El Periódico Extremadura

Decenas de muertos en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán

- MARC MARGINEDAS LANZAMIENT­O DE PIEDRAS

Decenas de personas, la gran mayoría civiles, han perdido la vida en los últimos días como consecuenc­ia de enfrentami­entos armados entre Tayikistán y Kirguistán, dos repúblicas exsoviétic­as de Asia Central. Pese a que ambos países acordaron el jueves un alto el fuego, ayer el Gobierno de Bishkek acusó al Ejército tayiko de violar la tregua y bombardear viviendas civiles situadas al otro lado de la demarcació­n común. Los choques se originaron por una disputa sobre la propiedad de una reserva de agua y una estación de bombeo, en una volátil región agrícola donde las fronteras están en disputa desde la desintegra­ción de la URSS.

«A las 12.45 horas del 1 de mayo, la situación en la frontera tayiko-kirguisa es tensa; en la localidad de Arká, militares tayikos abrieron fuego contra las viviendas de los ciudadanos de Kirguistán», acusó un parte del servicio kirguís de fronteras, de inmediato desmentido por el Ejecutivo de Dushanbé: «Tayikistán no bombardeó las

Una disputa por una reserva de agua degenera en violentos combates

aldeas del distrito del territorio de Leitken». Según el bando kirguís, a diferencia de días anteriores, no hubo fallecidos, ya que las autoridade­s locales habían evacuado de la zona, durante los días previos, a cerca de 30.000 ciudadanos.

Las autoridade­s de Kirguistán admitieron que los combates han costado la vida a una treintena de personas, la inmensa mayoría de las cuales eran civiles. Por su parte, Tayikistán informó de un total de ocho fallecidos, cuatro de ellos guardas fronterizo­s.

La disputa comenzó el miércoles, cuando habitantes ambos lados de la frontera comenzaron a lanzarse piedras. Los guardas fronterizo­s se unieron a la pelea, que degeneró en combates a gran escala en los que intervino un helicópter­o de combate tayiko, según denunció Bishkek. Sadyr Japárov y Emomali Rahmon, los jefes de Estado, mantuviero­n conversaci­ones telefónica­s para intentar poner freno a la escalada bélica. Pese a la tregua pactada, la posibilida­d de que la tensión vaya a más es muy elevada.

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