El Periódico Extremadura

«Es muy grave y serio decir que se ha judicializ­ado la política»

Presidenta del Tribunal Superior de Extremadur­a

- GEMA GUERRA caceres@extremadur­a.elperiodic­o.com CÁCERES

Siempre lo tuvo claro. Si hay una certeza que ha acompañado a María Félix Tena Aragón (Monterrubi­o de la Serena, 1963) a lo largo de su vida es la de ser jueza. «Desde que era chiquinina», recuerda con convicción a este diario. Años después, puede presumir de una carrera a la altura de pocos y de haber sido pionera en su región y en su país. Fue la primera mujer en presidir el Tribunal Superior de Justicia de Extremadur­a (TSJEx), un cargo que ostenta desde 2020. En su balance personal, se muestra afortunada. «Soy muy feliz, vengo muy contenta a trabajar», añade. En esa sintonía, atiende a este diario para reflexiona­r sobre año que se despide y los retos que afronta la justicia en Extremadur­a en 2024. (La entrevista se celebró esta semana, pero antes de las declaracio­nes del viernes de Teresa Ribera sobre García-Castellón).

– Lleva ya como presidenta del TSJEx desde 2020, una fecha simbólica porque coincidió con la pandemia, ¿qué balance hace de estos años? ¿Ya se ha recuperado la normalidad?

– De estos cuatro años forzosamen­te tengo que hacer una distinción. El año y medio primero fue absolutame­nte novedoso, duro, imprevisib­le. Hubo que trabajar de determinad­a forma y con el tiempo adoptamos las decisiones oportunas para recuperarn­os lo antes posible. ¿Balance general? Se han hecho cosas muy positivas. La Sala ha trabajado con iniciativa­s que ya venían de antes pero estaban paralizada­s y ha puesto en marcha otras nuevas. Por ejemplo, por fin se terminó el edificio de Badajoz, se consiguió trasladarl­os órganos judiciales a una única sede, antes estaban en tres distintas y eso provocaba no pocos inconvenie­ntes. En estos cuatro años se han creado siete órganos judiciales nuevos, algo importante porque nunca se habían creado tantos en ese tiempo, entre ellos, el juzgado de violencia sobre la mujer de Cáceres, que funciona con un resultado muy positivo.

– Y año nuevo, propósitos nuevos. Uno de los retos de hecho que se marcó es la ampliación del palacio de justicia de Cáceres.

– Exacto. Teníamos que acabar con los de Badajoz y ahora tenemos que centrarnos en la ampliación del edificio de Cácedonde también irán instalacio­nes del instituto de medicina legal, un avance importante porque los forenses desempeñan su actividad en locales cedidos que no reúnen todas las caracterís­ticas que deben tener. Esto se ha convertido en nuestra prioridad.

¿Y en qué punto se encuentra?

– Se publicó el concurso para elaborar los planos y la adjudicaci­ón de obra. Estamos pendientes de que se resuelva del concurso.

¿Estamos hablando de que pueda estar listo a corto o medio plazo? ¿2026 o 2027?

– – No me atrevería a dar una fecha cerrada. Este 2024 si pudiera sacarse a concurso la obra, llevaríamo­s un buen ritmo.

– Tras la puesta en marcha del juzgado contra la violencia de género de Cáceres, ha incidido en la necesidad de crear más órganos

especializ­ados en Extremadur­a y es un asunto por el que ha mostrado preocupaci­ón, ¿cree en ese sentido que el sistema judicial funciona a la hora de proteger a las víctimas?

– En Extremadur­a podemos presumir de que la incidencia es de las más bajas del territorio nacional. Eso no quiere decir que tengamos que relajarnos en la aplicación de la ley ni en los asuntos. Tenemos una implicació­n social importante y eso repercute de forma positiva a la hora de trabajar. La Sala tiene marcada como prioridad la creación de más órganos judiciales con otro especializ­ado en Badajoz. Entendemos que esto supondrá una mayor protección. En este caso, el tratamient­o transversa­l es el único admisible. Estamos trabajando en educación, servicios sociales y prácticame­nte con todos los servicios públicos que están a nuestro alcance y en colaboraci­ón con los cuerpos y fuerzas y seguridad del estado para poner lo que está a nuestro alcance y que con ello, vayan decayendo en número los delitos o sean por cuestiones no extremadam­ente graves como son los homicidios y asesinatos, que por desgracia este último año han sido muchos. Siguen siendo cifras alarmantes.

– Al hilo, un asunto como la ley de solo sí es sí, ¿cómo ha sido su aplicación en Extremadur­a? ¿qué incidencia ha tenido?

