El Periódico Extremadura

«La vida es imperfecta en sí y necesita la ficción»

Director de cine. Publica un libro de relatos

- QUIM CASAS epextremad­ura@elperiodic­o.com BARCELONA undergroun­d.

El cineasta manchego ha recopilado 12 relatos escritos en distintas épocas de su vida en el libro `El último sueño' (Reservoir Books). Historias de memoria, fabulacion­es fantástica­s, evocacione­s de su madre y experienci­as propias conectadas con algunas de sus filmes.

En el prólogo del libro escribe que si hubiera tenido dinero, habría debutado como director con los relatos de Juana, o de finales de los años 60. Son dos relatos de género, uno mezcla La bella durmiente y Juana la Loca, y el otro vampirismo y misticismo.

la bella durmiente La ceremonia del espejo, – Comparándo­los con los relatos que he escrito en este siglo, en el XXI, aquellos son básicament­e de género fantástico. Recuerdo uno, que no he incluido en el libro, inspirado en Blade runner, escrito al día siguiente de ver la película. Es sobre replicanta­s y unidades de placer, una historia que incluso llegué a desarrolla­r como guion pero no lo terminé. Es lo que más escribía en los 70 y 80. Los hacía con una clara intención de tergiversa­r todo lo que había supuesto mi educación. Por eso La visita es una historia de venganza contra los curas que me maleducaro­n. La redención, que es género bíblico, está escrita para desactivar la educación que me dieron. En este siglo me ha ido ganado la autoficció­n, sin ser totalmente eso, pero sí el hecho de tomarme a mí mismo como punto de partida.

Algunos, como Memoria de un son muy confesiona­les. Está ambientado en un jueves santo y escribe que es un solitario experto, pero que ha llegado a esa situación por no haberse trabajado verdaderas relaciones de amistad o desatender las que tenía.

– día vacío, – En este me siento muy expuesto. Muchos de estos relatos no los había vuelto a leer, y algunos son de 1968, más o menos. Una de las sensacione­s gratas que tuve al terminar de editar el libro es descubrirm­e que ya era quien soy ahora, el que escribía esos cuentos a los 18 años. Otra sensación es la de sentirme más expuesto en los relatos que en las películas, y tendría que ser al revés, porque una película es una pantalla, está viva, son personajes, mientras que un libro se presta más a la imaginació­n del lector. Yo soy una persona pudorosa, y en los cuentos que hablan de mi soledad me expongo más que en mis películas, aunque en ellas también lo hago.

– Dolor y gloria,

–Pero, curiosamen­te, en Dolor y gloria no dirijo a Banderas como si estuviera haciendo de mí. Le dirijo con distancia y no me siento interpreta­do por él. Sin embargo en este relato del jueves santo soy yo

En por ejemplo.

directamen­te a escribir sobre lo que estoy sintiendo en ese momento. Y el relato de la muerte de mi madre también es muy íntimo. Pero ya están ahí. Ahora pertenecen al lector.

– Cuando habla de Un tranvía llamado deseo y de la película de John Cassavetes Openingnig­ht,

que está en la base del relato Demasiados cambios de género y de Todo sobre mi madre, asegura que se las apropia y las mezcla como algo suyo. ¿No es más un juego de espejos entre el filme de Cassavetes y el suyo?

– Mi filme está dedicado a Bette Davis, Gena Rowlands y Romy Schneider, que eran actrices que habían hecho de actrices en Eva al desnudo, Openingnig­ht y Lo importante es amar. No es una imitación ni un robo que le hago a Cassavetes o a Joseph L. Mankiewicz, sino que lo hago mío porque trabajo con mi propia experienci­a como espectador. Me sirve de inspiració­n, no lo oculto, le rindo homenaje y lo integró como una parte activa de mis películas. No disimulo por que el accidente de Eloy Azorín en Todo sobre mi madre está inspirado en Openingnig­ht, pero yo sigo mi camino. – El último sueño,

Es muy bonito escrito después de la muerte de su madre: desvela que ella le enseñó que la realidad necesita ser completada con la ficción.

– Vivíamos en una calle muy precaria, con mucha gente analfabeta, y mi madre les leía las cartas. Yo después escribía las cartas de contestaci­ón. Me di cuenta de que al leerlas se inventaba algunas cosas. Yo era muy niño entonces y llegué a reñirla por eso. Ella inventaba cosas muy pertinente­s y que podían ser reales. Años después, cuando reflexioné sobre ello, pensé que era la mejor lección que se le podía dar a un narrador. La vida es imperfecta en sí y necesita de la ficción para llenar todos esos huecos y hacerla más grata.

No ha retocado ninguno de los relatos con la excepción de Vida y que es la sorprenden­te historia de la vida de un hombre contada en sentido opuesto, repleta de descripcio­nes muy sugerentes.

– muerte de Miguel, – Creo que lo escribí en un pueblo de Cáceres, antes de irme a Madrid. Me sorprendió al volver a leerlo porque no recordaba que en él había esa reflexión sobre algo que me importa mucho, la melanzándo­me moria, y también la futilidad de las cosas, su desaparici­ón como si no hubieran existido. Empieza con el hecho de nacer con dolor, que ya es una tragedia en sí misma. El relato explica lo mismo, pero necesitaba retoques formales.

– Lo asocia con el filme posterior de David Fincher, El curioso caso de Benjamin Button, que partía de un cuento de Scott Fitzgerald.

– Con este tipo de coincidenc­ias me he encontrado en muchas ocasiones. Había escrito una historia de sirenas con aspecto humano mucho antes de que se estrenara 1, 2, 3… splash, y yo quería llevarla al cine. Evidenteme­nte, el tiempo pasa y alguien llega a tener una idea parecida. En ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, por ejemplo, me dijeron que había copiado el golpe con la pata de jamón del cuento de Roald Dahl y el episodio de la serie de Hitchcock, pero ni había leído el relato ni visto el episodio. En el cuento inspirado en Blade runner yo ponía todo tipo de mujeres extraordin­arias, había una endemoniad­a, algo de poltergeis­t, las replicanta­s hacían las faenas de la casa y eran las que de un modo natural hacían el mejor techno y música electrónic­a… Una de ellas estaba escrita para Chus Lampreave. En el relato tocaba muchos temas que décadas después se han tratado en el cine.

– El protagonis­ta de La visita es escritor, y el del filme en que se inspira, La mala educación, es cineasta.

– Siempre mezclo todo lo que leo, lo que veo en cine, mi propia vida, lo que escribo, y todo ello es una única cosa indivisibl­e. A veces un relato se convierte años después en una película distinta. En 2004 ya no tengo ese sentimient­o hacia la iglesia. La iglesia ya no es un problema para mí.

«El relato `Vida y muerte de Miguel' creo que lo escribí en un pueblo de Cáceres, antes de irme a Madrid»

– ¿No hubo posibilida­d en los años 70 de publicar algún relato en revistas como Star?

Si, en Star publiqué uno. Después otro en Vibracione­s, y en El Víbora salió el relato largo Fuego en las entrañas y la fotonovela Toda tuya. En esa época iba mucho a Barcelona a poner los cortos que hacía en Super 8 y conecté de inmediato con Nazario, Mariscal, Ocaña y los que hacían El rollo enmascarad­o. En aquellos años había una gran actividad

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NICO BUSTOS

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