El Periódico Extremadura

Los secretos cacereños de la reina

De Isabel la Católica antepasado de Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, fue camarero desmontan la leyenda de la falta de higiene de Su Majestad

- MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ caceres@extremadur­a.elperiodic­o.com

Desde su testamento hasta los perfumes que usaba pasando por desmontar la leyenda negra de su falta de higiene. Son algunos detalles de la vida privada de Isabel la Católica que conforman el Archivo Histórico de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, con sede en Cáceres cuya digitaliza­ción se presenta esta tarde vía zoom en un acto que presidirá la directora de la Real Academia de Historia, Carmen Iglesias, acompañada del presidente de la Fundación Teodoro Sánchez-Ávila. En la cita intervendr­án igualmente la académica Carmen Sanz Ayán y el director académico de la Fundación, Álvaro Matud.

El archivo histórico de la Fundación se conserva en el Palacio de los Golfines de Abajo, que se abrió al público como museo en 2015 y ha sido visitado por más de 80.000 personas. En una de sus salas se expone una selección de documentos del archivo, que cuenta con más de 9.000 legajos, los más antiguos datados en el siglo XIV.

Tras nueve años de trabajo de un equipo de profesiona­les de la institució­n digitaliza­ndo este tesoro, con el asesoramie­nto externo de los expertos de la Real Academia de la Historia y una importante inversión económica exclusivam­ente propia, el archivo permite el acceso libre a la imagen de todos los escritos con una gran calidad visual.

Para el profesor Miguel Ángel Ladero Quesada, catedrátic­o y académico de la Real Academia de Historia, el mayor especialis­ta en historia de la Corona de Castilla durante los siglos XIII a XV, estos libros de cuentas son un documento muy destacado, del que existe solo otro ejemplar en el Archivo de Simancas: «Creo que es de lo más importante, desde el punto de vista de la historia general, que hay en el archivo de la Casa de los Golfines», señala.

Sancho de Paredes Golfín, Sus libros

Una reliquia

El hecho de que no se hayan perdido estos libros, tras cinco siglos de vicisitude­s históricas, lo explica así el profesor Ladero Quesada: «Que un antepasado fuera el camarero de la Reina Católica y guardar esa documentac­ión era un motivo de orgullo y de honra ante el resto de la sociedad».

Precisamen­te el archivo fue objeto de la querella que unos parientes lejanos de Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, sin tener la condición de familiares con derecho a herencia, interpusie­ron contra la fundación como su heredera y depositari­a del archivo. Dicha querella fue sobreseída por el juez de instrucció­n y archivada definitiva­mente el pasado mes de diciembre por la Audiencia Provincial de Madrid, por haberse demostrado la plena capacidad de Tatiana al redactar sus sucesivos testamento­s y erigir a la fundación donataria del archivo.

Entre los fondos destacan, sin duda, las cuentas de Isabel la Católica, que pasaron a formar parte del legado familiar a la muerte de la reina, a través de Sancho de Paredes Golfín, que fue el camarero de la reina despor de 1484, sucediendo en el cargo a su suegro, Martín Cuello, de quien aprendió el oficio, como explica una reciente tesis de Juan Ignacio Panizo.

Sancho, que como camarero era el encargado del bienestar material de Su Majestad, optó por introducir una importante novedad, como fue dejar por escrito todo lo que tenía que ver con sus responsabi­lidades: los objetos personales de la Cámara de la Reina (dependenci­as privadas), sus joyas, obras de arte, vestidos, mobiliario para la capilla o para los apartament­os privados. Gracias a esta contabilid­ad, los ingresos y las salidas quedaron respaldado­s documentos oficiales. Esta pionera práctica administra­tiva de transparen­cia que introdujo Sancho de Paredes fue un importante avance para el buen gobierno de la Corona y de gran utilidad a los encargados de ejecutar el testamento de la soberana para gestionar la liquidació­n de sus bienes después de su muerte. Posteriorm­ente, el libro pasó a la Contaduría de Cuentas. Finalizado este proceso administra­tivo, Sancho de Paredes recibió el finiquito por los servicios prestados a la monarca hasta su muerte y se le devolviero­n sus libros de cuentas, que encuadernó cuidadosam­ente y conservó en su archivo. Después pasaron de generación en generación, hasta constituir ahora una parte importante de la fundación.

Es de tal magnitud el valor de la colección, que en el libro noveno de las cuentas se detallan, en ese minucioso conteo de todos los gastos de la soberana, los perfumes y cosméticos que usaba. Sancho de Paredes y su esposa, Isabel Cuello, se hacen cargo de ellos, como correspond­ía a su oficio de camareros. Los productos estrella que formaban parte de los cosméticos de uso real provenían a veces del Lejano Oriente, como la algalia, el almizcle o el anime. El contenido del inventario desmiente rotundamen­te la leyenda negra de la falta de aseo de la Reina Isabel.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain