5 alojamientos únicos:
Extremadura cuenta con cinco establecimientos turísticos que tienen la distinción de singulares. El primero se concedió ▶ tienen que reunir condiciones de excepcionalidad, originalidad, excelencia y calidad. Dos de ellos están en marcha, en el
La primera condición es que sea algo excepcional. Luego es necesario también que sea original, excelente y que prime la calidad casi por encima de cualquier otra cosa. Estas son las características que reúnen los alojamientos turísticos declarados como singulares, una denominación que concede la Dirección General de Turismo para distinguir a aquellas instalaciones que no pueden englobarse en las tradicionales y con la que ya cuentan cinco establecimientos extremeños, tres en la provincia de Cáceres y dos en la de Badajoz, y que van desde yurtas mongolas a antiguos chozos pastoriles o burbujas suspendidas en el aire.
El primer proyecto en conseguir la singularidad abrió sus puertas en 2021, el segundo el año pasado y hay otros tres que ya tienen esta catalogación, pero siguen en ejecución y esperan poder abrir sus puertas en los próximos meses. Además de sus condiciones de originalidad y excelencia, deben situarse en entornos atractivos, poner en valor el paisaje extremeño y ofrecer servicios y experiencias bien definidas y de calidad.
JARDÍN DE LAS DELIZIAS Yurtas de Mongolia entre encinas y cerezos
A Leticia Romero, madrileña, y José Antonio García, extremeño, les vino la inspiración viendo un documental de La 2 sobre Mongolia hace ya doce años. «Vimos las yurtas y nos surgió la idea». Empezaron a idear el proyecto pero la legislación de esos momentos no le permitía llevarlo a cabo. «Pero nosotros seguimos trabajando e invirtiendo en ello porque creíamos en él», cuenta Leticia. En 2018 tuvieron cabida por fin en la normativa y se convirtieron en el primer alojamiento singular de Extremadura. Y tras 12 años de ideas, sueños y trabajo a ciegas en la finca de Casas del Castañar donde se asientan y tras cuatro años de papeleo, en 2021 abrieron sus puertas.
El Jardín de las Delizias está compuesto por tres yurtas originales traídas de Mongolia. Es un tipo de vivienda utilizada por los nómadas en las estepas de Asia Central. «Se trata de construcciones circulares, sencillas, desmontables y realizadas a base de elementos de madera y fieltro natural y revestimientos laterales de textil, con cúpula dotada de óculo de cristal en el techo», explican desde Turismo. «Son originales de Mongolia, pero están adaptadas con todas las comodidades». Tienen en su interior un aseo, climatización, televisión, nevera... Y están dirigidas a un público muy exclusivo. «Aquí trabajamos a calidad no a cantidad», señala Leticia.
La singularidad de este alojamiento no es solo lo material, sino la experiencia desde que el cliente entra en la finca rodeada de cerezos. «Tenemos rincones especiales por todo el terreno y estamos acabando ahora una piscina que es una playa». Además, cuentan con productos ecológicos en la propia finca que ofrecen en sus desayunos y ya han sido premiados en varias ocasiones. El último galardón recibido ha sido el que concede un grupo británico a los proyectos sostenibles, denominados los `Grinn Awards'.
Porque la sostenibilidad, junto a la calidad, es otro de sus fuertes. Y eso atrae a todo tipo de turistas. «Tenemos público de la región, nacional y también internacional. Hemos notado un aumento de rusos, por ejemplo, que no habíamos tenido hasta ahora». De hecho, cuenta Leticia que a pesar de ser una construcción de la zona asiática, solo las han podido ver en museos y vienen aquí a disfrutarlas de verdad.
El objetivo de este primer alojamiento singular es mantenerse. «No queremos ofrecer cantidad sino máximo confort, servicios y calidad porque nuestro alojamiento requiere mucha implicación, la yurta tiene un mantenimiento complejo». Leticia y José Antonio fueron los primeros, «abrimos el camino, pero la competencia no nos asusta porque cada uno ofrecemos una singularidad. De hecho, creo que tener una oferta mayor nos beneficia a todos y es una oportunidad para Extremadura». Pero avisa de que tampoco puede ser un coladero: «el alojamiento singular tiene una distancia abismal en singularidad y en calidad con otros y eso debe seguir siendo así».
UNIVERSE Burbujas flotantes con vistas al cerro Masatrigo
Entregó el proyecto en Turismo en 2019, pero ha tenido que lidiar con bastantes dificultades que parece ir solventando poco a poco. El alojamiento ideado por Anastasio Luque en Esparragosa de Lares ya tiene la catalogación de singular y se llama Universe, aunque aún no ha abierto sus puertas. Espera hacerlo en los próximos meses si le dan el visto bueno a la nueva ubicación que le habría ahorrado años de burocracia. Es parte de la problemática que tienen este tipo de alojamientos tan excepcionales.
Se trata de un complejo glampling, la combinación de camping y glamour, en un entorno tan singular como sus habitaciones. La idea es instalar cuatro bungalows burbuja que estarán suspendidos en el aire sobre una plataforma metálica, pero unidos a un bungalow recepción como si de ramas de árboles se trataran. «La sensación será como estar volando», dice Anastasio. Esa recepción será también el comedor y contará con una piscina infinity sobre el pantano de La Serena. Pero eso no es todo, su entorno es parte de la singularidad: las burbujas tendrán vistas al castillo de Puebla de Alcocer, al embalse y al Cerro Masatrigo, declarado Monumento Natural. «Es que para que sea un alojamiento singular la ubicación tiene que ser también muy especial. La calidad empieza por ahí, por las vistas que se ofrecen. El proyecto es una pasada y muy diferente a todo lo que hay», cuenta ilusionado. Y si la idea es original y de excepción por fuera, por dentro mantendrá la máxima calidad «tanto en las camas como en los baños, la climatización, la iluminación... todo está cuidado hasta el último detalle».
Anastasio, además de conducir un taxi por toda su comarca, ya regenta una casa rural en Esparragosa llamada A Cántaros -«por Pablo Guerrero, por supuesto»-. Es una antigua casa del municipio con 7 habitaciones que le ha enseñado que lo primero que busca el turista es más intimidad y menos zonas compartidas. «De esa experiencia viene la idea de hacer algo con la máxima intimidad».
EL REGAJO Chozos de cristal en pleno Valle del Jerte
Daniel Morán lleva trabajando en el sector del turismo desde que tenía 19 años y siempre ha tenido clara su filosofía empresarial: «no quiero que el cliente se sienta como en su casa, sino que encuentre todo lo que a mí me gustaría encontrarme cuando voy a los sitios». Con esa idea clara, huyó del alojamiento turístico tradicional (ya cuenta con una casa rural de alquiler para grupos) y empezó a pensar en algo especial y único. Y mirando a su entorno privilegiado, el Valle del