La India pasa de los 200.000 muertos con la pandemia descontrolada
Sirven los parques, los aparcamientos y pronto las carreteras. Las piras improvisadas de las que brotan columnas de humo se aprietan en Nueva Delhi para lidiar con las víctimas de la segunda ola del coronavirus. La pandemia se cobra una víctima cada cuatro minutos en la capital india y las esperas en los crematorios superan las 20 horas. El porcentaje de mortalidad en la India es aún bajísimo en comparación con algunos países occidentales pero sus escenas de devastación y el colapso de su sistema sanitario carecen de precedentes, privados los enfermos de camas y oxígeno y de un adiós digno a los fallecidos, con los familiares pidiendo auxilio en las redes sociales o recurriendo al mercado negro para conseguir medicinas o vacunas.
La India informó hace un año de la primera víctima mortal de coronavirus y acaba de superar la barrera de las 200.000 que hasta ahora solo habían alcanzado Estados Unidos
El sistema sanitario ha colapsado y hay colas de 20 horas en los crematorios
y Brasil. Son cifras oficiales que los expertos miran con recelo porque a las trapacerías de todos los gobiernos con las cuentas se añade en la India la saturación de los mecanismos registrales. Ayer se contaron 3.293 muertes y 362.757 contagios. Son números inéditos en el mundo desde que se empezó a hablar de una extraña neumonía en Wuhan. Y en ese cuadro de lacerante escasez de medios se explica la ira popular ante la noticia de que Nueva Delhi ha destinado un hotel de lujo para uso exclusivo de los magistrados y sus familias.
La capital está en cuarentena, como los estados sureños de Maharashtra y Karnataka, y en otras regiones se han acentuado las restricciones de movimiento. El Gobierno destina todos sus recursos para embridar el avance de la pandemia. El Ejército protege los camiones que trasladan los cilindros de oxígeno para evitar el saqueo, ha liberado sus propias reservas y ordenado a su personal médico jubilado que eche una mano en los hospitales.