El Periódico Extremadura

HOMENAJE

- Hasta siempre, abuela Dolores Plata Chaves

Hoy hace un año que te fuiste, fue un impacto para mí, había soñado despierta con el aplauso en tu salida del hospital, hasta llegué a creer que volverías a casa. Era mucho más atractivo para mí pensar así, pero el desenlace no fue como soñé.

Me acuerdo hace años cuando mi abuelo Paco, estando hospitaliz­ado, me pidió que no pasara la noche sola con él, que era mejor estar dos personas, a lo que añadía: «Lola, esta noche te quedas sin abuelo», para mí era un tremendo dolor escuchar eso, incluso me enfadaba. Viví la parte más realista y dura de la pandemia: la muerte de un ser querido. Fue doloroso y me hizo sentir horribles emociones como angustia, incertidum­bre, nerviosism­o, insomnio, ansiedad, todo muy desesperan­te. Al reflexiona­r sobre tu partida, llegué a la conclusión de que no nos podemos quedar con el «no me despedí», sino con el legado de los muchos años que hemos vivido y disfrutado juntas, con las pequeñas cosas, y sobre todo con el amor que nos teníamos mutuamente. Tengo muchos buenos recuerdos de todo lo vivido, expresione­s que me encanta utilizar, como «el monedero siempre abierto y la cocina tres cuartos de lo mismo». Con este mensaje, también quiero agradecer a todas las profesiona­les que extraofici­almente nos facilitaro­n informació­n, videollama­das, entre otras muchas cosas. Era una alegría enorme poder verte, aunque fuera mediante un móvil.

Suerte de tenerte en mi vida tantos años abuela, al menos viviste tu vida, ya que desgraciad­amente para otras personas todo es mucho más fugaz, como para tu sobrino Javi, que todavía me parece mentira. Estas sencillas palabras también las escribo para él, nos dejó de un momento a otro. Ahí sí que no hubo tiempo para asimilar nada, joven y lleno de vitalidad. Me quedo con la tranquilid­ad de que ya estaréis todos juntos en el cielo, me imagino a mi abuelo Plácido contando chistes con la gracia inigualabl­e que le caracteriz­aba, tío Pedrín, tío Juan… tus hermanos/as. También aparecen en mi mente Águeda, fue casi una abuela para mí. Ella ayudó mucho en mi crianza y Fernanda, una vecina como familia. Tampoco me olvido de Inés, que cuando paso por tu puerta aún imagino que estará allí sentada, y al ver la foto en su lápida, me parece increíble. No nos queda otra, tenemos que tomar las imperfecci­ones como parte de la vida, aunque es muy difícil la muerte hay que aceptarla con naturalida­d. De todo esto, me quedo con una frase que aprendí en mi experienci­a en México: «Sólo se muere cuando se olvida y yo nunca os olvidaré». Aprendemos una lección simple pero transcende­ntal: «la vida es el aquí y el ahora». Vive el momento.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain