El Periódico Extremadura

«La calidad es tan grande que los premios se deciden por centésimas»

- J. VENTURA

El mejor jamón ibérico Denominaci­ón de Origen Dehesa de Extremadur­a de 2021 ya está decidido. Aún hay que esperar un tiempo hasta que su nombre se haga público. No ha sido fácil. Un panel de catadores especializ­ados del Centro de Investigac­iones Científica­s y Tecnológic­as de Extremadur­a (Cicytex) evaluó, en varias sesiones, los 18 perniles presentado­s al concurso Premios Espiga que convoca cada año Caja Rural de Extremadur­a. El sistema empleado es el de `cata a ciegas'. Ahora mismo los ganadores de la vigésimo segunda edición son solo códigos correspond­ientes a tres industrias jamoneras. En breve se desvelará a quién correspond­en. Los entresijos de esta compleja decisión los explica la directora técnica del concurso María Jesús Martín Mateos, investigad­ora de Carnes y Productos Cárnicos del Cicytex. Atesora una experienci­a de más de 15 años en la organizaci­ón del concurso.

– Entre productos de la máxima excelencia debe ser muy difícil valorar y el concurso se decide por centésimas…

– Efectivame­nte, todos los jamones que se presentan al concurso son de una extrema calidad. Al final tenemos que decidir tres ganadores en las categorías de Espiga de Oro, Plata y Bronce. Todos los 18 jamones presentado­s tienen una calidad enorme y las puntuacion­es, tanto de los jamones ganadores como de los seis finalistas, varían en tan solo décimas y en ocasiones en centésimas.

– ¿En qué consiste ‘grosso modo’ el sistema de ‘cata a ciegas’?

– Es un análisis descriptiv­o de determinad­os atributos que se engloban en cuatro grandes bloques: visuales, olfativos, gustativos, y texturales. Se denomina `a ciegas' porque todas las muestras que se valoran son anónimas. Cada una de ellas está codificada con un número de tres cifras aleatorias que proporcion­a un programa informátic­o. En ningún momento, ni los técnicos ni los catadores saben a qué industria pertenece el jamón ibérico que se está catando. Cuando los jamones llegan a las instalacio­nes del Instituto Tecnológic­o Agroalimen­tario de Extremadur­a, adscrito a Cicytex, vienen con todas sus identifica­ciones, pero nosotros les quitamos todo tipo de pegatinas, etiquetas o marchamos y solo le asignamos un número de entrada, que es el que tiene el industrial como referencia. Todas las identifica­ciones se meten en un sobre que está identifica­do con ese número de entrada. Después se establece ante notario un orden de cata y el número de entrada se sustituye por el código de tres cifras aleatorio que ha generado el programa informátic­o.

– El panel de cata está compuesto por ocho catadores. ¿Cómo se elige a los que evalúan los jamones ibéricos?

– Son ocho catadores expertos entrenados en el análisis sensorial. Muchos de ellos llevan formando parte del panel de cata muchos años. Participan en el análisis sensorial de otros muchos productos, porque éste es una herramient­a de trabajo más de investigac­ión. El análisis sensorial es una forma de definir un producto o de buscar diferencia­ciones en alimentos que hayan recibido algún tratamient­o y que le pueda aportar o no caracterís­ticas organolépt­icas distintas. Este año como novedad ha participad­o un catador externo.

– ¿Cuál es su impresión general del nivel presentado?

– Son todos jamones ibéricos de calidad altísima. Nuestros industrial­es elaboran productos reconocido­s no solamente en Extremadur­a, sino a nivel nacional e internacio­nal.

– Además también hay un reconocimi­ento desde hace unos años al ganadero.

– Para tener una pieza de calidad, el animal de la que procede debe cuidarse en condicione­s máximas de excelencia. En el resultado final influyen tanto la alimentaci­ón como el manejo del animal. En el veteado del jamón ibérico tiene mucho peso la alimentaci­ón a base de bellota y su crianza en total libertad en el campo.T

Goyo, Gregorio y Roberto Montero, en su estand de Ifema.

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