«Las medidas nos parecen acertadas»
El presidente de la plataforma ciudadana Salva Tu Tierra, José Luis Chaparro, se mostró ayer satisfecho con la aprobación del nuevo Plan Integrado de Residuos de Extremadura (Pirex) 2023-2030, en el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura. «La Junta ahora mismo tiene un voto de confianza por nuestra parte y, en principio, las medidas que se han tomado con respecto al Pirex nos parecen bastante acertadas», manifestó. Ya que todavía no disponen del texto definitivo, desde el colectivo prefieren esperar a analizarlo en profundidad para ofrecer una valoración «más detallada». Chaparro ve positivo que se haya decidido ampliar de 25.000 a 55.000 toneladas al año la capacidad máxima de almacenamiento de residuos en estos espacios, así como el plazo de vigencia del plan autonómico, que pasa de tres a siete años. «Ojalá de aquí a 2030, Extremadura generara esos residuos porque sería una señal de que hay más industrialización», señaló.
Por el contrario, Chaparro destacó a su vez algunas cuestiones que hubiera querido que se incluyeran en el nuevo plan de residuos, como la especificación de una distancia mínima de los vertederos a las poblaciones, un régimen sancionador, inspecciones periódicas, así como una vida útil limitada para este tipo de instalaciones. «Son cosas que se han quedado en el aire, permitiendo un poco que los promotores hagan su voluntad», lamentó.
En cualquier caso, se sigue posicionando en contra de la instalación de este tipo de industrias en las inmediaciones de los municipios: «Darle vía libre a un vertedero cerca de una población es condenarla a la muerte. En principio, lo que hace es que ningún tipo de empresa se quiera instalar ahí porque no creo que nadie que esté bien de la cabeza vaya a instalar una fábrica de cualquier cosa con los olores y molestias que generan estos recintos».
«Desde el primer día creemos que si un vertedero, como se afirma, es imprescindible, pues que se haga en un sitio donde no afecte a la población, donde no ponga en riesgo su salud, donde no la arruine, donde no obligue a la gente a irse», apuntó el presidente del colectivo ciudadano. «Pensamos que si de verdad estuvieran preocupados por la despoblación, a nadie se le ocurriría montar un vertedero a dos kilómetros de un pueblo», subrayó.
«Darle vía libre a un vertedero cerca de una población es condenarla a muerte», advierte el colectivo