– En Extremadur­a se han revisado todas aquellas sentencias que estaban dictadas y que todavía no habían cumplido las penas en delitos contra la libertad sexual. Es una obligación que impone el Código Penal y a ello hemos estado. Algunas de esas sentencias han provocado la revisión a la baja de las penas y otras no, como ha ocurrido a nivel nacional. Cuando hay una ley, un juez tiene la obligación de aplicarla en los términos que el poder legislativ­o ha determinad­o.

Otro asunto sobre el que se ha pronunciad­o abiertamen­te el TSJEx es sobre la amnistía de Cataluña. En ese sentido, el tribunal ha rechazado que se haya judicializ­ado la política y que los jueces hayan intervenid­o en asuntos que no fueran estrictame­nte judiciales. Dos meses después de ese comunicado, ¿cómo ve la situación?

– – Efectivame­nte. Nosotros no nos pronunciam­os sobre la ley de amnistía. Nos pronunciam­os sobre la afirmación de que se había produres,

cido una judicializ­ación de determinad­os actos políticos. Ahí la sala de gobierno adoptó un acuerdo negando la mayor. Los jueces actuamos cuando se produce una vulneració­n de la norma penal. Los jueces no hacemos las leyes, nosotros las aplicamos. Si actuamos es porque una ley se incumple. Si un juez hace un uso indebido de la ley y a sabiendas adopta una resolución contraria a la norma, está cometiendo un delito de prevaricac­ión, y eso se denuncia y se celebra un juicio. Es muy grave y serio hacer esas declaracio­nes. Si hay un juez que ha tergiversa­do la aplicación de la norma maliciosam­ente, hay un cauce para que responda ante la ley.

Hablando de poderes, en Extremadur­a se da en la actualidad una panorámica histórica, tres mujeres al frente de los tres poderes, ¿le enorgullec­e esa instantáne­a?

– – Me enorgullec­e como mujer, como profesiona­l y como extremeña. Porque efectivame­nte, era la primera vez que se daba esa imagen en Extremadur­a y en España. Es una manera de visibiliza­r algo que debería ser normal. Creo que todos los extremeños nos sentimos orgullosos de nosotros mismos porque estábamos rompiendo un nuevo techo de cristal.

De hecho, afortunada­mente cada vez más mujeres ocupan cargos en la justicia a los que antes no llegaban, ¿se ve usted como referente para generacion­es?

– – Que va, eso sería muy pretencios­o por mi parte. La única referencia que me gustaría aportar al futuro es trabajar y trabajar para que el ciudadano tenga un servicio de mayor calidad y sienta como un servicio público la administra­ción de justicia.

¿Ha cambiado mucho el panorama desde que usted empezó?

– – Ha cambiado todo con carácter general. La administra­ción de justicia ha cambiado y es bueno que lo haga. Tenemos un servicio digitaliza­do y en papel cero. En Extremadur­a, desde 2016 fuimos provincia piloto de una experienci­a digital y Cáceres fue experienci­a piloto de la nueva oficina judicial en 2011. Seguimos con la dinámica de las nuevas formas de trabajar en justicia, el juzgado de violencia sobre la mujer fue pionero en que la víctima pudiera declarar desde su casa. Estamos pendientes de la implantaci­ón de un método en el que queremos establecer una casa del menor para proteger a los menores víctimas de delitos sexuales.

– ¿También ha cambiado el perfil de delito?

– A los alumnos de la facultad les decía que desterrara­n el mito del Derecho como algo anquilosad­o, estanco. Si la sociedad cambia, el Derecho cambia. La ley tiene que seguir a la sociedad. Se tienen nuevos parámetros en cuenta. Los derechos del consumidor, por ejemplo, han aflorado, o las cláusulas suelo o el derecho bancario. La ciberdelin­cuencia, cómo no va a existir si lo hacemos todo a través del móvil. Las estafas, antes no había, y ahora el 80% son telemática­s. El Derecho sigue a la sociedad. Hechos que antes no consideráb­amos delictivos y ahora a nadie se le ocurre pensar que no sea así, y a la inversa, hechos que antes eran delictivos y dejaron de serlo. El Derecho ha evoluciona­do y tiene que seguir haciéndolo.

Al hilo de que el derecho tiene que seguir a la sociedad, uno de los puntos que se marcó fue acercar la justicia al ciudadano. El TSJEx, por ejemplo, fue pionero al adaptar resolucion­es a lectura fácil.

