«Me sorprende que la audiencia aún me dé un buen despertar»
Presentador de `Pasapalabra' y `El desafío'
Presentó programas de éxito en TVE como España directo y Operación Triunfo, hasta que le fichó Antena 3 como presentador estrella. En la cadena de Atresmedia está al frente de uno de los programas más vistos de la tele, Pasapalabra, y también de El desafío, que acaba de estrenar su cuarta edición. Además, durante unos sábados está con la Noche de campeones de Pasapalabra y pronto estrenará un programa con Iñaki López. Y, aunque parezca sorprendente, todo lo hace con la ilusión del primer día. Acaba de recibir el premio Iris 2024 al Mejor presentador por El desafío. Merecidísimo.
Dice que con `El desafío' se divierte, se emociona, que no sabe ni cómo le pagan. No dé ideas a las empresas, que las cogen al vuelo.
– – (Ríe) ¡Por contrato tienen que hacerlo!
– En su sueldo entra también sufrir. Lo hace por los concursantes, sometidos a pruebas endemoniadas.
– Es que tú les conoces no solo desde el momento que le dan al REC, sino que tenemos momentos previos, posteriores, tienes un grupo de Whastapp en el que se lamentan o se vanaglorian de lo conseguido. Hay mucho más de lo que se ve en el programa, que es la amistad. Cuando alguien con quien tienes algo más que una relación profesional sufre, tienes que tener muy poquita piel para que no te afecte.
Usted no, porque si la empatía cotizara como el oro, Roberto Leal sería millonario.
– –¡Qué bonito!
– ¿Es ese apoyo que necesitan los concursantes en momentos difíciles?
– Esto es tele y todos sabemos a lo que venimos, pero hay una parte de verdad, porque cuando juegas con el trabajo de toda una semana, con las horas que han sacado
de unas agendas que te puedes imaginar cómo son y te sale todo bien menos en el momento en el que te van a valorar, se te cae el mundo encima. Por mucho que tú sepas que es tele, entretenimiento, show... Yo no hago nada que no harías tú desde el sofá de tu casa, que es abrazar a una persona a quien le tienes cariño y ves que se derrumbado. No eres consciente en ese momento, pero que te lo agradezcan es superbonito.
– En cambio el jurado es muy odiado. ¡Qué difícil ese papel!
– Es el más difícil, porque los concursantes ven que hay que currárselo muchísimo, pero juzgar a otro es muy desagradecido, porque es subjetivo. Si cuatro han conseguido el reto, ¿a quién le van a poner el 10? A quien más les haya gustado y les parezca que es más difícil. Pero eso ¿qué lo determina? Pues ahí están las broncas y los rifirrafes. Pero son ingredientes del programa y tienen que estar ahí para que exista esa tensión y esa competición.
– ¿Nunca le ha tocado ese papelón?
– Pues, sí. Alguna vez me ha tocado ese papel. Hice de jurado en un Carnaval.
Pero ahí no se la jugaba tanto.
–
– No tiene nada que ver, pero ser jurado de lo que sea siempre es una responsabilidad. Yo me lo paso muy bien con ellos, porque Juan del Val tiene una finura y una ironía propia de él, Santiago Segura es el humor y la irreverencia y Pilar Rubio, la voz de la experiencia, porque nadie como ella para hablar. Pero luego pienso, pobres tíos, porque igual yo hubiese puntuado igual y me cae la de Dios.
Este programa arrasa en audiencias, pero usted ya está acostumbrado a eso cada día con `Papasalabra'.
– – Me sigue sorprendiendo que el dato siga siendo tan bueno y que las audiencias me regalen cada día un buen despertar. Porque los que nos dedicamos a esto vivimos con eso. Aunque digas que no lo miras, siempre lo haces. Y me alegra muchísimo que un programa que esha tá cuidando nuestro idioma reúna a tantísima gente en el salón de su casa. Niños, abuelos y padres. No me termino de acostumbrar que sea uno de los programas más vistos de la tele.
– Aunque tampoco se puede relajar uno.
– Te da tranquilidad tener un buen dato, porque eso te dice que el programa no lo quitarán mañana. Puede ser por otras muchas razones, pero no por la audiencia. Pero yo, vivo igual programas que no van bien y los que, como `Pasapalabra', funcionan. Salgo como si fuese el primero. No te puedes relajar nunca, pero ya no por la audiencia, porque en la mayoría de las ocasiones no depende de ti. Es sobre todo por respeto al espectador. No puede ver que de pronto el presentador ya no se lo toma en serio o no le pone el mismo ímpetu porque considera que el trabajo ya está hecho. El que funcione un programa o no depende de muchas cosas, pero también de lo en serio que te lo tomes tú.
– Pronto le veremos ponerse en la piel de un concursante en `López y Leal, contra el canal'.
– (Ríe) El nombre me sigue haciendo mucha gracia cuando lo escucho. Suena como `Anacleto agente secreto'. Es una bendita locura. Iñaki López es un descubrimiento para mí. Ya le conocía personalmente, pero aquí me hace mucha gracia. Y, en mi caso, siendo el presentador de `El desafío', ponerme en la piel de un concursante me va a hacer valorarlo mucho más y saber por lo que pasa.
– ¿Habrá pruebas culturales y físicas?
– Son pruebas con pequeñas o grandes gincanas en las que tienes que resolver algo. Iñaki y yo siempre somos un equipo y competimos contra la cadena. A veces contra algún presentador que la representa. Pero nosotros estamos solos ante el peligro.
Uno piensa que López, al ser periodista, hará las pruebas culturales, y usted, como está más cachas, las físicas. Pero igual nos llevamos una sorpresa.
– – Ya te digo yo que no va a ser así. Además, yo no puedo estar en todas las físicas, porque tengo dos niños. Las repartiremos. Es graciosísimo vernos. Es como si te dieran la oportunidad de salir al recreo y jugar con todo lo que tengas delante. Sabiendo, eso sí, que hay un objetivo final. Que es ganarle a la cadena. Porque si no puede mandarte hacer lo que quiera.
«Las broncas y los rifirrafes son otros ingredientes para que haya tensión en `El desafío'»