`Fenómenas', un caso de `poltergeist' español
Therón dirige a Belén Rueda, Toni Acosta y Emilio Gutiérrez-Caba en esta película que recuerda a los investigadores del Grupo Hepta
«Las investigadoras no tratan de convencer a nadie de nada, hace tiempo que superaron esa fase», dice Therón
Ocurrió a finales de los años 90, en una pequeña tienda de antigüedades de Madrid llamada El Baúl del Monje, en la calle del Marqués de Monasterio, 10, en el céntrico barrio de Justicia, a escasa distancia del paseo de Recoletos. Sus propietarios, un matrimonio, denunciaron ser víctimas durante meses de una serie de fenómenos paranormales: ruidos violentos que se oían en la trastienda, objetos que parecían cambiar de sitio o salían volando por los aires, injustificados olores repugnantes que de repente se tornaban en olor a rosas, llaves que caían de sus cerraduras, vasos que estallaban, olor a pelo quemado dentro de uno de los armarios, bombillas que se salían del casquillo, grifos que se abrían solos, conversaciones ininteligibles que se escuchaban dentro del local, ruido de vajillas que se caían al suelo, sombras de figuras humanas que aparecían y desaparecían, relojes estropeados que se ponían en marcha de forma súbita, objetos pequeños –monedas, botones, chinchetas– que se materializaban sin explicación... Algunos de esos fenómenos fueron presenciados también por clientes de la tienda.
Numerosos programas especializados como Cuarto Milenio han hecho reportajes sobre el antiguo local y su investigación. Por cierto que hoy en día es una vivienda privada en la que ya no se han descrito sucesos fuera de lo normal.
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INVESTIGACIÓN Aquel sigue siendo uno de los casos de poltergeist más importantes de la historia de España, en buena medida por la documentación que el colectivo de investigadores de lo paranormal conocido como Grupo Hepta recopiló acerca de él. «Por eso me sorprendió que en todo este tiempo nadie hubiera rodado una ficción
sobre ese caso todavía», explica Carlos Therón, cuya nueva película se acaba de incorporar al catálogo de Netflix.
Protagonizada por Belén Rueda, Toni Acosta y Emilio Gutiérrez-Caba, Fenómenas imagina una versión de lo sucedido en aquel establecimiento (renombrado en la película como Almoneda del Temple) desde la perspectiva de tres personajes femeninos inspirados en parte del equipo que participó en aquella intervención parapsicológica. «Me he tomado muchas libertades, pero ellas han quedado contentas con la película y me han dado su aprobación», apunta el director salmantino, que aquí abandona el tono puramente cómico de su cine previo –películas como Lo dejo cuando quiera (2019) y Operación Camarón (2021)– para hibridar el humor con el léxico del cine de terror.
Según los investigadores todo pudo haberse desencadenado por unos hechos dramáticos sucedidos
en aquel mismo lugar, años atrás, en los que un individuo murió por la inhalación de humo tras haberse escapado el gas de la estufa.
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UN JESUITA INVESTIGADOR El Grupo Hepta fue fundado en 1987 por el padre José María Pilón, un sacerdote jesuita experto en radiestesia –una técnica de detección de las radiaciones que emiten los cuerpos que le permitía localizar energías, pozos de agua e incluso personas desaparecidas a través de un péndulo–.
Entre los componentes originales del grupo se encontraban las tres mujeres que han servido de modelo a las protagonistas de Fenómenas y han participado como asesoras: Sol Blanco-Soler, Paloma Navarrete y Piedad Cavero. Blanco-Soler ha escrito varios libros sobre su experiencia en el seno de la agrupación y es colaboradora también del programa Cuarto Milenio, que presenta Iker Jiménez. Navarrete, fallecida el año pasado, poco después del rodaje de la película, también lo fue.
«Lo que más me interesó de esta historia no fueron los fenómenos extraños per se, sino la desarmante naturalidad y cotidianidad con la que estas mujeres lidian con ellos, que sí es completamente fiel a la realidad», asegura Therón. «Se trataba de retratar a tres señoras de un barrio rico de Madrid que, además de llevar una vida normal, de vez en cuando se relacionan con espíritus», añade.
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EN EL MUSEO REINA SOFÍA El de El Baúl del Monje no fue el primer caso renombrado en el que se vio involucrado el Grupo Hepta. En 1992, por ejemplo, ya habían trabajado en los fenómenos paranormales de los que algunos vigilantes y visitantes del Museo Reina Sofía aseguraron haber sido testimonios: puertas cerradas con llave que se abrían solas, ruidos de pasos, presencias de entidades ataviadas con hábitos religiosos, voces y gritos en salas vacías... A lo largo de estos años el colectivo ha ido perdiendo miembros –Pilón, el popular cura de los 80 y los 90, falleció en 1992– e incorporando otros nuevos, y actualmente mantienen activa su actividad divulgativa e investigadora, ofreciendo sus servicios en internet, impermeables al escepticismo general que su objeto de estudio genera.
«Ellos no tratan de convencer a nadie de nada, hace tiempo que superaron esa fase», explica Therón. «Asumen que intentarlo sería como intentar explicar la electricidad a un cromañón». Durante el rodaje de Fenómenas, Navarrete explicaba así a la prensa los motivos de cualquiera de los fantasmas ocupantes de las casas de los vivos con los que tantas veces trató a lo largo de su vida: «Puede ser que tenga un instinto de propiedad tremendo y sienta que el lugar le pertenece, o que quiera vengarse de alguien o tenga un mensaje que entregar. Y muchos no se quieren ir porque su vida no ha sido muy católica y se quedan atascados en un espacio-tiempo que en parasicología llamamos interfase, y dan la vara a los vivientes porque quieren que alguien les oiga y les ayude a seguir su camino y entrar en la senda de la luz».