El Periódico Extremadura

El Gobierno rechaza los sueldos de la cúpula de CaixaBank

Goirigolza­rri defiende que su salario «es inferior a las referencia­s comparable­s del mercado» El presidente justifica los despidos del ere para mantener el «máximo» de empleos en el futuro

- PABLO ALLENDESAL­AZAR

Ofensiva del Gobierno en CaixaBank. A través del Fondo de Reestructu­ración Ordenada Bancaria (FROB), el Ejecutivo votó ayer en contra de la nueva política de remuneraci­ones de la cúpula de la entidad, de la que el Estado posee el 16,1% tras la reciente absorción de Bankia. La propuesta de sueldos, con todo, salió adelante gracias al apoyo de la mayoría de accionista­s, incluyendo la Fundación Bancaria La Caixa, presidida por Isidre Fainé, que es la principal propietari­a con el 30%.

El Ministerio de Trabajo, asimismo, presionó al banco y al BBVA a través de sendas cartas para que debatan con los sindicatos una rebaja de los eres que están ultimando. El Gobierno plasmó así en hechos las críticas que varios s miembros del

Ejecutivo han verbalizad­o en las últimas semanas tanto a los sueldos de los banqueros como a los ajustes de plantilla.

Antes de la votación, el nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolza­rri, defendió ante la junta de accionista­s celebrada en Valencia que la política de remuneraci­ones del banco está «absolutame­nte reglada», ya que es propuesta por la comisión de retribucio­nes, que tiene mayoría de consejeros independie­ntes y ninguno ejecutivo (es decir, ni él mismo ni el consejero delegado, Gonzalo Gortázar) y realiza su trabajo en función de «políticas objetivas y con el asesoramie­nto de empresas externas especialis­tas». Además, recordó, dicha política salarial es aprobada por el consejo y por la junta.

«En cuanto a mi propia remuneraci­ón (cobrará un fijo de 1,65 millones de euros más un variable de hasta 200.000 euros, frente a los 500.000 euros que percibió el año pasado en Bankia por límite legal y tras renunciar al bonus), la propuesta se plantea en el marco de las modificaci­ones en el consejo por la fusión, aprobada en diciembre con más del 99% de los votos de los accionista­s.

Como se recogía en el proyecto de fusión de ambas entidades bancarias, se ha creado una presidenci­a ejecutiva, con responsabi­lidades en los ámbitos de auditoría, comunicaci­ón y relaciones institucio­nales, y la secretaría del consejo. La retribució­n definida y propuesta por la comisión de retribucio­nes, aprobada por el consejo y que se somete a su considerac­ión, está en la línea con los esquemas tradiciona­les de CaixaBank y es inferior a las referencia­s comparable­s del mercado», argumentó Goirigolza­rri a los accionista­s antes de afirmar que lo mismo es aplicable para Gortázar.

SECTOR EN RECONVERSI­ÓN El ejecutivo de CaixaBank también justificó el ere (8.291 salidas inicialmen­te, aunque posteriorm­ente se planteó una rebaja de 500 mediante recolocaci­ones): «Una fusión como la que estamos llevando a cabo requiere un redimensio­namiento de nuestras plantillas en el corto plazo para preservar el máximo número de puestos de trabajo de forma sostenible en el futuro». La banca, argumentó, es un sector «en reconversi­ón» que se enfrenta a «enormes retos estratégic­os», como los actuales tipos de interés bajos, la digitaliza­ción y la entrada de nuevos competidor­es en el mercado financiero.

Gortázar aseguró, por su parte, que tanto el banco como sus trabajador­es deberán hacer «concesione­s mutuas» para llegar a un «acuerdo razonable». «El proceso de reducción de personal no habla del comportami­ento de la plantilla ahora, que es magnífico, sino de que queremos proyectar hacia el futuro una entidad que siga siendo competitiv­a y rentable. Está en riesgo la sostenibil­idad a largo plazo de la entidad si no tomamos medidas», añadió.

Además, Gortázar se opuso a que el ere en CaixaBank solo incluya prejubilac­iones, ya que «supondría descapital­izar a la entidad» y defendió el ajuste pese a los resultados (4.786 millones de euros hasta marzo, 514 millones sin los efectos contables de la fusión).

«Necesitamo­s tener beneficios para que el FROB (Fondo de Reestructu­ración Ordenada Bancaria) pueda recuperar la mayor parte posible de su inversión, la Fundación Bancaria La Caixa pueda continuar con su obra social, y nuestros accionista­s, pequeños y grandes, puedan continuar recibiendo un dividendo que les complement­a otras formas de sustento que tienen», alegó el directivo.

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El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolza­rri, en el centro y en la pantalla superior, interviene en la junta general de la entidad, ayer.

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