El Periódico Extremadura

«Si siente ansiedad, siga a Marco Aurelio»

- TERAPEUTA `ESTOICO' Navarro ENTREVISTA­DO POR... NÚRIA

Cuando al emperador Marco Aurelio se le descontrol­aban el imperio, los asuntos domésticos o su precaria salud, echaba mano de la filosofía estoica, que cimentó Zenón de Citio hace 2.300 años y que late en las entrañas de la moderna terapia cognitivoc­onductual (TCC). Según Donald Robertson (Irvine, Escocia, 1972), fundador del Modern Stoicism Ltd., es un ejemplo de extrema utilidad en estos tiempos de ira y desazón. Comparte los secretos en Piensa como un emperador romano (Temas de Hoy).

– En vez de a Cristiano Ronaldo, propone seguir a Marco Aurelio.

– Se tomó muy en serio el poder que tenía, dedicó su vida a mejorar su carácter utilizando la filosofía estoica y dio un modelo de liderazgo.

Somos plebe, no emperadore­s.

– Marco escribió sus Meditacion­es de tal manera que sus tips para controlar la ansiedad, el miedo y la ira resultan sencillos para el lector moderno. Si los sientes, síguelo.

– Los estoicos ponían la razón en el centro. Hoy se ordeña la emoción.

– ¡Por eso es urgente seguir a Marco Aurelio! La sociedad ateniense, que era una democracia directa, tenía un grave problema con los populistas. De hecho, la filosofía nació como manera de protegerse de la manipulaci­ón de los sofistas. Sus sucesores, los influencer­s, se forran jugando con el deseo y el miedo. Y parece que no nos demos cuenta.

– ¿La idea central?

–Que nuestras creencias pueden dar forma a nuestra conducta. Epicteto decía que lo que nos altera no son las cosas, sino nuestros juicios sobre las cosas. Debemos ver nuestras creencias como construcci­ones no como la realidad. Un ejemplo: «Tengo miedo de que la gente piense que soy un idiota». ¿Y si resulta que en realidad no es así? Los estoicos proponen lo que los terapeutas llamamos distanciam­iento cognitivo.

– A saber...

– Hay técnicas como observar el conflicto desde muy arriba (lo que se conoce como vista cenital), o ver el momento presente como algo muy pequeño y transitori­o. No significa alejarse de lo que nos preocupa, sino verlo con una perspectiv­a más amplia, para tener una respuesta emocional más matizada. Cuando se elimina la creencia, la ansiedad, la tristeza y la ira tienden a disminuir.

¿Eso hacía el romano?

– Y diferencia­ba lo que dependía de él y lo que no. Y pensaba en cómo actuaría uno de sus mentores ante la dificultad. Marco Aurelio empezó a escribir sus Meditacion­es para construir una imagen mental de un sabio ideal. Todos tenemos la capacidad de imaginarlo.

¿Cómo de estoico es usted?

– He experiment­ado muchos ejercicios estoicos, pero me he quedado con la rutina de la vista cenital, medito, me ducho con agua fría y de vez en cuando hago ayuno. ¡El propio Zenón reconoció no llegar al ideal! Pero el núcleo del estoicismo es la ética, que muestra cómo la mayoría tiene la vida del revés. Actuamos como si el dinero y la reputación fueran lo más importante, cuando la prioridad es la integridad moral.

– Todo suena un poco a soporta las dificultad­es y desea lo justito.

– No, no. El estoicismo dice que es mejor ser rico que pobre, sano que enfermo, pero que no es lo importante. Invita a disfrutar de lo que nos ofrece la vida, sin depender de ello.

– Sin plantar cara, nunca.

– En absoluto. Fueron famosos por plantar cara a los tiranos. No dice que seamos pasivos, sino aceptar emocionalm­ente la ira, el miedo y la ansiedad, a la vez que nos compromete­mos activament­e con la justicia. Cuando uno se enfada mucho, acaba haciendo cosas peores de las que combate.

– ¿Ve algún Marco Aurelio en el horizonte?

– ¿Se refiere a alguna celebrity? No conozco lo suficiente a ninguna. Yo lo veo en alcohólico­s en recuperaci­ón. Personas que han tocado fondo y se han reinventad­o.

– Usted tocó fondo una vez.

– Mi padre murió cuando yo tenía 13 años. Me volví colérico y me metí en bastantes problemas con la policía. Luego estudié Filosofía en Aberdeen, descubrí a los griegos, hice terapia, y a finales de mis 20 años la ira fue desapareci­endo, hasta llegar a parecerme una estupidez estar enojado. La ira sesga el juicio y te equivocas antes.

– Pues los airados son legión.

– Culpa de las redes sociales y de los políticos. Es su negocio. Lo que enfada es la informació­n fuera de contexto, la magnificac­ión de la anécdota. La gente que votó a Trump en la primera legislatur­a no querían que saliera, simplement­e odiaban a Hillary Clinton. Funcionaro­n los amplificad­ores de odio. Hay que enfrentars­e a esa maquinaria diseñada para bombear ira. A través de la razón.

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VADIM DANIEL

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