El Periódico Extremadura

La instrucció­n del caso Alvia se cierra tras 8 años de la tragedia

- EL TERCER CIERRE/

El maquinista Francisco José Garzón Amo y el jefe de seguridad de Adif cuando se puso en marcha la línea ferroviari­a Santiago-Ourense, Andrés Cortabitar­te, son las únicas personas que serán procesadas por el descarrila­miento el 24 de julio de 2013 de un tren Alvia en Santiago, con el saldo de 80 muertos. La Audiencia Provincial de A Coruña confirmó el pasado jueves, casi ocho años después del accidente, el cierre de la investigac­ión tras ser rechazados los recursos presentado­s contra el auto del Juzgado de Instrucció­n número 3, a cargo de la causa y al frente del cual está el magistrado Andrés Lago Louro. En el banquillo, por tanto, se sentarán únicamente Garzón Amo y Cortabitar­te, que deberán responder por la presunta comisión de 80 delitos de homicidio por imprudenci­a grave profesiona­l y otros 144 de lesiones.

Así las cosas, el juicio oral se abrirá contra estas dos personas: el maquinista del tren, que aquel día circulaba con un exceso de velocidad tras atender una llamada del intervento­r, y el exdirector de seguridad en la circulació­n de Adif, al que el instructor atribuye la responsabi­lidad de una evaluación de riesgos deficiente en la línea férrea. Ahora, el instructor dará un plazo para presentar escritos de acusación y de defensa. Una vez recibidos, se estudiará la logística para planificar el juicio.

En septiembre de 2020, Andrés Lago cerró de nuevo la investigac­ión del accidente del tren Alvia ocurrido el 24 de julio de 2013 en el barrio compostela­no de Angrois. Era la tercera vez que este magistrado -el segundo encargado de investigar la causa- daba por cerrada la instrucció­n. La primera, en octubre de 2015, con el maquinista como único imputado. La segunda, en diciembre de 2018, ya contaba, como ahora, con el exresponsa­ble de seguridad de Adif como imputado, tras la línea que le marcó la Audiencia Provincial de A Coruña en el momento en que dictó la reapertura del caso. Fue la denuncia de un extrabajad­or de Talgo, que aseguró que res

El tren de Alvia de Santiago-Ourense en el lugar del siniestro, en julio de 2013. ponsables de la empresa ordenaron el borrado del registro de averías del tren poco después de sucedido el accidente, la que obligó a reabrir la causa en noviembre del año pasado. Talgo siempre negó esas acusacione­s, pero el juez, ante la demanda de la Audiencia, tomó declaració­n al extécnico denunciant­e y a varios trabajador­es para tratar de dilucidar si ese borrado existió o no.

Ahora, es la propia Audiencia la que avala su decisión de considerar

que estos hechos carecen de relevancia al afirmar que existe una causa basada en «terminante­s y plurales indicios» que «no resulta cuestionab­le, apta por si sola para generar el descarrila­miento», como era «la velocidad excesiva para la curva en la que se salió el tren de la vía». En cuanto a la solicitud de sobreseimi­ento por parte del maquinista, la Audiencia asevera que «infringió indiciaria­mente el deber de cuidado que personalme­nte le competía».

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