Hipocresía y promesas
or lo visto el gobierno afirPma
que al PP se le ha acabado la campaña con la buenísima noticia de que los asesinos de ETA que se presentan -se siguen presentando- a las municipales digan -no sé, puede que sean asesinos con palabra- que, de ser elegidos, renunciarán.
Como toda la gente con conciencia, estoy encantada pero todavía esperando que la acción incansable de Covite y la presión de los demócratas consiga lo mismo del resto de exetarras que mantienen su candidatura, como los asesinos, pero aún no han renunciado de boquilla a sus posibles actas.
Nunca he creído que la catarata de promesas mitineras de Sánchez sea nada más que fruto de un nerviosismo algo frenético y una hiperactividad cercana al infantilismo, necesitado de cambiar constantemente de actividad sin consolidar la recién emprendida. Por eso discrepo del gobierno, pues comparto los motivos de los populares para mantener una campaña dura y persistir en la esperanza por un cambio que muchos votantes consideran más que necesario, urgente.
Escrito lo cual, quedo a la espera de las promesas de mañana. Ayer nos tocó a los de 65 años un cine semanal a dos euros que a esta enamorada de la gran pantalla y sus amigas viene de perlas. Anteayer fue a los curados de cáncer y más atrás a los jóvenes a los que se animaba a venir en tren. Todo después de las viviendas baratas pero antes de no se sabe qué.
Tal vez de operaciones estéticas gratis para luchar contra el acoso o la baja autoestima, que la audacia del populismo es inescrutable.
Sánchez sabe muy bien que las promesas electorales están para no cumplirlas, sobre todo porque él no cumple ni las que hace fuera de campaña. Mas los que sonreímos por no llorar con cada una de sus ocurrencias, mientras, por ejemplo, las cerezas cuestan 8 euros el kilo, tampoco olvidamos a quiénes recibieron la noticia de las listas abertzales con el máximo respeto porque eran legales, con silencio cobarde o con ataques a la repugnante oposición, antes de constatar el roto inmenso que les hacía en las próximas urnas. Más hipocresía y vomitamos ya.
Comparto los motivos de los populares para mantener una campaña dura