Las tres lecturas del resultado del 4-M
De la traslación de resultados al ruedo nacional a la polarización de los bloques ideológicos
Las elecciones a la Comunidad de Madrid del pasado domingo dejan una España dividida en dos bloques ideológicos más polarizados que nunca; una clara vencedora tras arrasar la popular Isabel Díaz Ayuso; partidos al borde de la desaparición, con Ciudadanos expulsado de la Asamblea de Madrid;
otros en horas críticas, con el batacazo del socialista Ángel Gabilondo, y un mar de preguntas sobre la traslación de estos resultados a la política nacional. Estas son las tres lecturas de los comicios autonómicos del 4 de mayo, que han dejado a Vox fuera de la ecuación para gobernar y han desencadenado la renuncia del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, a la primera línea
de la política. Las dos primeras interpretaciones son de vista corta (o intermedia) y la última, de vista larga.
1 El PP, ¿casa común de la derecha?
La derecha, coordinada alrededor del PP, ha absorbido a Cs y frenado el crecimiento de Vox. La estrategia de Ayuso se ha basado en la confrontación con dos rivales perfectos: Iglesias, utilizado como espantajo propulsor de la movilización reactiva, y el «sanchismo», que representa a un Ejecutivo deteriorado por la gestión de la pandemia y apoyado por socios que el bloque de derechas repele. Victoria para Ayuso
y el PP. ¿Funcionará siempre esta estrategia de confrontación? La respuesta está en Galicia, donde el popular Alberto Núñez Feijóo logró el mismo objetivo con una receta opuesta. En Madrid, bajada de impuestos, bares abiertos y polarización extrema. En Galicia, moderación, restricciones anticovid y atención al pensionista. ¿De qué más depende? De si se gobierna o no. Los votantes de derechas premian especialmente la capacidad de gestión. Eso contribuyó a que el PP perdiera en Cataluña la batalla contra Vox.
2 ¿Quién lidera ahora la izquierda?
La izquierda madrileña sale del 4-M
en su situación más vulnerable desde el 2011. Ir a una «en defensa de la democracia» contra Vox no ha sido suficiente. El PSOE de Gabilondo cae a su peor dato histórico mientras que Unidas Podemos apenas mejora dos puntos tras presentar a su líder nacional como candidato. Los morados quedan últimos e Iglesias dimite. La nota discordante, y más esperanzadora para los progresistas, la ha marcado Más Madrid, la primera fuerza del bloque. Mónica García supera los resultados de su líder, Íñigo Errejón, en las madrileñas del 2019. Su auge evidencia una pauta que venimos observando en los últimos años. Quitando la victoria del candidato del PSC, Salvador Illa, en plena pandemia, las fuerzas del Gobier
no, PSOE y Podemos, han reportado una erosión considerable en Galicia y Euskadi, mientras BNG, Bildu y Más Madrid han crecido. Los morados han visto reducida su representación a la nada en Galicia.
3 ¿Madrid es España?
La zanja que deja la enorme polarización no es solo ideológica; también aventura el distanciamiento de dos Españas geográficas. A un lado, la España de tipo 1, de la periferia geográfica, con una identidad más plural, más de izquierdas y en muchos casos bilingüe. El ejemplo paradigmático es Cataluña, donde el 14-F dejó un Parlament con la mayor representación de partidos de izquierdas de su historia. En Euskadi, Bildu compensó el estancamiento del PSE y la bajada de Podemos. Al otro lado de la zanja se situaría la España de tipo 2, de la que Madrid se ha erigido capital . En los comicios con más participación, el bloque de la derecha sacó una ventaja de 16 puntos a la izquierda. A Madrid habría que sumar Murcia y Andalucía, donde la izquierda, representada casi en exclusiva por el PSOE, articula cada vez más un discurso sobre lo que es España más alejado del de la izquierda periférica y más cercano al PP.