Plantas piloto: el cerebro práctico del CIIAE
A medida que las investigaciones de los departamentos del CIIAE (Hidrógeno y Power-to-X, Almacenamiento de Energía Eléctrica y Almacenamiento Térmico) vayan arrojando resultados, se irá chequeando su aplicación real mediante prototipos a escala hasta crear un piloto. Y este paso tan fundamental para llevar la teoría a la práctica en la transición energética, se realizará en la que se viene denominando `joya de la corona' del CIIAE: el área de las Plantas Piloto (un total de cinco). Adecadas de trabajar en la verificación de los estudios del propio centro, colaborará con otros polos de investigación y con el sector industrial para probar sus avances y equipos.
«Estas infraestructuras escasean en España, también en Europa, por eso el CIIAE será tan decisivo. Ya tenemos incluso industrias interesadas en probar sus desarrollos, y formaremos parte de una red europea que pone en común infraestructuras vinculadas a la ciencia», señala Francisco Javier Gallego (Ceuta, 1961), ingeniero industrial con démientos
de experiencia en el sector eléctrico en España y EEUU, ahora director de las plantas piloto.
De hecho, será el primer bloque de instalaciones del CIIAE en estar listo en abril de 2024. Tendrá más de 4.000 m² en naves y equipamientos exteriores. En principio habrá cinco plantas piloto. Una térmica con varias secciones «para ensayar las distintas tecnologías de generación y almacenamiento del calor». Otra dedicada al almacenamiento eléctrico que se iniciará con una batería de flujo, «ya que conmás centra mucha más energía y tiene bastante futuro». Una tercera, de hidrógeno y Power-to-X, producirá este gas con dos tipos de electrolizadores que el CIIAE quiere desarrollar. Además tendrá secciones de generación de metanol (con CO2 de la atmósfera) y otra línea dedicada al amoniaco (de alta densidad energética). Asimismo, hará funcionar dichos electrolizadores en modo reverso para obtener electricidad a partir del hidrógeno almacenado.
La cuarta, orientada al reciclado, probará los mejores procedipara prolongar el uso de los materiales, recuperarlos y dar una segunda vida a las baterías. La quinta será el Banco de Ensayo o Microrred (obra ya adjudicada), «el corazón de todas las plantas porque permitirá simulaciones y ensayos fundamentales», puntualiza el científico.
A la complejidad de estas instalaciones se une otra: «Deberán ser muy flexibles para adaptarse a los cambios que nos pidan los investigadores y las empresas que quieran chequear sus avances». Una tarea nada fácil, «pero venimos concienciados de la importancia del centro y la responsabilidad que supone», concluye.