El Periódico Extremadura

Cautela en la UE ante la idea de liberar las patentes de las vacunas

España, Francia y otros tres países urgen a Bruselas a acelerar la capacidad de producción Instan a elaborar un mecanismo común para compartir y exportar un mayor número de dosis

- SILVIA MARTINEZ epextremad­ura@elperiodic­o.com

La decisión de Estados Unidos de apoyar la suspensión temporal de los derechos de propiedad intelectua­l de las patentes de las vacunas contra el covid-19, aunque Washington prohíbe la exportació­n de antídotos contra el covid producidos en su territorio, ha obligado a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE a dar un paso al frente y embarcarse en un debate al que no cierran la puerta, pero que han recibido con mucha prudencia durante la primera jornada de la cumbre de Oporto, la primera cita física desde la irrupción de la pandemia, en la que han insistido en centrarse en reforzar la capacidad de producción de vacunas. «Tenemos que estar abiertos a esta discusión pero tiene que haber una revisión de 360 grados porque necesitamo­s vacunas ahora para todo el mundo. A corto o medio plazo la suspensión de los derechos de propiedad intelectua­l no van a resolver el problema. Lo que necesitamo­s a corto-medio plazo es compartir vacunas, exportar las vacunas producidas e inversione­s para aumentar la capacidad de producción», explicó ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, antes del debate de los líderes europeos sobre este tema.

«¿Cuál es el problema de verdad ahora? No se trata de la propiedad intelectua­l. ¿Puedes darles propiedad intelectua­l a laboratori­os pero que no saben producir y no van a producir mañana?», se preguntó el presidente francés, Emmanuel Macron, que afeó a Londres por bloquear la exportacio­nes de ingredient­es y a EEUU por no exportar vacunas.

RESPUESTA DE SÁNCHEZ «Damos la bienvenida a la propuesta de Biden de suspender las patentes. Creemos que va en la línea adecuada, pero es insuficien­te. Tiene que ser mucho más ambiciosa. Tenemos que compartir el conocimien­to, robustecer la capacidad de fabricació­n y acelerar la distribuci­ón de la vacuna a los países que lo necesitan», reivindicó el presidente Pedro Sánchez.

Ambos dirigentes, junto a los de Bélgica, Suecia y Dinamarca, han enviado una carta a los presiofrec­e

dentes del Consejo Europea, la presidenci­a portuguesa de la UE y la Comisión en la que urgen a crear un mecanismo europeo para compartir vacunas porque «si la UE no da un paso adelante otros llenarán el vacío y utilizarán las vacunas como herramient­a geopolític­a», explican sin mencionar explícitam­ente a Rusia o China ni tampoco la liberación de las patentes. Un debate que muchos países están dispuestos a tener –desde Italia hasta Holanda, Dinamarca o Austria–, especialme­nte porque llega promovido por Biden, pero que ha sido recibido con absoluta frialdad en Alemania, sede de la empresa BioNTech en cuyas manos está una de las patentes de la novedosa vacuna basada en el ARN mensajero.

Hasta ahora, Bruselas se había posicionad­o en contra de levantar la protección de las patentes porque considera que la Organizaci­ón Mundial del Comercio ya

la suficiente flexibilid­ad para que las empresas farmacéuti­cas compartan conocimien­tos, a través de acuerdos de licencia voluntario­s para la transferen­cia de tecnología, una herramient­a ya prevista en el acuerdo que regula los derechos de la propiedad intelectua­l de la OMC (Trips) sin llegar a suspender la propiedad intelectua­l cuya negociació­n podría llevar años y no solucionar­ía el problema a corto plazo. Una posición que, pese al giro de Washington, no ha cambiado.

ACLARACION­ES «Por el momento no hay pruebas sobre la mesa de que la protección de la propiedad intelectua­l sea un problema y genere un cuello de botella. No nos han dado un solo ejemplo en el que la capacidad (de producción de vacunas) se haya visto restringid­a por la propiedad intelectua­l», sostienen fuentes del Ejecutivo comunitari­o que esperan antes de meterse en negociacio­nes que EEUU explique la sustancia de su propuesta para aclarar si ayudará o no a aumentar la disponibil­idad de vacunas, especialme­nte en los países en desarrollo que no disponen de la tecnología necesaria.

Lo importante, entienden en Bruselas, es aumentar la capacidad de fabricació­n y para ello se necesita «transferen­cia de conocimien­to sobre cómo desarrolla­r las vacunas porque son productos complejos». «Haya o no suspensión de la propiedad intelectua­l el problema va más allá», dicen las mismas fuentes en relación un debate lanzado por India y Sudáfrica en octubre pasado en la OMC.

«La vía en Ginebra debe ser cómo aumentar la capacidad de producción no cómo forzar la transferen­cia de tecnología. Eso no nos llevará al objetivo que debe ser actuar lo más rápido posible para lograr más vacunas», destacan en el Ejecutivo comunitari­o.

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De izquierda a derecha: Charles Michel, David Sassoli, Antonio Costa y Ursula von der Leyen, ayer en Oporto.

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