Aprendizajes para la vida
Determinar el día más triste del año (el llamado Blue Monday) resulta tan ridículo como pensar en el más feliz, ¿no creen? Depende de para quien, como si las vidas de todo el mundo corrieran al unísono. Parece ser que fue el pasado lunes, 15 de enero, por una serie de factores como el clima, el tiempo transcurrido desde las vacaciones navideñas o el que falta para volver a cobrar la nómina. Nos tenemos que repetir, casi como un mantra, que superar la tristeza y cuidar el bienestar emocional depende, en gran medida, de nosotros mismos. Seguro que les habrá pasado: hay libros y películas que nos reconcilian con la vida, que nos hacen reflexionar y decirnos que ya basta de quejarse tanto, que somos privilegiados al levancada mañana y ver que sale el sol, que llueve o hace frío, y que tenemos la suerte de emprender la aventura de un nuevo día. En momentos como los actuales, de tanto postureo y materialismo, se puede ser feliz con poco. No hace falta tener un empleo glamuroso y reconocido, ni residir en una vivienda lujosa, ni estar siempre diciendo algo, demostrando a los demás lo alucinante que es tu existencia. Hije
rayama, el protagonista de la última y fantástica película de Wim Wenders, `Perfect Days', es un hombre afable que limpia diariamente los baños públicos de Tokio, los váteres y los lavabos con estropajo y lejía hasta el último rincón. Lo realiza con mucha profesionalidad, como si fuera lo más importante del mundo. Cada jornada es igual pero él se esfuerza para que sea distinta, para que pueda llegar a ser única e irrepetible. Vemos su día a día: cómo trabaja, dónde come, dónde se lava, la música que escucha... Vive solo en una casa modesta y, además de trabajar con esmero y cuidado, en su tiempo libre lee, fotografía árboles, escucha música y deja que el sol acaricie su rostro. Intuimos que es feliz. Son numerosos los aprendizajes para la vida que nos regala este personatarnos
inolvidable, este superhéroe de lo sencillo, que no necesita capa ni superpoderes para brillar; ni estar constantemente hablando pues él es un individuo de pocas pero certeras palabras, y casi todo lo transmite con su mirada, sus gestos, casi como si fuese un actor de cine mudo. Y en ese proceso ayudan, y mucho, las canciones favoritas que escucha en un casete desgastado de su furgoneta: temas de Lou Reed, Nina Simone, Otis Redding o Patti Smith. Al salir del cine y deslumbrarte con esta serena, hermosa y humanista historia dan ganas de ser como él, seguir su filosofía de vida. Suele ocurrir: las mejores películas son aquellas que te ayudan a descubrir algo de ti que permanecía oculto o aletargado.
Hay libros y películas que nos hacen reflexionar y decirnos que ya basta de quejarnos tanto