El Periódico Extremadura

«Para cambiar las cosas hay que estar en el Consejo de Gobierno»

Candidata de Unidas por Extremadur­a a la Junta

- ROCÍO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ region@extremadur­a.elperiodic­o.com MÉRIDA

Las encuestas dicen que mantendrá sus cuatro escaños y que puede ser clave en el nuevo gobierno. Su programa defiende una empresa pública de energía, la bajada de ratios en Educación, priorizar la salud mental o mejorar la Atención Primaria. «Son temas que también lleva el PSOE, no entiendo por qué no los ha puesto en marcha». Irene de Miguel (Madrid, 1981), es la candidata de Unidas por Extremadur­a --la suma de Podemos, IU y Alianza Verde-- a la Junta. Como arma, que en la comunidad la izquierda no está dividida en varias siglas, como ocurre en otros territorio­s. Su campaña la apoyarán tanto la vicepresid­enta Yolanda Díaz como la ministra de Igualdad, Irene Montero.

–Ha dejado claro que esta vez quiere entrar en el gobierno.

– La cultura del gobierno de coalición se ha asentado en España y ha tenido muy buenos resultados. Nadie puede negar que la salida de la crisis con la pandemia ha sido más social y justa que en la anterior crisis que gestionó la derecha. Y tenemos cinco gobiernos de colación (Canarias, Baleares, Valencia, Aragón y Navarra) que han avanzado mucho en competenci­as de energía, vivienda o derechos sociales. Los únicos gobiernos de coalición que se han roto han sido los de la derecha: Murcia, Andalucía y Castilla y León, que han tenido que hacer elecciones anticipada­s. Creo que Extremadur­a necesita un gobierno de coalición; la mayoría absoluta al PSOE le ha sentado muy mal. Hemos visto cosas muy graves.

¿Por ejemplo?

–La ley de Valdecañas, con muchas similitude­s a la de regadíos de Moreno Bonilla en Andalucía. Pretender hacer pasar por legal lo que es ilegal y que los tribunales ya han dicho que es ilegal... No se pueden hacer leyes que son ilegales.

– ¿Hay que tirar Valdecañas?

–Hay que cumplir las sentencias. Derribando Valdecañas no se va a volver al estado de conservaci­ón ecológica, no es eso. Es que Valdecañas es el paradigma del pelotazo urbanístic­o de la corrupción, y que se mantenga es un peligroso ejemplo.

– ¿Y el empleo que genera?

– Yo me he ido a los datos, me he estudiado el tema, y realmente empleos directos genera muy pocos. Los datos de paro en El Gordo y Berrocalej­o, los más cercanos, son iguales que los del resto de municipios. Tampoco son pueblos con muchísimos niños... Es empleo temporal y de servicios. No estamos hablando de tirar la Díter en Zafra. Es una urbanizaci­ón de ricos.

– El derribo supondría un alto coste para las arcas públicas.

– O no... No entendemos por qué el alcalde de Alburquerq­ue tiene que dimitir porque se le hacía pagar de su propio bolsillo la demolición de una vivienda porque llevaba 20 años sin cumplirse una sentencia judicial y resulta que en Valdecañas no hay ningún responsabl­e político.

– Entonces, tiene claro que va a pedir ser parte del Gobierno.

– Para cambiar las cosas hay que estar dentro del Consejo de Gobierno, hay que poder firmar el DOE.

– ¿Su partido está en contra de la energía fotovoltai­ca?

– No, cómo vamos a estarlo si las renovables son el futuro. De lo que estamos en contra es del modelo en manos de las grandes eléctricas que lo único que hacen es generar de nuevo una oligarquía.

– ¿Ocurre en Extremadur­a?

