La familia, terapia esencial
Morir no duele, aunque el paciente esté en estado terminal y la agonía sea larga, siempre que tenga cuidados paliativos y emocionales de calidad. Lo que sí duele es que priven al enfermo y a la familia de coger su mano, darle un abrazo y acompañarle el tiempo que sea necesario en el hospital.
Opino que la familia es un elemento terapéutico esencial para aliviar el sufrimiento a los pacientes que pasan por estas circunstancias. Se debería garantizar que las familias puedieran dar acompañamiento el tiempo que hiciera falta para proporcionarles su mayor bienestar emocional.
Ante todo debe considerarse como un auténtico derecho, no como un privilegio. Un enfermo en estado terminal no es un despojo humano, es una persona y, como tal, se le debe prestar la misma atención emocional que a cualquier paciente, aunque le queden pocos días de vida.
El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, entregó esta semana el bastón de mando a la Virgen de la Montaña, un acto que se convirtió en histórico puesto que es la primera vez que se celebra en el santuario y no en Fuente Concejo, como marca una tradición que se ha visto interrumpida por el coronavirus. Silvia Sánchez Fernández
Lucía Sánchez Saornil, poeta, periodista y anarcosindicalista, sin duda una de las primeras mujeres en nuestro país en vivir, sin ningún tapujo, su relación amorosa con una mujer en los ambientes libertarios de la época, sobre todo en los años 20 y 30. Saornil, junto a la abogada Comaposada y la médica Poch y Gascón, impulsó la organización unificada y revista Mujeres Libres. Defendieron, entre otras cuestiones, la igualdad y la libertad sexual, el derecho al aborto voluntario o la equiparación salarial, llegando a contar con más de 20.000 afiliadas durante la Guerra Civil.
Fue en la época de la Guerra Civil cuando Lucía conoció a América Barroso, la que sería su pareja el resto de su vida. A pesar de los prejuicios que asolaban esa época en relación al lesbianismo, ellas fueron valientes y no ocultaron su relación.
Pioneras también fueron Elisa y Marcela; una historia de amor que Isabel Coixet llevó a la gran pantalla. Dos mujeres que desafiaron las normas establecidas casándose por la Iglesia en 1901. Este fue el primer matrimonio homosexual del que se tiene constancia en España. Tras años manteniendo una relación, cansadas de la clandestinidad, decidieron casarse disfrazándose una de ellas de hombre y el cura, sin sospechar, las casó. No obstante, al cabo de unos días se destapó el engaño y, tras ser perseguidas, decidieron huir a Portugal y a Argentina después.
Estos dos casos son una muestra, y sirven de referente, de cómo gracias a mujeres como ellas, las mujeres bisexuales y lesbianas de las generaciones posteriores somos un poco más libres.
Luisa Vicente