Acoso: «¿Tengo que esperar a que mi hijo se tire de un cuarto piso para que actúen?»
Un niño de 10 años, ▶ víctima de malos tratos durante varios cursos en el colegio La semana pasada ▶ le pegaron y el año pasado, le pincharon con chinchetas
Su madre no puede evitar las lágrimas cuando piensa en las que ha derramado su hijo después de haber sido agredido en el colegio, por enésima vez, a manos del mismo niño. La semana pasada volvió a ocurrir y «lloró tanto que toda su clase le apoya».
En este caso, su madre cuenta que la agresión se produjo en el patio, durante una clase de Educación Física. “Le empezó a golpear en el abdomen” y los compañeros tuvieron que acudir a separarle, junto al profesor. Además de lo grave de la situación en sí, sus padres denuncian que a lo largo de los cursos, desde tercero de Primaria (ahora está en quinto), le está sucediendo de manera intermitente.
Hace un año, incluso, el mismo niño “le pinchó con chinchetas en la espalda” y, en ese caso, lo hizo rodeado de otros agresores.
Acudió entonces al colegio, a la inspección educativa, al teléfono contra el acoso y a la Policía Nacio
nal, que le dijo que “no podían hacer nada por ser un menor”. Le recomendaron que, si volvía a ocurrir, fuera al médico con el niño y pidiera un parte de lesiones.
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A SALUD MENTAL Es lo que ha hecho ahora y la médico ha derivado a su hijo a la unidad de salud mental infantojuvenil “ante la gravedad y reiteración de los hechos”.
Ya estuvo en tratamiento psicológico con un psicólogo on-line por el acoso de años anteriores, pero le habían dado el alta.
El problema es que ha vuelto a ocurrir este curso y, después de la última agresión, su hijo ha manifestado ansiedad, nerviosismo, “no quiere ir a clase”. De hecho, tras la agresión de la semana pasada, expulsaron al agresor y sus padres afirman que, al regresar de su castigo, ha intentado pegar a su hijo otra vez, por lo que el problema no se ha solucionado.
Sus padres relatan que también ha recibido insultos y discriminación racial: “Un día me dijo mi hijo que era de color marrón y yo me tengo que aguantar las lágrimas y darle ánimo y valor”. Porque lo que no van a hacer es inculcarle que devuelva los golpes y pegue también. “No queremos que golpee para defenderse”, explican sus padres.
Desde el primer momento, han informado a sus tutores y al colegio y se quejan de que, en algunas ocasiones “han normalizado la situación, diciendo que son cosas de niños” y, en otros, “lo que hacen es cuidar al agredido, pero no hacen nada con el agresor”.
La situación ha llegado a tal punto que los padres de la clase pidieron una reunión con la tutora y el director, que ha tenido lugar esta semana, para pedir medidas más drásticas porque “si ahora cuidan a mi hijo, los demás tienen miedo de quién será el siguiente al que insulte o agreda”. Señalan que el centro les ha manifestado que ha puesto en marcha el protocolo de acoso, pero les han dicho que lo máximo que pueden hacer es expulsar al acosador varios días, pero no indefinidamente.
No lo entienden. Censuran que “pasa mucho tiempo entre que activan el protocolo, investigan…” Se están planteando cambiar a su hijo de colegio, aunque “él no quiere y lo más cruel es tener que cambiar al agredido y que no cambien al agresor”.
Madre de la víctima: «Lo que hacen es cuidar al agredido, pero no hacen nada con el agresor»
/ PROTOCOLO DE ACOSO Por todo lo que han pasado hasta ahora, su madre se pregunta: “¿Qué tengo que esperar, a que mi hijo se tire de un cuarto piso en el que vivimos para que intervengan? Lo que llevo sufriendo me lo tengo que aguantar porque no podemos tomar la justicia por nuestra mano. Yo entrego a mi hijo al colegio para que aprenda, de puertas para adentro y, ¿cómo lo recibo?”.
Este es el caso más grave ocurrido en el colegio Inés de Suárez, pero otros padres y madres de distintos cursos también han denunciado insultos, empujones, zancadillas o rechazo social a otros niños dentro de las aulas o en el patio y critican la pasividad del centro. Así, consideran que no es firme, que “hay muchos y no toman medidas”.
Este periódico ha intentado contactar con el colegio y no ha obtenido respuesta. La Consejería de Educación ha señalado que ha puesto en marcha el protocolo de acoso, ha mantenido «entrevistas con la comunidad educativa» y ha aplicado el Decreto 50/2007 con medida de expulsión».