El bochorno de la invasión del campo atormenta al Espanyol
Si el incidente se ve como «muy grave» podría suponer la clausura total o parcial del estadio
Las imágenes de la invasión de un centenar de ultras en el RCDE Stadium durante la celebración del Barça del título de Liga han dado la vuelta al mundo. Nadie esperaba una respuesta así de los hinchas, que irrumpieron con rabia en el estadio mientras los azulgranas hacían un corrillo para festejar la Liga. Los jugadores de Xavi Hérnandez huyeron hacia el túnel de vestuarios, donde también se vivieron tensas escenas, con Busquets y Araujo encarándose con los radicales. Fue un bochorno que puso punto final a una noche feliz para el Barça y negra para el Espanyol. Ahora falta conocer las consecuencias de la vergüenza.
Poco después de la invasión todas las partes implicadas condenaron los hechos. Tanto Xavi como Luis García aseguraron que la violencia no tiene cabida en el fútbol. «No lo he visto. Era el momento de entrar adentro, no estábamos en casa. Es normal que lo quisiéramos celebrar porque es un trabajo que empezamos en julio», apuntó el técnico azulgrana. Joan Laporta, mientras, restó trascendencia a los hechos y confirmó en TV3 que el Barça «no denunciará nada» al considerarlo un asunto interno competencia del Espanyol.
También hubo reacciones pericas criticando la actitud de los campeones. El más contundente fue Joan Collet, el expresidente del Espanyol. «Fue una provocación por todo lo que ocurrió antes, por todo lo que se acordó y por todo lo que pasó después. Lo reconoció el
mismo Xavi, que apuntó que probablemente no deberían haberlo hecho. La gente del Espanyol no dijo nada. Yo estaba en el campo, incluso los jugadores de nuestro equipo se quedaron aplaudiendo. ¿A cuento de qué venía hacer un corro en nuestro estadio? La segunda parte de la celebración fue una provocación. Al final siempre quedamos como los malos de la película», soltó el exdirigente en RAC1.
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LOS MOSSOS ¿Se siguieron los consejos de los Mossos? Desde el ámbito blanquiazul se considera que el Barça fue demasiado lejos en su celebración del título de Liga. Incluso se apunta a un protocolo acordado para que los festejos no fueran más allá de los clásicos abrazos
y momentos de euforia tras el pitido final. Esa era la idea que, en principio, se había pactado entre los clubs y los Mossos, que investigan la polémica invasión del RCDE Stadium «por infracción de la ley del deporte y por desórdenes públicos y daños». La policía catalana acordó con el Barça que no habría una celebración prolongada sobre el césped, pero los jugadores formaron el corro en el centro del campo, lo que no era recomendable para la seguridad pública. Todo acabó con la invasión y un caos cuando las fuerzas de seguridad estaban más pendientes de proteger el palco.
¿Denunciará LaLiga a los ultras? Aunque el árbitro De Burgos Bengoetxea no recogió la invasión en el acta al no estar presente (ya estaba en los vestuarios), LaLiga no pasará por alto el escándalo. La patronal emitió ayer un comunicado muy claro con tres puntos. En el primero afirma que ha analizado todas las imágenes en colaboración con el Espanyol; en el segundo asegura que identificará a todos los responsables para impedirles volver a los estadios; y en el último aclara que denunciará los hechos ante los organismos competentes. Entre los hinchas, estaba Yago Darnell, que era número nueve en la lista del PP en Sant Joan Despí. El joven, que tiró una cámara de TV, renunció a formar parte de la candidatura y cerró sus redes sociales.
El Espanyol se asoma a un escenario incierto. Las sanciones dependerán de los informes del director de partido de LaLiga y de los Mossos, así como del grado de gravedad que se asigne. La multa está garantizada, pero no pueden descartarse castigos ejemplares que afecten incluso a los últimos partidos ante el Atlético y el Almería.
El artículo 15 del Código Disciplinario de la RFEF recoge la «celebración de partidos a puerta cerrada» y la «clausura total o parcial del recinto deportivo» como castigo por situaciones donde «se altere el orden, se menoscabe o ponga en peligro la integridad física de los árbitros, jugadores, técnicos o personas en general». Si la infracción se considera muy grave, que parece lo más probable, el Espanyol se expone a una sanción de 18.001 a 90.000 euros además de la «clausura total del recinto deportivo por un periodo que abarque desde un partido hasta una temporada».