Jesús, un trotamundos de Jaraíz
El joven jaraiceño trabaja en Talayuela, estudió en Cáceres, vivió en México y preside la tuna cacereña
Jesús Hernández Mateos (04/10/1996) es natural de Jaraíz de la Vera. Estudió Derecho y ADE en la Universidad de Extremadura en Cáceres y ahora está cursando el Máster del Profesorado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Entretanto, trabaja en Talayuela como técnico de logística en Biosearch, una compañía biotecnológica de productos farmacéuticos con sede en Granada.
Él vive en Jaraíz pero va y viene todos días a Talayuela. Allí es encargado de pedidos, documentación, comercio internacional, gestión de almacén y se ocupa de las relaciones con los clientes. Ha descubierto la empresa privada y le gusta: «De momento quiero seguir creciendo y desarrollándome aquí, aunque el máster me puede abrir muchas puertas en el universo de la docencia», explica.
Además de todo esto a Jesús siempre le ha llamado la atención la tuna. «En Plasencia la vi por primera vez con 10 añitos y me encantó. Una vez que llegué a Cáceres fue cuando me metí», recuerda. Actualmente es presidente de la tuna de Magisterio de Cáceres. «Es un orgullo. Nuestro objetivo es pasarlo bien. Aquí estamos todos por amor a la música, aunque el tema gastronómico también influye», confiesa.
El futuro
«Con nuestras correrías conseguimos desconectar del mundo, con nuestros ensayos, nuestras actuaciones y con las cañas que nos tomamos después, pero con esto del coronavirus son tiempos bastante difíciles», admite. «Queremos seguir llevando a cabo actuaciones respetando a rajatabla las medidas de seguridad y que las nuevas generaciones puedan entrar, es primordial; queremos que las voces de la
El joven, en Jaraíz de la Vera. tuna nunca dejen de sonar». El modo de vida del tuno no se acaba nunca: «somos tunos hasta la muerte y queremos acercarle la tradición a los universitarios. La tuna de
Cáceres tiene más de 50 años y hay que renovarse continuamente».
Ama su tierra. «La Vera es un entorno de gran hermosura, con presencia de agua, vegetación y un gran clima. Jaraíz está muy bien, la gente es muy campechana, amable y acogedora», relata.
El joven rememora con nostalgia unas prácticas en México, donde vivió durante seis meses. Allí llevaba por bandera a su tierra. «Es un país impresionante, del que el mundo tiene mucho que aprender: la generosidad, la solidaridad social, la calidez y la disposición al contacto humano. Es muy cultural, me cambió la vida».
Para terminar habla sobre la juventud. «Somos jóvenes, no un problema. Cuando comenzábamos nuestra andadura universitaria, la mayor recesión económica que se recuerda se metió de lleno en nuestras vidas. Truncó de lleno las esperanzas de unos jóvenes que veían cómo sus estudios que estaban cursando podrían no asegurarles un futuro laboral digno, como así se les había prometido durante tanto tiempo. Fueron años demasiado duros hasta la llegada del fatídico 2020. Y tengan una cosa por seguro, si el futuro está en manos de los jóvenes españoles, les aseguro que tendremos un porvenir especialmente bueno».
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