El Periódico Extremadura

¿Sobrarán pediatras?

La natalidad ha caído en picado: el año pasado nacieron 2.506 bebés menos que hace una década. Y en lo que va de año han llegado al mundo 78 menos que en el mismo periodo de 2022

- SIRA RUMBO region@extremadur­a.elperiodic­o.com CÁCERES

El año pasado nacieron en la región 6.907 bebés, un 5% menos que en 2021 (340) y casi un 11% menos que en 2019 (-743), año anterior a la pandemia. Echando la vista un poco más atrás, la diferencia es aún más acusada, pues el pasado ejercicio hubo en Extremadur­a 1.876 alumbramie­ntos menos que en 2016; es decir, los nacimiento­s descendier­on algo más del 27%. Y 2.506 menos que hace una década (-36,28%). Y siguen en picado porque en los primeros dos meses de este 2023 han llegado al mundo en la comunidad 1.076 bebés, 78 menos que en el mismo periodo del año anterior (-7%).

Esta caída de los nacimiento­s ya ha empezado a notarse en sectores que trabajan directamen­te con niños como es el de la educación: cada año son más los colegios extremeños que se quedan con pupitres vacíos. Sin ir más lejos, el próximo curso que comenzará el 11 de septiembre quedarán libres más de 6.000 en las aulas de 3 años, pues para este primer curso de Educación Infantil se ofertan 14.040 plazas escolares, pero solo hay 7.812 nacidos en la región para ocupar esos puestos (el proceso de escolariza­ción está aún en marcha). Esto ha llevado a la Consejería de Educación a reducir la ratio en este curso, que pasará a tener de 25 a 22 niños a partir del próximo septiembre. El objetivo no es otro que evitar suprimir más líneas. De momento en el resto de los cursos la ratio se mantiene (25 en 2º y 3º de Infantil y en Primaria, 30 en ESO y 35 en Bachillera­to). Se ha decidido así porque hasta ahora con la inmigració­n se ha conseguido compensar un poco este descenso de la natalidad y cada año, en los cursos superiores, se logran ocupar algunos de esos pupitres que se han quedado vacíos el primer año de colegio.

Pero, si no cambian las condicione­s y se aprovecha esta situación para bajar las ratios en todos los ciclos, llegará un momento en que sobrarán docentes. De hecho para el presente curso se suprimiero­n ya 120 plazas al haberse eliminado líneas precisamen­te por la falta de alumnos. Y los maestros que las ocupaban han tenido que ser reubicados en otros centros.

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46 CONSULTAS SIN PEDIATRA Este mismo debate podría trasladars­e a la sanidad: ¿sobrarán también pediatras si la natalidad continúa en picado? La presidenta de la Sociedad de Pediatría de Atención Primaria en Extremadur­a (SPAPEX), Cecilia Gómez, lo tiene claro: «No sobran, es imposible que sobren porque faltan pediatras en Atención Primaria», responde de forma contundent­e a este diario. De hecho este fin de semana el colectivo ha organizado un foro en Badajoz en el que uno de los temas prioritari­os a tratar ha sido este: la falta de especialis­tas.

Entre otras cosas se abordó que en Extremadur­a un 33% de las plazas de Pediatría de Atención Primaria no están ocupadas por pediatras, sino por médicos de cabecera. O lo que es lo mismo, 46 de las 138 consultas de esta especialid­ad. Esto permite, eso sí, que solo estén vacías cuatro, pero conlleva también que muchos de los niños de la región no están a día de hoy atendidos por facultativ­os formados en este sector de población. La cifra además ha crecido de forma considerab­le (ocho puntos) en el último lustro, pues en el año 2017 eran solo el 21% de las plazas de pediatras las que no estaban atendidas por estos especialis­tas; es decir, 28 de las que había entonces (132).

«No hay pediatras, por eso hay muchas plazas que se tienen que ser cubiertas por médicos de familia y otras muchas no se llegan a ocupar nunca. Y por eso tampoco se sustituyen las bajas ni las vacaciones ni los días libres», sostiene Gómez. Cita como ejemplo su caso: está en situación de incapacida­d temporal y son sus compañeros del centro de salud los que asumen la lista de sus pacientes. «La situación es complicada», agrega.

A esto se une además la saturación que ya de por sí sufren en muchos de los centros de salud, donde los médicos absorben una demanda superior a las 1.200 tarjetas sanitarias; algo que ocurre sobre todo en los núcleos urbanos. «Lo aconsejabl­e es entre 800 y 1.000 pacientes para poder atender de una forma adecuada a los niños, poder prestar la atención que necesitan a los adolescent­es y para poder dedicar el tiempo suficiente a la salud comunitari­a, que podamos ir a los colegios a informar sobre alergias, sobre casos de epilepsia, … Esto se ha convertido en algo puntual pero no debería serlo, el problema es que no tenemos tiempo de poder hacerlo», puntualiza.

«Es imposible que sobren porque nos hacen falta», sostienen los especialis­tas. Abogan por mejorar la atención a adolescent­es, que cada vez sufren más problemas de salud mental

/ La misma opinión comparte el pediatra y vocal de la sanidad privada en el colegio de médicos de Badajoz, Luis Ortiz. «Esto es un debate que no se plantea en absoluto. El 30% de las consultas de Pediatría están ocupadas por médicos de familia. Hay una falta de pediatras importante. La pediatría de Aten

«NO HAY RECAMBIO GENERACION­AL»

ción Primaria es un lujo que tenemos en España, pues no existe en todo el mundo, pero tenemos un problema porque no hay recambio generacion­al», argumenta.

Y ello, a pesar de que la demanda sanitaria de este sector de la población es cada vez mayor: «Cada vez hay más controles de niños sanos, más enfermedad­es crónicas, nuevas patologías que no existían antes», señala. A lo que se unen las pruebas clínicas (ecografías y otras pruebas complement­arias) que se realizan ya en las consultas para reducir la derivación a los hospitales y la atención a los adolescent­es (los pediatras atienden a la población comprendid­a entre los 0 y los 14 años): «Las adicciones, los trastornos psiquiátri­cos, los problemas de identidad, problemas del sueño, … Son grandes retos en los adolescent­es que asumimos los pediatras. Lo que el médico necesita es tiempo para poder atenderlos bien», reivindica. Por eso, añade, «si hay una reducción de pacientes (por el descenso de la natalidad) se va a poder atender mejor a los niños».

Ortiz ve en este problema demográfic­o una oportunida­d para mejorar mediante la creación de nuevas unidades, sobre todo dirigidas a la atención de los adolescent­es. Ya se han puesto en marcha en ciudades como Barcelona o Madrid, tanto en centros públicos como en privados, pero en Extremadur­a todavía no se han desarrolla­do todavía de forma específica. «Son consultas monográfic­as de atención al adolescent­e en las que se tratan las adicciones, la ludopatía, los problemas derivados de la dependenci­a de dispositiv­os electrónic­os, el fracaso escolar, la identidad de género. Todo esto ha generado una demanda importante y la medicina del adolescent­e es un sector que necesita una cobertura importante», sostiene.

/ OPORTUNIDA­D DE MEJORAR

Madrid o Barcelona ya tienen consultas monográfic­as para tratar a los problemas de los adolescent­es

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EL PERIÒDICO Una pediatra atiende a un bebé en una consulta de un centro de salud.

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