Día de venganza y tranquilidad (o no)
El Cáceres Patrimonio quiere sellar la salvación virtual ante un Juaristi que le vapuleó en el partido de la primera vuelta
Pase lo que pase hasta el final, esta no será recordada como la temporada más feliz del Cáceres Patrimonio de la Humanidad, atrapado en varios momentos terribles durante los últimos meses. El más grave acaeció el 16 de diciembre, cuando el Juaristi, entonces colista, devastó el Multiusos (6086). Este domingo (19.00 horas) llega el momento de la revancha y también de la tranquilidad porque el conjunto de Roberto Blanco haría un `2x1' en caso de victoria: compensaría la afrenta sufrida -por méritos ajenos y deméritos propios, quede claro-- y aseguraría la permanencia virtualmente.
¿Y si no? Está claro que volverían los cálculos para las jornadas finales, la angustia y pensar en lo que inconcebiblemente terrorífico que sería ir a Melilla frente ante otro de los candidatos al descenso en la penúltima jornada sin estar completamente salvados.
El entrenador del Cáceres, Roberto Blanco, prefirió el viernes sacarle el crucifijo a ese vampiro. «No pienso en lo que pasaría si perdemos, pienso solo en ganar. Evidentemente quedan partidos por delante y estoy seguro de que el equipo va a competir, pero no podemos mirar más allá, tenemos que mirar a Azpeitia, aprender de los errores de la primera vuelta», señaló.
Claro que, entonces, el equipo que entrenaba era bastante distinto, con Simas Jarumbauskas, Kaspars Vecvagars y Willy Isiani y sin Kenny Hasbrouck, Kostas Vasileiadis y Sasa Borovnjak. Casi lo mismo, ¿no? «No debemos cometer los mismos errores de la ida pues nos pasarán por encima si pensamos
exactamente igual», advirtió el técnico placentino.
No tuvo inconveniente en utilizar dos palabras para definir lo sucedido aquel día: «bastante humillante». Así es que todo se toma como un «toque de atención» porque repetirlo generaría un dolor de consecuencias imprevisibles, por mucho que el Cáceres mantendría todavía un pequeño hueco respecto a los tres últimos.
Cualquier advertencia es escasa y de hecho el Juaristi lleva dos victorias seguidas que le han animado a reavivar sus esperanzas, como sucedió en Cáceres, adonde llegó con un balance de 1-10. «Ellos llevan jugando en el alambre durante toda la temporada y no estuvimos a su altura, no podemos cometer el mismo error», reiteró Blanco. Reconoció que esta semana se ha respirado «tensión» en unos entrenamientos en los que han proliferado los problemas físicos de jugadores como Kenny Hasbrouck, Pablo Sánchez, Kostas Vasileiadis y Dani Rodríguez. No importa porque, en un día así, todos forzarán para poder saltar a la pista de la pequeña localidad guipuzcoana de Azpeitia.
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NOMBRES PROPIOS «Tenemos que estar preparados mentalmente para un partido seguro muy duro, con mucha presión y nervios, pero conscientes de que realizando nuestro juego, siendo nosotros mismos, tenemos muchas posibilidades de llevarnos una victoria en una cancha muy difícil. Es una cancha muy difícil, un equipo muy noble y aguerrido, que en su casa está realizando muy buenos partidos», analizó Blanco. Le preocupan un «anotador compulsivo» como Nathan Hoover, pero también otras piezas como Manex Ansorrotegui, Beñat Hevia, Iñigo Royo, Khadim Sy y Dylan Van Eyck.
«Por carácter y espíritu no nos lo pondrá fácil. Sabemos de la dificultad de jugar allí, competir con ellos, porque dan el 200 por cien en cada segundo durante 40 minutos», expuso.
Arengó a los suyos, consciente de que todo está en sus manos. «Tenemos buenos mimbres y muy buena plantilla para afrontar este tipo de retos, tanto con equipos de la parte alta como estos de la parte baja, donde estamos todos inmersos. Debemos creer en nuestra victoria, creer en nuestro equipo, ser conscientes de lo que nos estamos jugando», concluyó.