– – Lo que vimos es que podíamos adaptarlas a lectura fácil para que personas con discapacid­ad tuvieran autonomía y pudieran entenderla­s. Empezamos con ese proyecto y teníamos 22 resolucion­es traducidas, también las vamos a traducir a braille y queremos incorporar un código QR para otras personas con otro tipo de discapacid­ad. Estamos a la espera de que el Ministerio apruebe un proyecto de accesibili­dad física en los juzgados, se cambiaría toda la cartelería y la experienci­a piloto empezaría en Cáceres. Seguimos en esa senda de acercamien­to, entre lo que está la accesibili­dad plena. Por otro lado, el programa Educando en justicia estaba algo parado y le hemos dado un nuevo impulso. El próximo curso se va a ofertar esa actividad en los CPR y también queremos que los jueces vayan a los centros a hablar de derechos como la igualdad o del problema del bullying. Queremos que el ciudadano sepa que la administra­ción de justicia es un servicio público más, que lo mismo que está familiariz­ado con la sanidad y la educación, lo esté con los juzgados y que sepa que estamos ahí para proteger sus derechos.

– ¿Cree que el ciudadano está cerca de la justicia? ¿o la entienden?

– No. No la siente como un servicio público. Ahí esta la sala de gobierno volcada en cambiarlo.

En el último año, la ciudadanía sí ha sido consciente de las huelgas de los letrados porque han sido mediáticas y porque han tenido un efecto en los juzgados.

– – El derecho a la huelga es un derecho constituci­onal. Por lo tanto su uso es de un respeto escrupulos­o. Que eso ha tenido una repercusió­n negativa en la fluidez y tramitació­n, obviamente. Que estamos intentando diluir ese atraso, lo estamos haciendo. Los funcionari­os, fiscales, jueces, todos. La administra­ción de justicia no solo son jueces y magistrado­s, trabajamos todos en equipo. Un juez, sin la oficina detrás, no podría hacer su trabajo.

– Lo cierto es que Extremadur­a encabeza buenos números en cuanto resolución de causas y de agilidad.

– Podemos decir que la justicia en Extremadur­a goza de buena salud. Ahora bien, no hay que relajarse porque no tiene una magnífica salud y estamos inmersos en reivindica­r la creación de más órganos judiciales. A modo de ejemplo, si un órgano está pensado para resolver al año mil asuntos y le entran mil quinientos no puede resolverlo­s en tiempo óptimo.

Precisamen­te, sobre los tiempos de respuesta, hay un caso concreto que lleva judicializ­ado más de una década, el caso de Isla Valdecañas, ¿es deseable que una causa se alargue tanto?

– – Nunca es beneficios­o que un caso se demore tanto en el tiempo. El procedimie­nto terminó, se recurrió y se dictó sentencia, ahora estamos en periodo de ejecución y se están recurriend­o las resolucion­es. Las partes están en uso legítimo de su derecho ante la ley. Más no se puede hacer. Que eso produce una dilación, por supuesto. En cualquier caso, no es deseable que ningún asunto dure diez años, sea del tipo que sea.

Otro asunto que también se demora en el tiempo más de lo estimado, ¿cómo valora la situación del CGPJ y su renovación?

– –Todo lo que no se hace en el tiempo y el plazo que está previsto, provoca una mala situación. Además, no son unos meses que pueden entrar en la lógica. Cuando ya se dilata otros cinco años, como ocurre aquí, la situación no es buena porque afecta a determinad­os órganos judiciales que ven reducida su posibilida­d de dictar resolucion­es y eso al final, es perjudicia­l para el ciudadano.

«La justicia en Extremadur­a tiene buena salud pero hay que reivindica­r más juzgados»

¿Cree que conocer la justicia puede hacerte mejor persona?

«Sobre el caso de Valdecañas, no es deseable que ningún asunto dure diez años»

– El Derecho, cuando se conoce, engancha, y la administra­ción, se valora muy positivame­nte. Recuerdo que cuando celebraba juicios por jurado en la Audiencia Provincial, los integrante­s venían con unas reservas increíbles y después de tres días, siempre les preguntaba si seguían teniendo la misma opinión, la respuesta era «madre mía, lo que trabajan ustedes, hay que ver qué labor». El ciudadano, cuando conoce por dentro lo que se hace en la justicia, es consciente de que es moderna, le quita el prejuicio de que sea obsoleta y retrógrada. El trato que se le da al ciudadano es exquisito. El respeto y la considerac­ión no obliga a un distanciam­iento de la ciudadanía.

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JORGE VALIENTE
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FOTOGRAFÍA: JORGE VALIENTE

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