Sin mácula
Ignacio Gragera alcanzará la Alcaldía de Badajoz sin mácula. En los casi dos años que lleva en el ayuntamiento, al que llegó de nuevas, como sus tres compañeros de grupo, no ha alzado la voz y cuando lo ha hecho ha sido con demasiados rodeos. No es que no hable -lo hace por los codos y, como abogado que es, no escatima en retahílas- sino que no la levanta por no generar polémica. Siempre responde, pero bajando el tono. No se achanta ante los reproches de la oposición, aunque no se da por aludido y prefiere parar el golpe sin devolverlo. Está esperando su turno, aguantando el tipo sin responder a las provocaciones.
Aguarda a que el alcalde del PP, Francisco Javier Fragoso, le pase el testigo para ocupar la alcaldía pacense con el único y gran mérito de haber convencido al PP para alternarse el bastón de mando, a pesar de su escaso respaldo electoral. Mérito que no desmerece, pues que un nuevo partido con una candidatura de recién llegados gobierne en el mayor ayuntamiento de Extremadura no es moco de pavo. Ciudadanos y Gragera van a tener dos años por delante para mostrar lo que quieran demostrar en política. No puede haber mejor escaparate para promocionarse, darse a conocer y a querer. Por eso Gragera no se inmuta ni protesta. Se aferra al sillón de portavoz soñando con que otro de respaldo alto lo aguarda. Un sillón más grande y más expuesto. Ese era su gran objetivo y el de su partido, que cuando vio que
Ignacio Gragera con el actual alcalde, Francisco Javier Fragoso.