La región participará en un cribado piloto de cáncer de pulmón junto a 20 hospitales
Buscará a fumadores ▶ y exfumadores de 50 a 75 años y le hará un seguimiento 5 años El fin es demostrar lo que dice la evidencia: que la detección precoz reduce la mortalidad
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El objetivo es demostrar que haciendo un TAC de baja radiación a pacientes de riesgo podemos diagnosticar más tumores de pulmón en estadios más iniciales y, por tanto, mejorar el pronóstico de esos pacientes», cuenta Ana Castañar, neumóloga del hospital universitario de Badajoz. Esto es lo que pretende el proyecto Cassandra (Cancer Screening Smoking Cessation and Respiratory Assessment, en sus siglas en inglés), impulsado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), en el que participa el hospital pacense junto a otra veintena de centros hospitalarios todo el país.
Y no es un tema baladí, ya que este tipo de tumor es la principal causa de mortalidad por cáncer en España. ¿Por qué? «Precisamente porque muchas veces llegamos tarde al diagnóstico. Desde que un tumor de pulmón aparece hasta que da síntomas transcurre mucho tiempo y a veces esos síntomas aparecen porque la enfermedad ya está muy avanzada. Un fumador puede toser todos los días, pero un día cambia un poco la tos y pasa desaparcibido, se enmascaran los síntomas o directamente
no aparecen y cuando el paciente consulta por clínica nos encontramos que son situaciones en las que el estadio del tumor es avanzado y el pronóstico, malo», explica la especialista y responsable del proyecto en la comunidad.
La iniciativa cuenta con el respaldo de todas las sociedades científicas implicadas en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de pulmón y de pacientes y nace ante la negativa del Sistema Nacional de Salud a implantar un cribado generalizado de este tipo a priori aunque ya hay evidencia científica de sus beneficios: «está demostrado que puede reducir la mortalidad por cáncer de pulmón. La teoría está, pero tiene ciertas dificultades
la práctica por la cantidad de pacientes que hay que cribar y estudios complementarios que se necesitan, pero vamos a demostrar que es factible extenderlos a toda la población», insiste.
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GASTO SANITARIO «Obviamente implantar un programa de este tipo, como los tiene el cáncer de mama o el de colon, de entrada sabemos que va a consumir bastantes recursos sanitarios, pero si eso lo enfrentamos con el gasto sanitario que conlleva tratar un cáncer de pulmón, los años de vida que puede ganar un paciente y las vidas que vamos a ahorrar, pues evidentemente compensa con crecer cualquier gasto». Y este es uno de los parámetros que quieren definir al detalle con este programa piloto que ultima flecos administrativos y burocráticos para poder arrancar en los próximos meses.
«Esperamos que para el verano ya se pueda implementar en algunos centros del país». De momento, no hay ninguna estimación de cuántos pacientes se incluirán, pero los usuarios son el elemento clave de este ensayo piloto. En el caso extremeño, un médico de Atención Primaria del centro de salud de San Roque, en Badajoz, será el encargado de reclutar a la población extremeña que se estudiará en la región durante cinco años: deben ser usuarios de entre 50 y 75 años que sean fumadores activos o ya exfumadores, pero deben haber dejado el tabaco en los últimos 15 años. A estas personas se les hará un TAC anual durante los cinco años que dure el programa, además de otros estudios, y también se les ofrecerá una deshabituación tabáquica, que es otra de las patas que incluye esta iniciativa. «Es un programa muy ambicioso», apunta.
Castañar confía en que la práctica ratifique la evidencia teórica hasta ahora demostrada y los servicios de salud acaben implantando un cribado que puede mejorar el diagnóstico y la supervivencia de los pacientes con el tipo de cáncer que más mortalidad genera en estos momentos. El año pasado se diagnosticaron casi 30.200 casos, pero murieron más de 22.800 personas por esta causa. Fueron 729 diagnósticos en la comunidad extremeña y 625 muertes. El cáncer de pulmón es el cuarto más detectado en España. Hace una década se registraron 5.000 casos menos: el diagnóstico parece haber mejorado, pero no la supervivencia.
Es el tumor que más muertes provoca: en 2022 se diagnosticaron 30.200 casos en el país, pero fallecieron más de 22.800 personas