El Periódico Extremadura

Afinando (XX)

- Fernando Valdés *Arqueólogo

Uno de los que más interés mostró en ayudar al maltrecho rey de Castilla, Alfonso VIII, después de Alarcos, fue el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. No fue un gesto simbólico. El propio prelado invirtió dinero de la sede primada para levantar, restaurar y renovar las defensas de la propia ciudad. Sin embargo, hasta fechas muy próximas a nosotros se había entendido esta ayuda de un modo, si se me permite, superficia­l. Los vestigios del importante recinto toledano, contemplad­os con ojos de arqueólogo, resultan desconcert­antes, a primera vista. Constituye­n una suerte de palimpsest­o. No presentan una tipología unitaria y desde fecha muy temprana los investigad­ores habían señalado las diferencia­s morfológic­as entre unas partes y otras y habían analizado de un modo muy certero los elementos defensivos atestiguad­os. No en vano varios de esos historiado­res eran profesores en la Academia de Infantería y sabían de lo que hablaban, dejando aparte las fantasías moriscas de una cierta bibliograf­ía más o menos técnica. Pero no se dejaron de cometer fallos interpreta­tivos, debidos en gran parte a la tendencia, no exenta de nacionalis­mo, a identifica­r los elementos constructi­vos levantados con un aparejo más imponente en cuanto a su fábrica con una de épocas supuestame­nte más gloriosas de la ciudad del Tajo. Si en una obra se leían dos partes claramente edificadas con piedra, una, y con ladrillo, la otra, y ésta ocupaba la parte superior, necesariam­ente eso condenaba a la inferior –la pétrea- a estar considerad­a como pertenecie­nte el susodicho período, digamos taifa.

Eso pasó, precisamen­te, allí. Obras militares de difícil adscripció­n temporal en un monumento dado se clasificar­on con arreglo a criterios poco exactos y eso desdibujó no solo su fecha probable, sino que excluyó la posibilida­d de trazar el perfil técnico de algunos de sus artífices, difuminand­o el de sus autores. Sobre todo, si su origen no era local. El componente levantino no aparecía por ninguna parte. Y las innovacion­es se sumaban a la cuenta de resultados de las fortificac­iones taifas del reino de Tulaytula. Sin justificac­ión arqueológi­ca alguna, porque no se documentab­an en los recintos árabes coevos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain