Apretando los dientes
Soltar la pluma unos días, dejar el ratón tranquilo. No abrir cuadernos ni informativos, ni prensa de ningún color. Sentarse a mirar la luz cambiante de la primavera, las horas lentas, las flores que se abren. Palparse las carnes, que decía alguien, y saberte viva. Que la prisa no te distraiga, que el camino sea destino en sí mismo. Que veas moverse las nubes, que sientas el sol sobre tu piel. Respirar hondo, como si acabases de hacer unos largos buceando y necesitases llenar los pulmones de aire antes de que exploten. Ese renacer… Y pararte a decidir.
Porque sobrevivir es lo fácil (al menos habitualmente) sin luchar contra alimañas ni tener que buscar la comida ni estar atento a la ley del más fuerte. Vivir es más difícil, es otra cosa.
Hacerte parte en otras existencias, saber que crecerás en otros amaneceres que no vas a contemplar nunca pero que también son tú porque te piensan al contemplarlos.
Escribir palabras de amor para alguien que jamás las leerá, por el simple hecho de sentirte viva al hacerlo. Regalar tiempo siendo consciente de que no vas a recuperarlo y aún así no darlo por perdido porque te multiplica.
Puede que hoy todo les suene a chino, que no encuentren una aplicación directa a esta sucesión de ideas desencadenadas; pero necesitaba decirles que hoy es el ayer que tanto nos
Así que esta columna es solo un minúsculo canto a la vida, a las ganas de estar, a palparnos las arrugas
preocupaba y que, más allá de frases petardas de estuche adolescente, podemos contarlo. Con sus momentos de luz, con las tormentas, con la rabia y con la ilusión.
Así que está columna es sólo un minúsculo canto a la vida, a las ganas de estar, a palparnos las arrugas o encontrarnos canas. Es un canto a cada jornada que empieza, a la que no quiere acabar, incluso a la desperdiciada.
Puede que tenga que ver con tanta despedida sin sentido, con el recuerdo de los que no querían irse, con echar de menos, con vivir como no quieres o con que a veces nos pesan los días. A todos.
Sea como sea hoy tocaba intensidad y mandar fuerzas a quienes no quieren bajarse de esta aventura y siguen apretando los dientes, aunque algunos días den ganas de borrarse. Sea por ustedes.
Sea por todos nosotros. Que estamos vivos.