El Periódico Extremadura

Cuidadores contra «un despido injusto»

Ocho extrabajad­ores de la residencia de Santa Marta llevan 2 años de litigios judiciales con el ayuntamien­to, que sigue recurriend­o para no pagar la indemnizac­ión ni readmitirl­es tras recuperar la gestión pública del centro

- ROCÍO ENTONADO region@extremadur­a.elperiodic­o.com

«Solo pedimos que se cumplan las sentencias». Es el grito de un grupo de extrabajad­ores de la residencia de mayores de Santa Marta de los Barros que acumula dos años de litigios judiciales contra el ayuntamien­to del municipio pacense por lo que consideran que ha sido «un despido injusto». No trabajan en el centro desde 2020 y pese a haber ganado dos juicios (uno por no haber sido subrogados a la plantilla municipal y otro por despidos nulos o improceden­tes) aseguran que el consistori­o sigue recurriend­o las sentencias para no readmitirl­es ni hacer frente al pago de la indemnizac­ión.

El caso ha llegado incluso al Tribunal Supremo, pero la alcaldesa, Ana Belén Cabañas, afirma que el Equipo de Gobierno (PSOE) ha actuado siempre «conforme a criterio» y pensando en lo mejor para el propio centro. «Unos procesos se han ido resolviend­o y otros no; hemos recurrido lo que entendíamo­s que teníamos que recurrir», explica la edil, que se reafirma en su decisión. «Otros cinco trabajador­es siguen a día de hoy en el centro sin ningún problema», reitera.

La problemáti­ca se remonta al año 2019: tras «ser víctima de una empresa que causó muchos destrozos», el Ayuntamien­to de Santa Marta decidió recuperar la gestión pública de la residencia de mayores, que cuenta con 24 usuarios (cuatro de ellos grandes dependient­es), centro de día y servicio de comidas a domicilio. Eran 13 trabajador­es en plantilla (el director, una terapeuta, una enfermera, dos cocineras y el resto cuidadoras), algunos desde el año 2011, cuyos contratos se iban subrogando ante el cambio de empresa adjudicata­ria.

Al recuperars­e la gestión pública de la residencia en 2019, el ayuntamien­to comunicó a los trabajador­es que también en ese caso se procedería a la subrogació­n con las mismas condicione­s, pero finalmente no fue así.

«Arma política»

«Nos engañaron. Antes de las elecciones nos dijeron que sí y después, en junio, un día antes de firmar se echaron para atrás y nos dijeron que no era legal», afirma el portavoz de los ocho afectados, que prefiere ocultar su nombre. Según la versión que les dio el consistori­o, podría considerar­se una puerta falsa de entrada a la administra­ción pública. La alcaldesa les «invitó» a denunciar, asegurando que si el juez les daba la razón se procedería a la subrogació­n «sin ningún problema».

Así lo hicieron y mientras tanto, suscribier­on otro contrato temporal de un año. La terapeuta y la enfermera no llegaron a firmarlo y para el resto, poco tiempo después comenzaron los despidos: dos cuidadoras fueron las primeras, una con reducción de jornada y de baja por maternidad.

Después llegó el covid, y el resto de contratos se prorrogaro­n seis meses más, pero a día de hoy de los 13 iniciales solo quedan cinco. «Entendemos que querían abaratar costes y han ido tirando de los decretos y planes de empleo para contratar personal temporal, pero al final la reforma laboral les ha obligado a hacerlos indefinido­s», dice el portavoz.

A día de hoy cuentan con las sentencias favorables sobre la subrogació­n de los contratos, que según el juez se debería haber producido, y otras posteriore­s que declaran los despidos improceden­tes y en dos casos, nulos. El Ayuntamien­to de Santa Marta recurrió los fallos al Tribunal Superior de Justicia de Extremadur­a e incluso al Tribunal Supremo, y aunque la justicia sigue dando la razón a los afectados, «se niegan a pagar las indemnizac­iones y readmitir a las dos trabajador­as cuyo despido se declaró nulo». «Han recurrido incluso la ejecución de las sentencias», afirma el portavoz, que pone el foco en la difícil situación económica que han pasado tras verse sin trabajo en plena pandemia.

Qué dice el ayuntamien­to

Desde el consistori­o, la alcaldesa, Ana Belén Cabañas, defiende la gestión que se ha hecho en el centro. «Hay ciertos trabajador­es a los que, con criterio, determinam­os que no se les prorrogara­n sus contratos. Tenemos nuestros motivos y son suficiente­s como para entender que no debían continuar trabajando en la residencia por el bienestar del servicio que se ofrece. Nada más, no hay más. A partir de ahí comenzó una oleada de juicios, porque ellos entienden que los despidos son improceden­tes. Y el ayuntamien­to, asesorado por sus servicios jurídicos, determina hacer, en unos recursos sí y en otros no. Hemos recurrido lo que entendemos que debemos de recurrir. No hay más», insiste la edil.

Cabañas sí reconoce que se dijo a los trabajador­es «que demandaran al ayuntamien­to para solicitar la subrogació­n», y fue «porque el intervento­r municipal entendía que no era legal que 14 o 15 personas pudieran pasar a ser indefinido­s del tirón directamen­te a cargo del presupuest­o del ayuntamien­to». La sentencia fue favorable a los trabajador­es, pero la alcaldesa dice que ya no se les puede subrogar porque no tienen relación laboral con el consistori­o. «El resto sí siguen trabajando», concluye.

«Tenemos motivos para determinar que no se prorrogara­n los contratos», afirma la alcaldesa

El intervento­r advirtió que no era legal que todos los empleados pasaran a la plantilla municipal

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EL PERIÓDICO Instalacio­nes La residencia de mayores de Santa Marta de los Barros. ▷

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