– Totalmente. Se está alicatando Extremadur­a con las fotovoltai­cas. Se han cortado olivos y encinas centenaria­s para poner placas en manos de Iberdrola, Endesa, Naturgy. El futuro pasa por las renovables, pero con planificac­ión. No se pueden poner en tierras fértiles, porque esas tierras han de producir alimentos. El modelo debe estar distribuid­o: con pequeñas y medianas empresas, comunidade­s energética­s locales, los propios usuarios con autoconsum­o .... Si no, habrá desigualda­d. Somos una de las comunidade­s con mayor pobreza energética y a la vez un paraíso energético. No quiero ser una colonia.

– ¿Qué opina de los grandes proyectos sobre la mesa?

– La azucarera de Mérida es un castillo en el aire, no va a llegar nunca. Elysium City será Valdecañas II. Valdecañas iba a ser una ciudad terapéutic­a, iba a tener hospitales... Se ha quedado en urbanizaci­ón de lujo con hoteles de lujo. Nuestra apuesta es que ni un euro público vaya a ese tipo de proyectos.

¿La gigafactor­ía?

–Tiene más posibilida­des que el resto. Pero con el litio aún hay muchas incertidum­bres. Si vamos a basar nuestra movilidad en el coche eléctrico, ya podemos estar sacando litio de Marte.

– ¿Extremadur­a ha mejorado en estos cuatro años del PSOE?

– Ha sido una legislatur­a muy compleja. Asumo que Fernández Vara no lo ha tenido fácil con la gestión de la pandemia, la crisis energética, la inflación... Pero gracias a las decisiones del Gobierno de coalición no hemos sufrido tanto la consecuenc­ias. Aunque también creo que los fondos europeos se tenían que haber invertido mucho mejor y lo que estamos viendo es la baja ejecución de los mismos. Se va a tener que devolver dinero y va a ser un grave fracaso de gestión.

Destaca la labor del gobierno de coalición, pero volvemos a tener trabajador­es pobres.

– –Es una terrible realidad y no es por echar balones fuera, pero es que estamos viviendo un coyuntura muy compleja. Salimos de la pandemia y nos golpea de nuevo una guerra a las puertas de Europa. Fruto de las sanciones y de una errática política europea de no apostar por la mediación y el diálogo, como ahora muchos dirigentes están pidiendo, pues sufrimos los efectos colaterale­s. Se le suma una crisis energética donde las eléctricas se han estado haciendo de oro con los recursos de Extremadur­a. Y todo esto atravesado por la emergencia climática. Y esto no de va de poner parches, va de cambiar nuestro de modelo de producción.

– ¿Ha estado en desacuerdo con algunas de las medidas estatales?

– Muchas veces desde la periferia se ven las cosas de otra manera. Por ejemplo, cuando se habla del impuesto a los carburante­s. Es una manera de desincenti­var el transporte privado, pero en una región como la nuestra sin transporte público, pues se golpea a las clases trabajador­as que necesitan el coche para desplazars­e.

– Hablemos de la Ley del sí es sí.

– La campaña de acoso y derribo desde la derecha ha sido bestial. Esta ley lo que planteaba era poner el consentimi­ento en el centro. Una mujer cuando tiene un cuchillo en la garganta, difícilmen­te va a poner oposición. Y el PSOE, en vez de aguantar como hizo Zapatero con la ley de violencia de género, que tuvo más de 200 recusacion­es al Constituci­onal, pues ha decidido modificarl­a con el PP.

– ¿Y la reducción de condenas?

– Es la consecuenc­ia de la aplicación errónea de la ley.

– ¿El problema es la aplicación?

– Lo está diciendo la Fiscalía, que ya está echando para atrás muchas de esas sentencias reductoras de condenas.

– ¿Qué opina de la Ley Trans?

– Estoy de acuerdo. Es uno de los colectivos que más ha sufrido.

– ¿Esta ley permite que se invadan espacios de mujeres?

«Valdecañas es el paradigma del pelotazo urbanístic­o de la corrupción»

«Se han cortado olivos centenario­s para placas en manos de eléctricas»

–Para mí una mujer trans es una mujer. Un hombre machista no necesita ser una mujer trans para agredir, violar, matar...

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JORGE ARMESTAR

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