El Periódico Extremadura

La alta presión inmobiliar­ia ahoga a Portugal

La inversión por ▶ parte de extranjero­s ha disparado el precio del alquiler en Lisboa

- LUCAS FONT

El fuerte aumento de los precios de la vivienda en Portugal, tanto de compra como de alquiler, está añadiendo más presión a las familias, ya de por sí golpeadas por la subida de la inflación. El precio de compra en el territorio continenta­l aumentó un 18,7% en diciembre pasado respecto al mismo periodo del año anterior, según datos de Confidenci­al Inmobiliar­io, una empresa especializ­ada en el mercado de la vivienda. Es el mayor aumento interanual de los últimos 30 años en el país. En el caso de los alquileres, la subida de los precios ha sido más contenida, aunque el precio medio por metro cuadrado en Lisboa ya supera al de otras grandes ciudades europeas, como Madrid.

El aumento de los costes de la construcci­ón –derivado de una escasez de materias primas– y la subida de los tipos de interés están entre las principale­s causas del aumento de los precios de compra. Una situación que afecta al conjunto de Europa, pero que en Portugal se suma a otros problemas particular­es del mercado inmobiliar­io nacional que han provocado que la subida de los precios de la vivienda sea más acentuada en este país que en la media de la zona euro. Según datos de Eurostat, este incremento fue del 13% en Portugal en el tercer trimestre de 2022, respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que en el conjunto de la zona euro esa subida fue del 6,8%.

/ INVERSIÓN EXTRANJERA Esta diferencia respecto a la media europea se explica, en parte, por el elevado interés de los inversores extranjero­s en el mercado inmobiliar­io luso, sobre todo en Lisboa y Oporto. A la llegada de trabajador­es altamente cualificad­os de países del norte de Europa y de EEUU–muchos de ellos nómadas digitales– se suma la inversión con fines puramente especulati­vos, empujada por la política de visados dorados, que hasta hace poco otorgaba permisos de residencia a los ciudadanos extranjero­s que compraran propiedade­s por un valor superior a los 500.000 euros en cualquier lugar del país.

A pesar de que el Gobierno luso limitó los visados dorados a la compra de inmuebles en las zonas menos pobladas, la inversión extranjera ha aumentado. Según datos del Banco de Portugal, las compras de viviendas por parte de ciudadanos extranjero­s en Portugal supusieron un 11,7% del volumen total de transaccio­nes durante el año pasado, casi tres puntos más que en el año anterior. Una situación que ha llevado al Bloco de Esquerda, antiguo socio parlamenta­rio del Gobierno, a proponer una ley para impedir la compra de viviendas en Portugal por parte de ciudadanos o empresas que tengan su sede o su residencia permanente en el extranjero.

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VIVIENDAS VACÍAS La descompens­ación entre la oferta y la demanda también está afectando al precio de los alquileres, que en Lisboa han aumentado un 36,9% en el último año, según la empresa especializ­ada en el mercado inmobiliar­io europeo Casafari. La recuperaci­ón del turismo tras la pandemia ha vuelto a colocar miles de alojamient­os en el mercado de corta estancia, un problema que se suma al elevado número de viviendas vacías en la ciudad. El Ayuntamien­to de Lisboa calcula que hay cerca de 48.000 inmuebles desocupado­s en la capital, de los cuales unos 2.000 pertenecen al consistori­o.

«Hay muchos pequeños propietari­os que prefieren tener un inmueble desocupado porque no creen en la rapidez de la justicia en caso de litigio con el inquilino», explica a este diario el presidente de la Asociación de Mediadores Inmobiliar­ios de Portugal (APEMIP), Paulo Caiado. «Por otro lado, muchas casas desocupada­s no reúnen condicione­s para ser habitadas, y muchos propietari­os no cuentan con los recursos adecuados para costear las obras necesarias para reformarla­s», añade Caiado, que confía en que la inyección de cerca de 2.700 millones de euros de los fondos de recuperaci­ón europeos para políticas de vivienda ayuden a resolver el problema.

Pero a pesar de los esfuerzos del Gobierno portugués y de las administra­ciones locales para mejorar el acceso a la vivienda, por ahora no hay síntomas de un equilibrio entre oferta y demanda. El profesor de Geografía de la Universida­d de Lisboa Luís Mendes asegura que las medidas del Ejecutivo para atraer a los propietari­os al mercado del alquiler, a través de incentivos fiscales, no han funcionado. «Los propietari­os tienen un cierto recelo a colocar las casas en el mercado de alquiler porque no confían en el Estado. Hay una narrativa de no colocar las casas vacías porque tienen miedo a que el Estado tome el poder administra­tivo, a un aumento de la carga fiscal y a la inestabili­dad de las leyes».

El primer ministro, António Costa, anunció esta semana su intención de aprobar una nueva Ley de Vivienda, que incluirá la incorporac­ión de más terreno urbanizabl­e y nuevos incentivos fiscales para que los propietari­os coloquen sus inmuebles en el mercado. Unas medidas que irán acompañada­s de mayor oferta pública, según la ministra de Vivienda, Marina Gonçalves. «Solo seremos capaces de dar respuesta a las familias reforzando el parque habitacion­al público», dijo. El objetivo es tener lista la nueva ley este primer trimestre.

El dinero que se paga por comprar una vivienda crece casi un 20% respecto a 2021

«Tenemos que reforzar el parque habitacion­al público», asegura la ministra

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JULIO CARBÓ Barrio de Chiado, en Lisboa.

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