Emoción y arena en La Corredera
Doscientos jinetes y amazonas y más de 15.000 personas en una fiesta sin incidentes. «Galopando con Luna oigo vítores, pero tienes que tener todos los sentidos puestos en las riendas», dice Julio Fondón que abre la carrera
Había una expectación brutal ayer en Arroyo de la Luz. Todos los años, por estas fechas, la simbólica calle Corredera se convierte en una gran alfombra de arena para caballos y carrozas, un espacio escénico donde se dieron cita la pasión de unos 200 jinetes y amazonas, el sentir popular, el espectáculo… La historia de un pueblo que vive en sus tradiciones, en los ritos que se renuevan como las estaciones y le hace recobrar la plenitud de su esencia transformando lo cotidiano en magia.
La presencia de residentes y turistas fue muy visible por las calles. «Vienen de forma particular, pero también en grupos. Desde todos los puntos de Extremadura, Madrid, País Vasco, Galicia... Es muy importante conservar las tradiciones que nos legaron nuestros antepasados», explicó a este periódico Jesús Fuentes, vecino del municipio cacereño que se vuelca con la festividad del Día de la Luz.
Minutos antes de las doce del mediodía, en la plaza de San Sebastián esperaron con nervisiosimo e ilusión los que estaban por adentrarse en la popular carrera. Esa zona permitió contemplar más cerca a los caballistas. Un lugar ideal para captar instantáneas únicas, como lo fue igualmente contemplarlo desde cualquiera de los puntos de La Corredera para visualizar al detalle las salidas y recogidas de los jinetes y amazonas. «No paran de pedirnos fotografías. Para los arroyanos es algo normal, aunque para la gente que viene de fuera es toda una novedad», señaló entre risas Lucía Mirón, una joven amazona.
«Atención a la salida, por favor, permanezcan atentos a la salida de los caballos, no les den la espalda en ningún momento y no crucen
la calle durante la carrera», insistió el speaker una y otra vez por las megafonías instaladas.
Julio Fondón, veterano corredor que siente verdadera pasión por los caballos, inauguró la arena de La Corredera en el Día de la Luz. El paso por la carrera, admitió, es un subidón de adrenalina. «El trayecto se hace muy corto, pero es muy emocionante. Galopando con Luna oigo gritar y vitorear a la gente, pero tienes que tener todos los sentidos puestos en las riendas, en el animal… No queda tiempo para nada más, ni para estar atento a nadie. Con éste ya son 25 años los que llevo saliendo», manifestó sin perder la sonrisa.
Sin duda, fueron momentos únicos e incomparables. En solitario o en las llamadas colleras, bajaron a toda velocidad en medio de la euforia local. El paso de los jinetes y amazonas, visto desde un balcón, se asemejó a una cremallera humana que se abre y se cierra. El público aplaudió a los caballistas desde la calle y los balcones mientras comieron viandas típicas de la tierra. Un narrador anunció la llegada de los corredores e indicó el número de caballos, así como a la altura de qué vías se encontraban. Una pantalla gigante de led en la plaza de la Constitución facilitó que nadie se pierda un solo segundo del evento.
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NERVIOS «Se pasan muchísimos nervios, sobre todo cuando va a llegar la hora de salir», apuntó Carlos Amador, de 16 años, un arroyano que salió por primera vez en la fiesta. «Me ha hecho una ilusión tremenda. Supone una gran responsabilidad que pesa, cuando estás ahí, porque sabes que cualquier fallo no te repercute únicamente a ti», comentó el jinete.
Y tras la gran descarga de adrenalina de los caballistas, el desfile de las cuatro carrozas temáticas se apoderó de La Corredera, tornando el fervor de los corredores en un ambiente de diversión y risas animado por los curiosos disfraces de los carruajes, en la que participaron unas 400 personas.
La jornada transcurrió sin incidentes graves, a excepción de algún mareo leve o por una caída del caballo. El Ayuntamiento de Arroyo de la Luz, la Junta de Extremadura y la Delegación del Gobierno coordinaron un amplio dispositivo de seguridad, con la Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil, agentes de seguridad privada, varios puestos sanitarios, ambulancias de DYA... «Está todo perfectamente organizado para que alrededor de 15.000 personas, como cada año, disfruten de esta fiesta y hagan que la misma transcurra con normalidad, sin incidencias, y que, por tanto, los caballos y las carrozas sean los auténticos protagonistas del día más identificativo de Arroyo de la Luz», expresó el alcalde arroyano a este diario, Carlos Caro, satisfecho y aliviado de que su pueblo brille con luz propia en la arena de La Corredera.
Un amplio dispositivo de seguridad para una fiesta que transcurre con total normalidad en la localidad