La participación pública se ha revalorizado 625 millones este año
Las pérdidas de BFA-Bankia del 2020 no implican que la fusión con CaixaBank vaya a ser un mal negocio para los contribuyentes. La participación pública se ha revalorizado en unos 1.700 millones desde que se anunciaron las negociaciones en septiembre y en unos 625 millones en lo que va del 2021. Los inversores entienden que la entidad integrada tiene más capacidad de generar beneficios, y por tanto de pagar unos dividendos que permitan al Estado recuperar las ayudas públicas. La nueva CaixaBank estima que podrá recortar sus gastos en 770 millones y aumentar sus ingresos en 290 al año. La factura final del rescate no se sabrá hasta que el Estado salga del capital (se acaba de dar hasta el final del 2023 para hacerlo). De momento solo ha ingresado 346 millones de euros, un 1,4% de lo que inyectó.
del Banco Central Europeo, pero las entidades entienden que tienen más capacidad de generar resultados de las que se les reconoce). CaixaBank, así, pagó por Bankia un precio de mercado (3.812 millones) muy inferior a su valor en libros y a su patrimonio neto, lo que ha obligado a BFA-Bankia a disminuir el valor de los activos de la filial en esos 5.584 millones.
Como adelantó este diario en octubre, la fusión también va a impactar en las cuentas de Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el organismo estatal dueño de BFA. Al ser el accionista de control tanto de la matriz como de la filial, el ente público no contabilizaba su participación en ambas según su hipotético valor de mercado, sino en función del patrimonio neto de todo el grupo menos los intereses minoritarios (básicamente, la parte del patrimonio neto de Bankia que corresponde al resto de sus accionistas que no son el Estado). Así, le daba un valor (lo que llama «importe recuperable» de las ayudas) de 9.530 millones en el 2019.
A finales de mayo presentará previsiblemente las cuentas del 2020. De mantener el mismo criterio contable, tendría que apuntarse unas pérdidas de 3.557 millones