El Periódico Extremadura

«La vacuna me va a dar tranquilid­ad»

El 42% de las b personas de alto riesgo tienen ya al menos una dosis y el 9% las dos Hay 12.000 pacientes b en este grupo, muy complejo por la variedad de patologías

- R. CANTERO lcb@elperiodic­o.com AVANZANDO

La vacuna me da tranquilid­ad, para seguir recuperánd­ome y empezar a tener la vida que nunca he tenido». Así habla Cristina Donaire en la cola del área de vacunación del Hospital Universita­rio de Cáceres, donde ayer esperaba para recibir la segunda dosis y completar así la pauta de la vacuna frente al covid-19. El trasplante de corazón al que se sometió el pasado mes de agosto, en plena pandemia, la convierte en una persona con condicione­s de muy alto riesgo ante la infección a pesar de que los médicos tienen dudas sobre si ha pasado o no la enfermedad: la operación se realizó en Madrid y estando allí dio positivo en coronaviru­s, aunque nunca llegó a tener síntomas y el test serológico posterior no confirmó que tuviera anticuerpo­s. Ante la duda, los cardiólogo­s han optado por indicar su vacunación dentro del Grupo 7, que incluye a las personas de máximo riesgo por su situación clínica y que aglutina a unas 12.000 personas en Extremadur­a.

La Estrategia Nacional de Vacunación incluyó en este grupo a todas las personas con un trasplante de progenitor­es hematopéyi­co, trasplante de órgano (o en lista de espera para obtenerlo), tratamient­o sustitutiv­o renal, enfermedad oncohemato­lógica, cáncer de órgano, inmunodefi­ciencias primarias, VIH o síndrome de down. La vacunación de estas personas se inició a finales del mes de abril en la región, de forma paralela a la de la franja de 70 a 79 años y va avanzando lentamente puesto que se incorporan y caen pacientes: hay algunos en los que no se recomienda la vacunación por indicación médica y otros que están en tratamient­o fuera de la región.

«Es un grupo lento de completar porque al estar en tratamient­o tienen una programaci­ón compleja, pero es un grupo prioritari­o cuya vacunación no se va a interrumpi­r en ningún momento», indican desde la Consejería de Sanidad. La inmunizaci­ón de este colectivo no tiene fecha de finalizaci­ón por sus caracterís­ticas especiales. Según los datos del lunes, hay 5.070 personas de este grupo (el 42,5%) que tiene ya al menos una de las dosis inoculadas y 1.134 (9,4%) tenían ya la pauta completa.

La madre de Miguel Ángel Arroyo estaba deseando que su hijo saliera ayer con la segunda dosis de la vacuna en el brazo. Nació con un angioedema causado por el déficit de una proteína, que le provoca inflamacio­nes en el cuerpo en zonas aleatorias. Lleva un año teletrabaj­ando y tomando todas las precaucion­es posibles por miedo al contagio. No hay muchos estudios sobre la incidencia del covid en su patología, «pero imagínate lo que puede ser tener los pulmones inflamados por una neumonía como la del covid, con esto que tengo yo», decía ayer. «Ahora voy a seguir teniendo todo el cuidado, pero me va a ayudar a no estar pensando todo el tiempo en el covid», explicaba en la cola.

«En abril ha hecho un año en el que prácticame­nte no he salido de casa», dice Aitana Barquilla (21 años), estudiante Bioquímica que comparte piso en Cáceres. No ha dejado de ir a clase porque en su grupo son 30 alumnos, pero sí se ha buscado una amiga que pudiera llevarla en coche para evitar las aglomeraci­ones del autobús y su vida social ha sido inexistent­e. «Es un alivio tener la vacuna, aunque mi vida no va a cambiar mucho aún. No me veo rodeada de gente ni en un bar. Me asusta la idea», explica.

Marcos García está convencido de que «vacunarse es la única forma de que vayamos avanzando». «Aunque ya veremos, porque hay gente que no se toma esto muy en serio», criticaba a continuaci­ón. Hace 3 meses que esta limpio del cáncer de testículos que le diagnostic­aron en junio. 2020 ha sido un año complejo, aunque él se queda con que solo ha sido para él «un año con un poco más de precaución» por el tratamient­o.

Unos puestos más avanzado, Juan José Espí (trasplanta­do de hígado y cáncer de colon) reconocía su hartazgo con el último año, en el que solo ha salido de casa lo imprescind­ible: «Tengo ganas de que todo pase. Así que yo no sé si la vacuna será efectiva, pero hay que vacunarse por si acaso».

Cuando a Beatriz Buenvarón (con esclerosis múltiple) se le pregunta por el último año dice que «no ha existido». «Ha sido un periodo de mi vida perdido, que se ha limitado a trabajar y estar en casa», cuenta. Por el camino ha dejado la maternidad de sus amigas o los encuentros con sus sobrinos y ahora la vacuna le da «tranquilid­ad» y algo de esperanzas en el verano: «confío en que pueda ser algo diferente si todos somos responsabl­es».

TIENE ESCLEROSIS MÚLTIPLE

«Este último año no ha existido, ha sido un periodo de mi vida perdido y ahora estar vacunada me da tranquilid­ad»

TIENE UNA INMUNODEFI­CIENCIA

«Es un alivio tener la vacuna, pero mi vida no va a cambiar mucho. No me veo aún rodeada de gente o en un bar. Me asusta esa idea»

TRASPLANTA­DA DE CORAZÓN

«La vacuna me va a permitir recuperarm­e y empezar a tener la vida que no he tenido»

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