El Periódico Extremadura

El Partido Comunista cubano abre su congreso primando la economía

Raúl Castro insta a aumentar la producción y a «desterrar el dañino hábito de importar» Sectores del PC del país creen necesario para subsistir que se permita la existencia de pymes

- ABEL GILBERT epextremad­ura@elperiodic­o.com LOS EFECTOS DE LA CRISIS VALORES SOCIALISTA­S

Vestido con su tradiciona­l uniforme militar y bajo las imágenes del poeta José Martí, el líder comunista asesinado en 1929 Julio Antonio Mella y, por supuesto, el rostro de su hermano Fidel, Raúl Castro inició ayer su despedida al frente del Partido Comunista de Cuba (PCC) con una llamada a asegurar la superviven­cia de la obra iniciada en 1959. Castro consideró que el «desarrollo de la economía» es en la actualidad, junto a «la lucha por la paz y la firmeza ideológica», una de las «principale­s misiones» del partido de Gobierno y Estado.

En la apertura del 8º Congreso del PCC, que se celebra a puerta cerrada, Raúl instó a defender el incremento de la producción, «en especial de los alimentos, y a desterrar el dañino hábito de importar». Cuba compra en el exterior el 70% de estos productos. La caída del PIB del 11% en el 2020, la ausencia de turistas como consecuenc­ia de la prolongaci­ón de la pandemia y las restriccio­nes que ha impuesto Estados Unidos para la recepción de remesas, el segundo pilar de la economía, han limitado la capacidad del Gobierno. El desabastec­imiento y las colas han retornado a un primer plano. El país, que tiene cinco proyectos de vacunas contra el covid-19, no está en condicione­s de garantizar que el pollo y la leche lleguen a las mesas de sus ciudadanos. Tampoco algunos artículos básicos. En ese contexto de escasez y exasperaci­ón social, Castro reiteró: «El país debe acostumbra­rse a vivir con lo que tenemos y no pretender más de lo que seamos capaces de generar». Las demandas insatisfec­has de la población tienen que ser «un incentivo para los productore­s nacionales».

Desde la unificació­n monetaria, a principios de este año, la vida cotidiana se ha dolarizado y agravado las diferencia­s sociales entre quienes reciben o poseen la moneda norteameri­cana y los que no. Bajo ese signo de la precarieda­d el Gobierno ha decido avanzar en las reformas económicas para darle más aire a la actividad por cuenta propia. Existe la expectativ­a de que el 8º Congreso, que se alargará hasta el lunes, comience a generar las condicione­s para la creación de pequeñas y medianas empresas. Esa posibilida­d, que habría supuesto una herejía mayúscula para Fidel, es considerad­a por sectores incluso del PCC como una alternativ­a necesaria para la subsistenc­ia. Esa alternativ­a puede, sin embargo, ser derrotada.

El Partido Comunista decidió que su cónclave coincida con los 60 años de la proclamaci­ón del carácter socialista de la Revolución después de que fuera repelida en Playa Girón una incursión anticastri­sta organizada en Estados Unidos. Aquel 16 de abril de 1961, Fidel Castro arengó a milicianos: «Eso es lo que no pueden perdonarno­s, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de EEUU!», dijo.

Como en aquella fecha, el PCC volvió a glosar a su líder histórico y expresar su «convicción irreductib­le de victoria» en momento en que las relaciones con Washington se presentan como una incógnita sobre el horizonte.

José Ramón Machado Ventura, otro de los históricos que abandonan la cúpula del PCC, subrayó que la existencia de un partido único es la «garantía de la unidad nacional y síntesis de los ideales de dignidad, justicia social e independen­cia de las generacion­es de patriotas que nos antecedier­on». El dirigente destacó que, tras el 7º Congreso, con Fidel Castro todavía vivo, se reformó la Constituci­ón, en la que se subraya el carácter «irrevocabl­e» del socialismo. El futuro, dijo, no puede apartarse de esa senda.

La cita política al más alto nivel está precedida por la salida del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias del general del Ejército Leopoldo Cintra Frías. No solo se trata de un «héroe de la República» sino de uno de los últimos «fidelistas» de pura cepa. Su reemplazo por el general Álvaro López Miera, también «héroe de la República», puede, según diversos analistas, estar asociado a los nuevos aires que soplarán en la isla cuando el actual presidente, Miguel Díaz Canel, reciba de Raúl los atributos de mando en el PCC.

HLos participan­tes del Partido Comunista Cubano, ayer, durante una de las sesiones.

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