El Gobierno explota la figura de Calviño para atraer voto moderado
Está bien valorada incluso entre los electores del Partido Popular
Pedro Sánchez impulsó la última fase de la legislatura en el debate del estado de la nación de julio, en el que estrenó un discurso netamente de izquierdas, que sirvió también para poner mercromina en las heridas del PSOE, muy dolorido aún por la mayoría absoluta del PP en Andalucía.
Ahí anunció el impuestos a los beneficios extraordinarios de energéticas y bancos y comenzó a lanzar el mensaje de que tomaría medidas en favor de la clase media y trabajadora, aunque eso supusiera «incomodar a los poderosos».
El presidente continúa a lomos de ese relato y con él se enfrenta las elecciones autonómicas y municipales y las generales de final de año para tratar de retener y cautivar al votante progresista. Sin concesiones a otros espacios más moderados, salvo una, que representa la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. Ella es el guiño al centro del Gobierno, la imagen en la que los socialistas se proyectan para vender su gestión económica, retener a los electores cansados y confundidos por el constante ruido de la coalición con Unidas Podemos y que estén tentados de abstenerse o de caer en los brazos de Alberto Núñez Feijóo.
Por estas razones Calviño es casi una ministra fija en las comparecencias semanales en
Moncloa. Para, al margen de su propia actividad, afianzar su fotografía como símbolo del Ejecutivo y de su solvencia. Ella y también el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá. Ha sido una decisión de la Secretaría de Estado de Comunicación facilitar que comparezcan en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, siempre que exista una mínima oportunidad. Aunque ello haya supuesto, como ha sucedido, un conflicto con Podemos.
Además, frente a otros ministros, Calviño tiene un alto grado de conocimiento entre la opinión pública y una buena valoración incluso en los votantes del PP. Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la conoce el 78,3% de los españoles. Y, en una puntuación de entre 1 (muy mal) y 10 (muy bien), es uno de los pocos miembros del Gobierno a la que un 18% de personas que en 2019 apoyaron al PP le pone un 5 , y un 11% un 6. Sólo la supera la ministra con mayor entrada en el electorado conservador, que es Margarita Robles.
La implicación de Calviño en los actos de partido es cada vez mayor. La vicepresidenta está más volcada en la campaña y en todos sus desplazamientos por España tiene actos para apoyar a los candidatos a las alcaldías y a los presidentes autonómico.
Este pasado viernes estaba en Extremadura y esta semana se desplazará a Galicia, la Comunidad Valenciana y Baleares. Además, su nombre se está barajando para cerrar la campaña en Madrid junto a la candidata al Ayuntamiento, Reyes Maroto.