El Periódico Extremadura

«Es más que cambiar una palabra, primero somos personas»

Personas con discapacid­ad y sus familiares celebran la reforma del artículo 49 de la Constituci­ón aprobada en el Congreso y que permitirá eliminar el término «disminuido»: «No tenemos que soportar ser vejados», reivindica­n

- SIRA RUMBO region@extremadur­a.elperiodic­o.com

Estaba previsto que Oliver llegara al mundo en Malta, donde residían entonces sus padres. Él, descendien­te de Casar de Cáceres y ella, gallega, pero la pandemia lo trastocó todo. El cierre del tráfico aéreo y las limitacion­es de movilidad llevaron a los jóvenes y primerizos progenitor­es a plantearse preparar el parto en España. Y decidieron que Cáceres era un buen lugar. Así que se mudaron al municipio cacereño del que procede Víctor Talavero y allí nació el pequeño, que ahora tiene casi 3 años. La idea era regresar a Malta después del permiso de paternidad y maternidad, pero nada fue como esperaban: Oliver, contra todo pronóstico, nació con síndrome de Down. Ya en Malta las pruebas que detectan este tipo de situacione­s habían dado un riesgo intermedio, pero nadie le había prestado importanci­a.

Fue un shock: «El nacimiento fue el peor momento de mi vida. Tienes unas expectativ­as de tu niño y nunca piensas en que pueda nacer con esas caracterís­ticas», recuerda. Fue algo parecido a pasar un luto: «Tu niño, el que tú esperabas, no está. Hay otro. Pero cuando pasa ese luto pasas la barrera del rechazo y ahora es todo lo contrario, lo quieres como a nada», reconoce. Oliver ahora es un niño feliz, sano, va a la guardería, juega y está socialment­e integrado: «Está más integrado él que yo», bromea Talavero.

Tiene hasta un perfil de Instagram, creado por sus padres, en el que muestran su día a día: «Es un niño que hace cosas de niños, no es un disminuido, tiene una condición genética», manifiesta su progenitor. Por eso esta semana ha sido importante. La eliminació­n del término disminuido del artículo 49 de la Constituci­ón aprobada este pasado jueves por todos los partidos salvo Vox, que votó en contra, ha sido para ellos un logro. En dicho documento todavía se hablaba de «disminuido­s físicos, sensoriale­s y psíquicos». Ahora se sustituirá por «personas con discapacid­ad». Llega tarde, sí, más en un país con más de 4 millones de personas con discapacid­ad, casi una de cada diez, pero están satisfecho­s: «Es un cambio vital. No tiene sentido que en el siglo en el que estamos siguiera exis

tiendo. Imaginemos que, en cualquier otro ámbito, para referirnos a cualquier persona tuviéramos que hacerlo con un término ofensivo», argumenta.

Hay otros términos

La misma opinión comparte Sonia Silva, discapacit­ada visual desde el nacimiento y fisioterap­euta en Cocemfe, un centro que atiende también a personas con discapacid­ad. «Todo lo que se haga para eliminar estos términos está bien. Es un término muy despectivo por eso es un reconocimi­ento, un avance en la manera de dirigirse a la persona con discapacid­ad», sostiene. A ella también le gustaría que se hiciera lo mismo con otros, como «minusválid­o», presente todavía también en los documentos de organismos públicos. Aunque reconoce, no obstante, que la sociedad ha avanzado mucho en inclusión: «Antes a las personas con discapacid­ad se les trataba de manera despectiva, no solo se nos llamaba disminuido, también tullido, lisiado,... Quizá la intención no era ofender pero es que los términos por sí solos ya

son ofensivos», argumenta.

«Es más que cambiar una palabra porque las palabras son pensamient­os y los pensamient­os son obras», dice el delegado territoria­l de ONCE en Extremadur­a, Fernando Iglesias. Él tenía solo 6 años cuando se aprobó la Constituci­ón y ya entonces le parecía «denigrante»: «Es una palabra que nunca tenía que haberse puesto, no somos disminuido­s ni minusválid­os, somos personas que tenemos una discapacid­ad. No tenemos que soportar ser vejados, yo soy una persona ciega, pero de ciego a cegato va mucho; el lenguaje es importante», subraya Iglesias.

Todos celebran que esta semana se haya conseguido un logro histórico pero también son consciente­s de que queda mucho por hacer por las personas con discapacid­ad; entre ellas, el empleo: «La tasa está 40 puntos por debajo que la de las personas sin discapacid­ad», apunta Iglesias. A lo que se suma la violencia de género en mujeres con discapacid­ad; la importanci­a de reconocer el tipo de discapacid­ad y desarrolla­r

programas específico­s o la accesibili­dad: «Todavía se dan casos de personas que no pueden salir de sus casas o que, si quieren hacerlo, tienen que subir y bajar la si

lla de ruedas a pulso porque no tienen un ascensor y no les dan soluciones. O incluso el transporte público, que no está preparado», reprocha Silva.

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FOTOS: CEDIDAS / S. VILLEGAS En Badajoz El delegado territoria­l de ONCE, Fernando Iglesias.
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Sonia Silva, en el centro donde ejerce de fisioterap­euta.
En Cocemfe Sonia Silva, en el centro donde ejerce de fisioterap­euta.
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Con su hijo Víctor Talavero, con el pequeño Oliver..

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