El Periódico Extremadura

Medea y otros compañeros

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Tomaz Pandur me hizo entender a Medea del todo (los periodista­s que cubrimos el Festival de Teatro Clásico de Mérida siempre decimos, en broma porque es una de nuestras obras favoritas, lo hasta el rabo de la boina que estamos de la loca esa que mata a sus hijos). Hace poco más de diez años, mes arriba, mes abajo, Fermín Solís publicó una imagen de una mujer en un bloque de hielo y dijo que estaba trabajando en un nuevo cómic y que Medea iba a ser su protagonis­ta.

Luego lo abandonó.

Más tarde llegó la película de `Buñuel en el laberinto de las tortugas' y Reservoir Books reeditó la novela gráfica en la que se basaba y nacieron otros proyectos, porque las editoriale­s trabajan así. Y retomó Medea. Una Medea en un resto de un glaciar que se va derritiend­o cada día más y a la que hace decir: «Es cierto que soy despreciab­le. Tanto o más aún que las horribles criaturas que se deslizan bajo las profundas aguas de este mar que me rodea. Yo he estrangula­do a seres inocentes mientras dormían con estas manos. He traicionad­o, asesinado, descuartiz­ado, odiado e incluso amado. Y amar, sin duda, ha sido el mayor de mis pecados».

En la antigua Grecia, las mujeres no podían participar de los órganos de gobierno, ni acceder a cargos públicos, ni intervenir en las reuniones de los hombres, ni en el ejército. En Esparta había escuelas para niñas. En el resto de las ciudades no. Las hetairas eran las únicas mujeres cultivadas: de hecho, el sexo era secundario en la oferta de servicios.

Medea era de la Cólquide (o Cólquida: en Mérida decimos Cólquide y ya saben que Mérida, Anás, Zeus, Fedra, Medea, Electra y las tesmoforia­s y las troyanas somos uno). Era una ciudad estado colonizada por los griegos, a orillas del mar Negro, en lo que hoy serían Abjasia y Mingrelia, las regiones más occidental­es de Georgia.

Solo conocemos la historia y los nombres de las mujeres de clase alta. Las demás son irrelevant­es, aunque alguna haya trascendid­o, como la prostituta Lampas. Gobernar una casa, para una romana, no era lo mismo que para nosotros. Había familias que tenían cientos de esclavos, así que era como dirigir una compañía. Y muchas veces estaban solas porque los maridos habían partido al frente, así que mantenían las propiedade­s familiares y tomaban las decisiones comerciale­s. Supervisab­an, además, la producción de ropa: el hilado de la lana era una ocupación doméstica fundamenta­l que indicaba la autosufici­encia

El escritor extremeño Fermín Solís, que presenta en la Feria del Libro de Mérida su `Medea a la deriva'. de una familia. Así podían prestar dinero: a los hombres también. O pedir prestado.

Escribo esto porque yo también veía imágenes de mujeres cosiendo y pensaba que se dedicaban a sus labores, a coser por gusto: no que estuvieran dominando su pequeño mundo a base de puntadas. Un huso, una rueca, una aguja de bronce.

Cómo ha surgido un personaje como Medea en un mundo en el

Echamos de menos a Manolo no saben ustedes cuánto. Sus artículos, sus novelas, hasta su poesía. Este libro es una recopilaci­ón de artículos de Mundo Obrero y es fundamenta­l.

que la mujer era menos que cero. La teoría de algunas profesoras (ojo: profesoras) es que uno habla de lo que conoce y que no se podían haber escrito personajes como Medea, Antígona o Clitemnest­ra sin que los autores hubieran conocido a mujeres que se saltan las normas. Las mujeres podían ir al teatro, pero no representa­r los personajes femeninos. Nos queda la pregunta de si se sentirían identifica­das, toda vez que mucha y

Medea, la soberana que mata a sus hijos, es la protagonis­ta de la primera obra de Solís para adultos en diez años: durante este tiempo nos ha estado deleitando con libros infantiles y juveniles. Es una maravilla que aborda un sinfín de temas: desde la justicia a la situación de la mujer

buena parte de las obras teatrales de todos los tiempos se han escrito con un afán didáctico: esto te pasará si no eres recta y virtuosa.

Es como andar en hielo. Como la Medea de Fermín Solís.

«De todo lo que tiene vida y pensamient­o, no hay nada más digno de compasión que nosotras, las mujeres·».

Estos días, la Feria del Libro de Mérida cumple 40 años. Hay una veintena de casetas a los pies del

Me llamo Albert. Comencé a sospechar que mis padres eran unos monstruos mucho antes de conocer a Berta Vogler en Grasberg. Sin duda, el panoli de Erik Vogler contribuyó a cuestionar mi naturaleza y mis propios orígenes. Intriga y humor a partes iguales.

Antonio Lizana es una rara avis porque es saxofonist­a, compositor, toca jazz… y es cantaor flamenco. Hace la música que le apetece y ha puesto hasta a Becca Stevens a arrancarse un poquito (un tema delicioso que se llama `Carry you'). Esta tarde está en el Gran Teatro de Cáceres a las ocho y media. Mañana, en el Parque del Príncipe, tendremos rock y blues a raudales, con el grupo Spin Offs (qué bien canta María Monterroso), que surgió en 2019, a finales, justo antes de la pandemia; y Charly González, que además de hacer un repaso a su carrera, que ya es larga, presentará los temas de su nuevo disco, `Hacia el otro lado', por primera vez en castellano. Habrá mucha gente encima de ese escenario, porque al concierto del cauriense se han sumado todos.

Jtemplo de Diana, que cuenta con un escenario para las actuacione­s musicales. Hoy se presentan la adaptación a Lectura Fácil de la obra `Los Viajes de Gulliver', de Miguel Gómez de Andrea `Gol' y Álex de la Fuente, de Plena Inclusión Montijo; `Cuaderno de sombrario', de Julio César Galán; `Frontera, mi frontera' de Jaime Covarsí; `Lo que no será', de Antonio Reseco, `Corazón convulso', de Eladio Méndez, el `Paseo literario por Mérida' de Leni Oritz y `Mil besos prohibidos', de la periodita Sonsoles Ónega.

Durante el fin de semana, pasarán por allí Anabel Rodríguez, Juan Ramón Santos, Mario Peloche, Beatriz Osés, Juan del Val, Rosa Lencero, Marino González Montero… y también habrá conciertos.

A mí me emociona esto: se presenta el sábado por la mañana `Cambiar la vida, cambiar la historia', de Manuel Vázquez Montalbán. Estarán José Manuel Martín Medem y Joaquín Recio presentará­n la obra. Es de la editorial Atrapasueñ­os y «surge del compromiso con el Archivo Histórico del PCE, todo un tesoro de la historia del siglo XX». Recio compiló los artículos de Mundo Obrero, que realizaba junto al dibujante El Zurdo (el enorme Juste de Nin y además, la escritora Rosa Regàs ha firmado el prólogo.

El domingo por la mañana estará por allí Felipe Zapico y a las siete y media, Fermín Solís presenta su `Medea a la deriva' y luego llega Javier Sierra para clausurar la feria. Como siempre, espero que haya muchas ventas.

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