«Hacer ‘Derma’ en Badajoz fue siempre mi primera opción»
José Javier Márquez, con el número 51, es el primer MIR en elegir la región
Se llama José Javier Márquez, quedó en el número 51 en el examen de Médico Interno Residente de entre más de 11.000 aspirantes y ha elegido quedarse en Extremadura. Él es el primer MIR que ha obtenido plaza en el SES y se ha decantado por la única que ofrece la región en la especialidad de Dermatología Médico-quirúrgica y Venereología, en el complejo hospitalario universitario de Badajoz.
«Tuve algunas dudas como es normal ante una decisión tan importante, pero en el fondo siempre ha sido mi primera opción», señala tras la primera adjudicación de plazas en el conjunto del Sistema Nacional de Salud, que comenzó el lunes y se prolongará hasta el próximo 7 de mayo. Mientras otros de los mejores MIR extremeños han preferido salir de la región para realizar su formación sanitaria, José Javier ha optado por quedarse aquí. «En mi caso tengo mucho arraigo por Extremadura y he tenido la suerte de haber podido compartir una semana de trabajo con el servicio y me he sentido muy a gusto. Los adjuntos me han parecido muy buenos, los residentes me han caído genial y están muy contentos. Además, he visto que tienen mucha carga asistencial, que es importante para aprender y al final es de lo que se trata»
Su historia es un peculiar porque la Medicina ha sido su segunda oportunidad para ser feliz. Javi, como le llaman, tiene 38 años y es también ingeniero en Telecomunicaciones. «Hice el Bachillerato tecnológico y se me cerraron las puertas de Medicina. Estudié Teleco en Sevilla, desde el primer año me arrepentí, pero fui tirando y me lo saqué. Incluso estuve 5 o 6 años trabajando después, pero un día lo dejé todo y volví a empezar. Me di cuenta que no era feliz, sentía que algo dentro de mí se estaba desaprovechando y que tenía una `espinita' con Medicina». Y volvió a casa de sus padres en Badajoz, a estudiar para selectividad y a volver a empezar.
Por eso, sus buenos resultados en el MIR tienen un sabor más especial. «Salí del examen MIR pensando que la había liado un poco y no pensaba que iba a sacar ese número, pero me he esforzado muchísimo desde el primer día». Reconoce, incluso, que los últimos dos meses antes del examen no descansaba ni los domingos, que suelen ser sagrados para los futuros residentes. Ahora sabe que el esfuerzo ha merecido la pena.