Yurtas, chozos y burbujas flotantes
En 2021 tras una larga tarea burocrática, ya que no existía ninguna catalogación especial para los alojamientos que Jerte, y hay en proyecto otros tres lugares que ya tienen la distinción, aunque aún no han abierto sus puertas
Jerte, le vino la idea. «Había pensado en las habitaciones burbuja que están tan de moda ahora, pero pensé que pronto se llenaría de sitios iguales, así que me acordé de los 145 chozos pastoriles que tenemos en la zona declarados Patrimonio Histórico Cultural». Y le vino a la cabeza hacer un alojamiento híbrido mezclando chozos y burbujas. Y por qué no.
De ahí salió El Regajo, un establecimiento turístico singular asentado en los típicos muros de bancales aterrazados de las plantaciones de cerezas del Jerte y compuesto por tres chozos que simulan a los antiguos, pero que tienen una parte de sus paredes y techos de cristal que permiten disfrutar de unas vistas privilegiadas de Extremadura. «Es que estamos en pleno Jerte, en El Torno, que es el mirador del valle», recuerda Daniel.
Cada uno de los tres chozos son habitaciones con la máxima calidad y confort: «son exclusivamente para parejas y cuentan con jacuzzi privado en la terraza exterior». El negocio de Daniel obtuvo la categoría de singular el mismo día de su inauguración, el 11 de marzo de 2022, y abrió sus puertas una semana después. Desde entonces, las expectativas están más que cumplidas. «Se han superado», dice. «De marzo a diciembre hemos tenido un 80% de ocupación de lunes a domingo, que es una barbaridad siendo turismo de interior. Estamos muy contentos, la verdad», valora Daniel. Y ahora mismo hay que reservar con dos meses de antelación si se busca una estancia durante un fin de semana.
Tras su primer año en funcionamiento, la idea es crear dos o tres chozos más y ampliar el complejo. La singularidad, cuenta, es el propio tipo de alojamiento, pero también se muestra en la calidad. «Por el hecho de ser singular, no debería valer cualquier cosa. Hay que ofrecer glamour, detalles, exclusividad, experiencias únicas... y libertad, aquí el turista marca sus propios ritmos». La habitación cuenta con una pequeña cocina office bien equipada y «usamos sábanas de 500 hilos, como la que tiene Paradores».
Hasta la fecha su cliente principal es nacional. «Son parejas de entre 35 y 55 años pero del país, el turismo internacional sin tener AVE es muy residual, si acaso alguna pareja que viaja de ruta, pero si no es muy complicado con las comunicaciones que tenemos», lamenta.
11 cúpulas geodésicas en Garganta la Olla
Otro de los alojamientos singulares que proyecta abrir sus puertas en la región se ubica en la localidad cacereña de Garganta la Olla. Este establecimiento singular contará con once cabañas con forma de cúpula geodésica o `domos'. «Son alojamientos con forma semiesférica de los cuales ocho unidades son pequeñas, para dos usuarios, y otras tres unidades son grandes o familiares para al menos cuatro usuarios», explican desde la Consejería de Turismo, la administración que le ha distinguido con la categoría de singular.
Ofrecerá también cuatro alojamientos permanentes tipo bungalows semienterrados integrados en el terreno, aprovechando la gran pendiente de la parcela en la que se ubican. «Estas construcciones bioclimáticas aportan altos índices de confort en aislamiento térmico y acústico, así como un importante ahorro energético». El proyecto se encuentra aún en tramitación, por lo que sus promotores prefieren esperar para dar a conocer más detalles del mismo, según señalan desde el estudio de arquitectura encargado del proyecto, del que solo destacan por ahora que es «muy interesante por sus soluciones arquitectónicas, paisajísticas y en cuanto a sostenibilidad». Según añade la administración, estas construcciones bioclimáticas aportan altos índices de confort en aislamiento térmico y acústico, así como un importante ahorro energético, destaca.
`BURBUJAS' Diez cabañas transparentes en Monesterio
En la localidad pacense de Monesterio hay un alojamiento proyectado que también cuenta con la catalogación de singular, que será el quinto con este sello en Extremadura. Se encuentra aún en fase de tramitación y ejecución y a la espera de los últimos permisos urbanísticos, según explican desde la administración extremeña. Se trata de un alojamiento de burbujas o cabañas transparentes que permite una estancia en contacto con el paisaje y la observación del cielo, un turismo en auge en Extremadura. Este establecimiento contará con un total de diez cabañas, que suman veinte plazas entre todas.