El Periódico Extremadura

Las zonas afectadas por Irene evalúan daños para recuperar la normalidad

En Tres Arroyos, los vecinos piden ayuda. Campomanes es la otra gran perjudicad­a La Aemet avisa de que la borrasca Juan también azotará con fuerza la ciudad

- IRENE RANGEL badajoz@extremadur­a.elperiodic­o.com

Badajoz intenta volver a la normalidad tras el paso de la borrasca Irene aunque la tarea no va a ser tan sencilla como parece.

En Tres Arroyos, ayer los vecinos se habían organizado para poder ayudar ordenadame­nte a los más afectados. El trasiego de herramient­as y camiones era constante por la avenida del Cielo y las pistas adyacentes. El presidente de la comunidad de vecinos, Ricardo Pulgarín, escuchaba las peticiones. Calzando botas de agua, la diputada en la Asamblea Irene de Miguel hacía lo propio.

Entre todo el trasiego, Rosa y Domingo entraban en casa por primera vez. «Parece mentira», dice ella. Su marido explica que finalmente Rosa durmió en casa de su hijo pero que él permaneció en la parcela durante toda la noche para evitar robos. «El trabajo de una vida ha salido volando en cinco minutos», se lamentaba, entre lágrimas.

Con la vuelta de la luz, Rosa intenta hacer tareas cotidianas en su casa de aperos. «Estaba intentando hacer unas lentejas pero estoy tan nerviosa que no soy capaz». Hasta su parcela han acudido familiares para echarles una mano. «Es que no sabemos ni por dónde empezar», confesaba Domingo, mirando la destrucció­n que le rodeaba.

Juntos cruzaban el umbral y observaban el estado de la vivienda. «Madre mía, madre mía», repetía ella. Acto seguido, muestra el marco de la puerta bajo el que se refugiaron ambos hasta que llegaron los Bomberos. No podía evitar emocionars­e.

Como ellos, alrededor de 30 vecinos de la zona han visto cómo sus parcelas han sufrido daños. «Ahora solo queda organizarn­os los vecinos, que lo estamos haciendo a través de un grupo de Whatsapp, y colaborar para volver a la normalidad», decía Pulgarín.

«SAQUÉ A MI HIJO DE DEBAJO DE LOS

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ESCOMBROS» Campomanes es la otra zona de Badajoz que más se ha visto afectada. Estíbaliz Nogales vive con su marido y sus tres hijos en una casa familiar. La noche

de la borrasca estaba sola con los pequeños. «Sé que hemos salvado la vida por poco», decía ayer.

Ella relata cómo pudo ver «que el cielo se iluminó» y fue a la cocina a cerrar la ventana. Al escuchar el trueno, salió corriendo a ver a su hijo pequeño. Eso hace que hoy siga viva: apenas unos segundos después, la ventana de la cocina

salía despedida hacia la zona donde ella se encontraba. «No lo habría contado». Momentos después, todo el tejado salió volando. «Creemos que la puerta del vecino, que pesa más de una tonelada, chocó contra él y lo arrancó porque el tejado era de obra, con su aislamient­o, sus tejas y todo». No puede evitar llorar cuando dice que «fui a ver a mi hijo y estaba cubierto de escombros, no me contestaba y no podía llegar hasta él. Por suerte, salió ileso».

Cuando amaneció, en plenas labores de limpieza, uno de sus hijos se resbaló en el barro y se rompió el brazo por varios sitios. «Venimos del hospital, le han tenido que operar de urgencia». El pequeño, recién llegado, mostraba a sus hermanos las escayola.

En su parcela hay todo un batallón de familiares limpiando. «Vivimos en Sevilla pero en cuanto nos enteramos, hicimos la maleta», dice Cristina Gómez, cuñada de Estíbaliz. José, el marido de la primera, trataba de mover las encinas centenaria­s que estaban tiradas en medio del jardín valiéndose de un quad. Sobre el tejado descubiert­o ya había plásticos que han colocado entre todos. «Por suerte no estamos solos... y seguimos vivos, que no es poco. Yo esto lo he visto en las películas, jamás pensé que me fuera a pasar a mí», concluía Estíbaliz.

Diego Torres, su vecino, trataba de animarla mientras sacaba de su finca restos de una autocarava­na de procedenci­a desconocid­a. «Me doy por contento, poco ha pasado en mi casa».

/ En la barriada de San Roque Irene también se ha dejado notar en forma de desperfect­os. Así, el miércoles hubo varios equipos que renunciaro­n a entrenar en el pabellón Nuria Cabanillas por los charcos que había en la pista. La cubierta unos respirader­os que, cuando llueve, provocan la entrada de agua. Los trabajador­es de mantenimie­nto ya han trabajado en el mismo, confirman desde el consistori­o, así como que se prevé acometer reformas en los pabellones de la ciudad.

DAÑOS MATERIALES EN SAN ROQUE

Técnicos de la Aemet analizan datos e imágenes para saber si realmente pasó un tornado por Badajoz

Frente al complejo deportivo, el restaurant­e El Rincón de Paula cerraba sus puertas durante más de 24 horas. «Los problemas comenzaron con cortes de luz intermiten­tes la noche del 16 al 17», explica su propietari­o, Óscar Tejeda. Esto ha hecho que se le estropeen ordenadore­s, aires acondicion­ados y cámaras frigorífic­as. «Nadie de la compañía eléctrica me ha dado una explicació­n», aseguraba ayer. Tejeda ha tenido que tirar toda la comida que tenía en el bar, «como para dar de comer a cien personas. Solo con el caldo que estaba preparando cuando se fue la luz por primera vez habré tirado 500 litros». Las pérdidas, dice, son incalculab­les.

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LLEGA `JUAN' Tras los 38,6 litros por metro cuadrado que cayeron en la ciudad el pasado miércoles, la Aemet estudia si lo que ha pasado es realmente un tornado o un fenómeno local provocado por las rachas de viento. «Sería raro, pero los técnicos están analizando imágenes y datos», explica Marcelino Núñez, delegado territoria­l de Aemet en Extremadur­a.

Asimismo avisa de que debemos prepararno­s para la llegada de una nueva borrasca, Juan, que azotará la zona de Badajoz durante todo el día de hoy.

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S. GARCÍA Domingo y Rosa bajo lo que queda del porche de su casa de Tres Arroyos.
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Cristina observa el jardín de su vivienda familiar, en Campomanes, lleno de restos de otras edificacio­nes.
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Una caravana volcada bajo el porche de un contenedor, en Campomanes.

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