Antonia, la bolillera del barrio
Uno de los momentos más emotivos de la noche se vivió cuando Antonia Macarro Vega, vecina de la Margen Derecha, recibió un homenaje de parte de todos los colectivos vecinales.
«Estoy contenta, estoy nerviosa también y, sobre todo, agradecida de que se hayan acordado de mí», decía la protagonista. Durante toda su vida esta vecina ha hecho bolillos, «es una bolillera excelente», explicaba Maribel Generelo. A sus 84 años, sigue haciéndolos y dando clase para compartir sus conocimientos. «Mi madre, que fue quien me enseñó, me dijo que nunca dejara que se perdiera el bolillo. Aquí sigo haciendo lo que ella me dijo».
«No es que solo sea una buena bolillera, es que además es una buena persona», decían ayer sus vecinos. Implicada desde que era joven en la vida del barrio, Antonia Macarro «siempre ha intentado ayudar a todo el que lo ha necesitado en la Margen Derecha. Daba igual de qué barrio fuera», decían de ella sus vecinos. «Nací en la calle Máquinas y ahí sigo», confirmaba ella, orgullosa del barrio.
Bien abrigada y valiéndose de un bastón, Macarro llegó al parque de San Fernando acompañada de su familia. No quería emocionarse pero no pudo contenerse. «Siempre he trabajado por y para el barrio, he hecho muchas actividades, digo yo que por eso me hacen esto hoy».
Hace años que Antonia se fue separando de las actividades: ya no reparte hornazos en las candelas ni da clase de «esta o aquella» materia en los centros vecinales, pero sigue acudiendo cada día a las cuatro de la tarde a acompañar a sus alumnas de bolillos en su taller de El Progreso. «Cuando mejor estoy, a punto de dormirme la siesta... carretera y manta. Ya les he dicho que me voy a jubilar, pero no me dejan», confiesa, haciendo gala de su buen humor.
«Algo habré hecho malo, no se puede hacer todo bueno, pero yo creo que siempre he estado por y para la Margen Derecha».