Solidaridad frente al autismo
Numerosos emeritenses acudieron ayer a la convivencia organizada por la asociación Emeritea con el objetivo de recaudar fondos para abrir un centro de terapias específicas para las personas con Trastorno del Espectro Autista
Seis años de andadura y el mismo objetivo: conseguir un centro específico de terapias para personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Las 24 familias que forman parte de la Asociación Emeritea de Mérida, siguen a día de hoy luchando para conseguir que la ciudad cuente con un servicio terapéutico propio y no tener que desplazarse con sus hijos todas las semanas a Badajoz para que estos puedan recibir el tratamiento rehabilitador que requieren para mejorar su calidad de vida. Por ello, desde el colectivo llevan a cabo cada año iniciativas que les ayuden a recaudar fondos para este fin.
El pasado 1 de abril celebraron en la plaza de España la quinta edición de su fiesta del autismo con varias actividades, con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Pero además de este evento, en el día de ayer se desarrolló una convivencia solidaria, en el parque López de Ayala, que contó con numerosas actuaciones musicales, sorteos y platos de paella a cinco euros. El buen tiempo acompañó y fueron muchos los que acudieron a disfrutar de una jornada que arrancó a las doce de la mañana y se extendió hasta ya entrada la noche.
Los asistentes a esta cita pudieron aportar su granito de arena
para que Emeritea pueda sacar adelante el centro terapéutico a través de la tienda solidaria en la que venden merchandising de la asociación, la Fila 0 o consumiendo en la barra con precios populares que se instaló para la ocasión. En este sentido, cabe destacar que durante todo el año se pueden hacer aportaciones económicas a través del Bizum 03218, se trata de un número corto ya que una vez se accede a la entidad banca
ria, este se debe realizar mediante el formato de `donaciones'.
El ayuntamiento entregó a Emeritea, en junio de 2021, las llaves de un local de casi 250 metros cuadrados por un periodo de 15 años. Se trata de un local propiedad de la Junta de Extremadura que, a su vez, lo cedió al consistorio para que pudiera ser utilizado para realizar terapias, así como las propias actividades de la asociación. La portavoz del Gobierno municipal, Carmen Yáñez, celebró entonces esta cesión al destacar que con este local las familias no tendrían que desplazarse a Badajoz o a otras localidades para que sus hijos recibieran tratamientos terapéuticos.
Cinco años más tarde, las instalaciones siguen sin estar habilitadas para ofrecer este servicio. La presidenta de Emeritea, Laly Parrra, sostiene que el local sí cumpliría los requisitos para ofrecer terapias en cuanto a las dimensiones, pero suspendería por el estado de las instalaciones. «Lo único que podemos hacer ahora mismo es tenerlo de almacén y utilizar solo la sala de reuniones, porque no está apto para que estén allí los niños», lamenta la responsable del colectivo. El presupuesto para acondicionar las dependencias y poner en marcha el centro terupéutico ascendería a unos 80.000 euros.
«Una vez hecha la reforma, el siguiente paso sería obtener la acreditación para poder dar terapias y luego conseguir subvenciones para contratar al personal, porque nuestra idea es que esa terapia sea accesible a todo el mundo, tenga o no recursos económicos», destaca Parra. «Las familias tenemos que ir a Badajoz, entre dos y tres días a la semana, y nos supone un desgaste enorme. La ubicación de nuestro centro es inmejorable para que pudieran acudir niños de Mérida y comarca», subraya.
«Tenemos que ir a Badajoz varios días a la semana para recibir las terapias», lamenta Laly Parra