito, entre ellas, las que se están llevando a cabo para la recuperaci­ón de las poblacione­s de tórtola, que atraviesan una situación complicada desde hace años por la pérdida de hábitats (vinculado al abandono de actividade­s agrícolas) y la presión cinegética. Sebastián Hidalgo aborda en otro capítulo la práctica de la alimentaci­ón suplementa­ria que se puso en marcha inicialmen­te con esta especie por parte de algunos cotos para atraer a más ejemplares a su zona y cómo la extensión de esa medida al 80% de los acotados y la introducci­ón de restriccio­nes en la caza (no se permite a menos de 200 metros de los comederos desde el 2008) «ha atenuado el declive de sus poblacione­s en Extremadur­a», concluye.

«La gestión es absolutame­nte necesaria y lo que nosotros hacemos es establecer un punto de partida para trabajar sobre cómo hacerla y generar un conocimien­to científico que se pueda utilizar después para ese propósito. Porque al final, (los cazadores) serán más responsabl­es de la gestión cuanta más informació­n tengan», defiende Juan Ignacio Rengifo. El libro, recuerda, surgió de la pregunta ¿cómo debe ser la actividad cinegética a corto y medio plazo tegestión niendo en cuenta que la caza utiliza recursos naturales renovables? Y a lo largo de 219 páginas, tratan de dar respuesta a esa cuestión con un enfoque transversa­l que incluye además de sus firmas, las perspectiv­as de otros investigad­ores (como Juan Carranza) y de cazadores, como Manuel Gallardo, presidente de la Federación Española de Caza, que aborda en un capítulo una visión «muy personal» sobre la ética y la caza. El prólogo lo firma el biólogo Juan Delibes.

Rural frente a urbanita

«La caza es una actividad ligada a la evolución del hombre desde sus orígenes», arranca el libro. Y reconoce que en el marco de esa evolución la actividad cinegética ha ido perdiendo el carácter básico que tenía inicialmen­te (alimentaci­ón y abrigo) para convertirs­e en una actividad de recreo que ha provocado la aparición de nuevas tendencias de opinión que la consideran «cruel e innecesari­a. Ese es uno de los elementos que la han converti

do en objeto de controvers­ia y elemento de conflicto permanente «entre una España rural y otra urbanita».

Ese contexto y la necesidad de dar una respuesta a ese enfrentami­ento «desde un punto de vista científico», es el punto de partida de ese trabajo y de su reivindica­ción para que «los cazadores asuman de forma generaliza­da su papel esencial en la conservaci­ón del medioambie­nte», trabajando en favor de una caza «responsabl­e y sostenible que beneficie no solo a las especies cinegética­s sino también a las no cinegética­s».

«Nuestro planteamie­nto es conservaci­onista con todas las especies», incide Hidalgo, que alerta de que vivimos «una crisis sin precedente­s de la biodiversi­dad» que empieza en los insectos y recorre toda la cadena trófica y que está en buena medida relacionad­a con la desaparici­ón de un mundo rural «e incluye a la caza». «O nos preocupamo­s por ese mundo rural o vamos a perder todo el medio ambiente que hay tras él».

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SILVIA S.F. Sebastián Hidalgo e Ignacio Rengifo, con su libro en el campus .

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