Las ferias se encienden `a media luz' en Extremadura
Los feriantes recuperan a paso lento su actividad en los pueblos
El sector de las ferias comienza a despertar envuelto en medidas de seguridad. No serán ferias al uso en la mayoría de los casos, pero el sector y los ayuntamientos están consensuando (con más o menos negociación) modelos adaptados a las circunstancias y requerimientos de cada municipio y a las necesidades de una actividad de la que viven en la región 1.500 familias que no han podido trabajar en el último año como consecuencia de la pandemia de covid-19 y que quieren que la vuelta no deje atrás a ninguno de los negocios que son habituales en las ferias. En Cáceres, por ejemplo, el ayuntamiento no autorizaba la instalación de puestos de comida en la feria de San Fernando (mayo) porque entendía que podía ser un foco de contagios. El sector se plantó en bloque y se ha optado por aplazar la cita a septiembre para que con la vacunación más avanzada, se puedan instalar en el recinto ferial todos los negocios. En Mérida el ayuntamiento quiere una feria con todos sus elementos, aunque no se ha concretado aún cómo se hará puesto que la cita no se celebra hasta septiembre. Badajoz apuesta también por una feria casi al 100% aunque sin casetas y en Plasencia (la primera de las grandes ferias tras aplazarse la de Cáceres) se plantea un cambio de ubicación para su cita en
Unas 1.500 familias
viven en Extremadura de esta actividad, que ha parado 18 meses
porque el recinto ferial se está utilizando ahora para la campaña de vacunación del covid.
«Somos los primeros interesados en que todo salga bien y en que se cumpla con las medidas de seguridad a rajatabla. Pero el sector tiene que salir unido de esta situación y no podemos hacerlo si anteponemos los intereses de unos a los de otros. Aquí todos necesitamos trabajar y queremos trabajar», dice Rosa
Morgado, presidenta del colectivo de feriantes y voz del sector en las negociaciones con los ayuntamientos. Las más complicadas son las que se han llevado a cabo hasta ahora para las ferias de las grandes ciudades, aunque Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia parece que han despejado el camino. «En las localidades más pequeñas los espacios son más fáciles de controlar, ya se han hecho varias este año y la experiencia es que
Los pueblos optan
por eliminar actividades complementarias para instalar los cacharritos
no ha habido contagios», recuerda la empresaria.
UN MANUAL PARA ARRANCAR/ La Dirección General de Salud Pública editó el pasado mes de marzo una guía de recomendaciones para la actuación en las atracciones de feria y los parques de ocio de la región, que ha llegado a todos los ayuntamientos a través de la Federación Extremeña de Municipios y Provincias (Fempex). Esa guía es el manual que está siguiendo muchos alcaldes junto al protocolo que los feriantes redactaron también sobre su actividad y las posibilidades de garantizar que sea segura en este contexto de pandemia.
Oliva de la Frontera y Zahínos fueron de las primeras localidades en programar sus ferias, que se celebraron en abril. Oliva (con unos 5.000 habitantes) cambió la ubicación de su feria a un parque que permitía controla mejor los accesos y únicamente se instalaron las atracciones infantiles y un puesto de turrón. La cita se desarrolló del 22 al 25 de abril. Se colocó un control de acceso y de salida, con toma de temperatura en la entrada y con un formulario que tenían que rellenar todas las personas, con sus datos y los contactos que habían tenido en los últimos días. El resto de actividades complementarias no se celebraron y la candela que se prende por San Marcos este año se instaló en varias zonas del pueblo para evitar que se produjeran aglomeraciones. «La feria se planificó muy bien y aún así nos preocupaba lo que pudiera pasar. Pero había que empezar ya», dice José Rángel, alcalde de la localidad.
Para Félix Sansegundo, la de Oliva fue la primera feria tras el parón por la pandemia. Ahora está en la de Alconchel con el Canguro, la atracción que gestiona desde hace años. «La primera feria fue muy emotiva y funcionó muy bien. La gente nos rede cibió muy bien y económicamente fue también una buena feria», dice el empresario. Después de esa cita, han empezado a negociar con otros ayuntamientos. «Están viendo que es posible hacer una feria porque los protocolos se cumplen. Somos los primeros interesados, porque dependemos de ellos para seguir trabajando», explica Sansegundo.
Alconchel acaba de arrancar con Feria de Mayo a medio gas. El ayuntamiento ha suprimido las actividades complementarias (toros, conciertos o casetas) para priorizar las atracciones infantiles. «Lo que planteamos es las mismas atracciones en el mismo sitio que siempre, además un puesto de turrones, dos hamburgueserías y un puesto de bisutería», dice el alcalde, Óscar Díaz. Además se ha extremado la vigilancia y la guardia civil apoyará a la policía local del pueblo en el control del botellón en las dos noches centrales, ayer y hoy. «Hemos optado por apartar algunas actividades, pero que pudiéramos tener ya feria», reconoce.
Rosa Morgado
ASOCIACIÓN DE FERIANTES «Somos los primeros interesados en que todo salga bien, pero tenemos que salir de esta unidos»
José Rángel
ALCALDE DE OLIVA DE LA FRONTERA «La feria se planificó muy bien y aún así nos preocupaba lo que pudiera pasar, pero había que empezar»