De José Luis Panadero a Paco Piñero
La que fue, junto a Leocadio, una de las tiendas de electrodomésticos más famosas de Cáceres es ahora la oficina de campaña del líder de Ciudadanos; la nostalgia está servida
Nunca habría imaginado Cáceres, ni tan siquiera remotamente, que unas elecciones podrían tener algo de romanticismo o de nostalgia. Sin embargo, Paco Piñero, líder de Ciudadanos, ha conseguido lo impensable después de haber abierto su oficina de campaña en la que fue una de las tiendas de electrodomésticos más emblemáticas de la ciudad: la de José Luis Panadero.
Allí, en la avenida de España, se repartían en su imponente escaparate las primeras televisiones a color, los tocadiscos, las batidoras, las minicadenas Philips y las gigantes aspiradoras a las que solo podían aspirar, y nunca mejor dicho, los pudientes que vivían en los pisos del Ensanche con puerta de servicio y `pedigrí'.
José Luis Panadero llegó a convertirse en una institución. Camino de la plaza, los cacereños se ponían frente a los cristales de su establecimiento a ver las películas, los anuncios o a Jesús Hermida e Irma Soriano cuando llegó el boom de las privadas, mientras los muchachos comían pipas y gusanitos de Sánchez Cortés o raspaduras de La Estila.
La radio de Estorninos
Recordaba aquella tienda algo parecido a lo que sucedía en Estorninos, un pueblo de la provincia de Cáceres donde había muy pocas casas: el médico era el de Alcántara, el cura era el de Alcántara, y vivía Jesús, que acabó trasladándose a Cáceres y que se hizo muy famoso después de hacerse con una radio; la sacaba a la puerta y allá que se arremolinaba todo el vecindario para escuchar los programas de discos dedicados y `Simplemente María', una radionovela que entonces hacía furor.
Ay, la radio, la tele y sus milagros. Eran los años en los que José Luis Panadero compartía el monopolio del electrodoméstico con Leocadio, Leocadio Durán Mendo, quien a los 11 años ingresó en el colegio del Madruelo, que previamente había sido habilitado como cuartel del Ejército, y luego se convirtió en la escuela más famosa de toda la ciudad. Allí le dio clase don José Ríos Valiente, que era un grandísimo profesor. Aprendido lo preciso, Leocadio salió del Madruelo a los 13 años al coincidir que un chaval de su barrio, Nemesio, le comentó que en la Oficina de Clases Pasivas necesitaban un botones.
En ese oficio estuvo Leocadio hasta que a los 17 consiguió otro trabajo --esta vez ya como aspirante administrativo--, en Almacenes Abad, que era una ferretería de grandes dimensiones, con un corralón muy grande, situada en el número 20 de la avenida de España. La función de Leocadio era la de la administración en unas oficinas que Abad tenía en la calle Moret, desde la que se ocupaban de toda la contabilidad del negocio. En ese departamento, fue compañero de Joaquín Ojalvo, Francisco Corcho, Lorenzo Jiménez o Pedro Tejado.
La expansión
En 1977 decidió probar suerte junto a su hermano José y montaron Leocadio SA, la cadena de tiendas de electrodomésticos más importante que tuvo la ciudad. Comenzaron en Hernán Cortés y se expansionaron luego por San Antón, Donoso Cortés, Antonio Hurtado y Plasencia: televisores, lavadoras, frigoríficos, el boom del vídeo...
Junto a Leocadio, Panadero fue otro de los clásicos, en esos tiempos en los que la zona de Moret era el área comercial más concurrida de todo Cáceres: allí estaban los Sobrinos de Gabino Díez, los almacenes de tejidos de Gozalo, la farmacia de Acedo, con su rebotica plagada de intelectuales, o el bar Maleno, con su especialidad de ranas.
Panadero, situado junto al Requeté (los grandes almacenes más populares de Cáceres), se convirtió luego en Expert, que cerró en 2013. A lo largo del tiempo la tienda ha servido para poner rastrillos y hasta un `Todo a 100'. Ahora, un cartel con la imagen de Paco Piñero (que además es dueño de Electrocash, otra de las firmas punteras de la región) anima a darle el voto a Ciudadanos. En este momento, es inevitable recordar aquellos primeros televisores a color que desembarcaron en Cánovas cuando en la mayoría de las casas resistía el blanco y negro. La campaña avanza trepidante. La nostalgia está servida.
Frente a José Luis Panadero los jóvenes comían pipas y gusanitos cuando llegó el boom de las privadas