SINGLADURA
Ráfales, en la comarca del Matarraña, es una carabela musulmana que eternamente navega en un océano de bosques.
En su centro, su palo mayor y sobre su cofa, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, infla sus velas para tirar hacia adelante de ella. A popa el palo de mesana, su ayuntamiento, dándole sentido a su derrota.
A proa el trinquete, la ermita de San Rafael, facilitando el giro según sea necesario. A largo de su eslora y desde estribor a babor, su plaza Mayor, el portal de San Roque, el de la Villa y el de Boira. En la sentina, el molí de
l´hereu. Y su muralla que conforma su casco.
Para San Jorge, navegué en los poéticos mares de Ráfales. Durante la lírica travesía, soplaron vientos relacionados con uno de los bandoleros más conocidos de la zona, Lo Floro. La singladura y el recital dieron comienzo en la plaza Mayor de Ráfales. El rumbo pasó por la zona de Els Estrets donde se encuentra la Cova del Floro. En esas coordenadas, se desarrollaron las segundas declamaciones.
Fondeamos el barco a la altura del Mas de Rallo donde tuvo lugar las últimas de las lecturas. Al atracar en el puerto, nos deleitaron con un espléndido concierto de música a cargo del grupo Fer&Eva. En fin, solo me queda dar las gracias al pueblo de Ráfales por la gentil acogida, el bello trayecto y aconsejar a todo el mundo la visita a tan marinera nao.